Txisko FERNÁNDEZ
DONOSTIA

BCE y FMI se quedan con la mitad del primer tramo del rescate griego

Estaba previsto que así sucediera y, precisamente, que el 20 de agosto fuera la fecha de vencimiento del pago de 3.400 millones al BCE marcó en gran medida el último acelerón a las negociaciones sobre el plan de ayuda financiera a Grecia. Pero no deja de ser noticioso que los acreedores fueran ayer los primeros beneficiados de este «rescate».

El más interesado en que el nuevo programa de rescate estuviera cerrado a tiempo era el Gobierno de Alexis Tsipras, que quería evitar un nuevo préstamo puente como el que tuvo que suscribir en julio y hacer frente, sin agotar el plazo de vencimiento, al reembolso de 3.400 millones de euros que Grecia tenía comprometido con el Banco Central Europeo (BCE) mucho antes de que Syriza llegara al poder.

Fue el Gobierno de Angela Merkel el que menos prisa demostró durante la última fase de la negociación, llegando a obligar al Eurogrupo a elaborar los informes pertinentes para ejecutar ese crédito puente por si a última hora no fuera ratificado el pacto que ya habían alcanzado Atenas y las instituciones acreedoras el martes de la semana pasada, el 11 de agosto.

Tras lograr el acuerdo, el primer ministro griego resaltó que este servirá para «poner fin a la incertidumbre económica» tanto en su país como en la eurozona y en el conjunto de la UE.

Cómo viaja el dinero

Lo paradójico de este pago es que expone ante la opinión pública cómo viaja el dinero que el BCE y la Comisión Europea –el tercer acreedor, el Fondo Monetario Internacional no entra por ahora en esta operación– han previsto destinar a Grecia.

En principio, el acuerdo contempla la posibilidad de prestar hasta 86.000 millones de euros en tres años. Pero lo que hizo este miércoles el fondo de rescate de la eurozona –oficialmente denominado Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE)– fue desbloquear un primer tramo de 26.000 millones; de ellos, 23.000 millones de forma inmediata. Esa cantidad nunca llegará a Atenas en su totalidad, porque ayer mismo Grecia pagó al BCE los 3.200 millones del principal y otros 200 millones de intereses por el vencimiento de los bonos a cinco años.

El mismo camino siguieron a primera hora de la mañana otros 7.160 millones, con los que se cubrirá el crédito puente que las mismas instituciones acreedoras concedieron en julio para abonar otro pago al BCE y los retrasos al FMI. Es decir, en este caso una parte fue hacia Frankfort y otra hacia Washington.

Por lo tanto, a media mañana solo quedaban asignados al Estado heleno algo menos de 12.500 millones. Según informaron distintas fuentes, 10.000 millones debían ser depositados en una cuenta bloqueada... ¡en Luxemburgo! Su destino es reflotar los bancos griegos, en los que el Estado tiene una alta participación una vez que los dos rescates anteriores sirvieron para «compensar», sobre todo, a las entidades financieras francesas, alemanas e italianas que tenían una «gran exposición» al impago de la deuda griega; es decir, para que bancos como Société Géneral, BNP-Paribas y el Crédit Agricole –en total tenían hasta un 20% de la deuda– pudieran «recuperar» parte de las inversiones que habían hecho en las entidades griegas.

El resto no será girado por Atenas hasta el próximo mes, cuando tendrá que reembolsar más de 1.500 millones de euros al FMI, lo que, según está previsto, hará en cuatro entregas.

En cuanto a los 3.000 millones del primer tramo que todavía no han sido librados por el fondo europeo de rescate, estos serán asignados a Grecia en el mes de noviembre como contrapartida a la aprobación e implementación de las reformas que el Gobierno de Syriza se ha comprometido a llevar a cabo en este tiempo, precisamente, a cambio de esta ayuda financiera.

 

Tsipras propone elecciones en setiembre

Horas después de que el «cheque» con el primer tramo del programa de rescate llegara a Atenas, Alexis Tsipras anunció su dimisión como primer ministro, paso necesario para la convocatoria de elecciones anticipadas, con el objetivo de salir reforzado de las urnas. «Voy a pedir la confianza, el voto del pueblo griego para gobernar», indicó en un discurso a la nación a primera hora de la noche.

Las últimas votaciones sobre el rescate habían dividido al grupo parlamentario de Syriza y hasta 40 de los 149 diputados logrados hace siete meses no respaldaron la estrategia de Tsipras, dejando al Ejecutivo muy lejos de la mayoría absoluta en una Cámara con 300 escaños. «Mi mandato del 25 de enero ha vencido. Ahora el pueblo debe pronunciarse. Ustedes, con su voto, decidirán si negociamos bien o no», añadió.

Los medios helenos especulaban con varias fechas para la celebración de los comicios: el 20 de setiembre –que sería la preferida por Tsipras–, el 27 o el 11 de octubre; en todo caso, en domingo.T.F.