P. URTAZA
BALONMANO - SUPERCOPA

Bera Bera no quiere dejar de ganar

Bera Bera sorprendió a Rocasa con una defensa solidaria y agresiva, en la que Sans apareció como nuevo eje, junto a Ana Martínez.

BERA BERA 18

ROCASA 17


La pregunta que rondaba en el mundillo del balonmano femenino este verano era quién iba a defender en Bera Bera tras perder a sus dos pilares defensivos de las últimas temporadas. La respuesta empezó a verse ayer: todas. Rocasa, el equipo más goleador de las dos últimas Ligas, solo pudo marcar 17 goles.

Canarias y donostiarras se han enfrentado 55 veces desde 1990, y solo en seis el Rocasa había metido menos goles a Bera Bera, cuatro de ellas a inicios de los 90, y la última el 4 de mayo de 2013, en vísperas de la primera Liga donostiarra. La final copera del año pasado también acabó con 16-16 al final del tiempo reglamentario, pero se resolvió con 19-20 tras dos prórrogas.

Ayer el partido era una incógnita para todo el mundo, incluída la plantilla de Bera Bera. La búsqueda de una pareja para defender en el centro del 6:0 había sido la tarea de la pretemporada, y la decisión recaía en la recién llegada Sans y en Martínez, una de las jugadoras más creativas del equipo. Y por lo que visto ayer, hay material con el que trabajar. Conocedoras del problema, sus compañeras colaboraron todo lo que pudieron, y se pudo ver una defensa agresiva, ayudando a cerrar pasillos, forzando faltas en ataque, en la que la catalana Sans ejercía la labor de roca inamovible, con Ana Martínez multiplicándose para obstaculizar trayectorias y cerrar líneas de pase a la pivote, y muy atentas a los lanzamientos de fuera: ¡ocho blocajes en total!

En este muro se estrelló el Rocasa, que solo pudo marcar seis goles antes del descanso, quizá sorprendido por el furor competitivo de Bera Bera. Pero las canarias también han hecho sus deberes este verano, y ayer dejaron entrever que llegan dispuestas a proteger mejor su portería. Lo primero era garantizar el balance defensivo, y Bera Bera no pudo correr ni una vez en toda la primera parte. En ataque organizado tampoco daban facilidades, con un 6:0 pendiente de cerrar las vías a la pivote y los pasillos de penetración, que tanto utilizan las donostiarras.

Además, el juego de ataque que pretende desarrollar Bera Bera, con mucha velocidad, necesita más tiempo para asentarse, y ayer lo pagó con una cantidad excesiva de pérdidas de balón, 12 en la primera mitad y 11 en la segunda, por 15 en total de las canarias. Cara al gol, eso se traducía en que Bera Bera solo podía rematar 32 veces a portería en todo el partido, por 41 las canarias, un peligro conjurado por su intensidad defensiva.

El partido, muy intenso y de gran desgaste físico por ambas partes, discurría igualado, aunque siempre con ventajas locales, hasta el minuto 51 (14-13). En ese momento un penalti a Eli Pinedo, que Ziarsolo transformó (seis de seis ayer para Bera Bera desde siete metros, entre cuatro jugadoras diferentes), y que originó además la segunda exclusión de Tejeda, dio paso a un pequeño estirón hasta el 16-13.

Y&bs;áñez, que no había jugado hasta entonces, entró para proporcionar el aire que necesitaba el ataque donostiarra, con tres claras ocasiones (un gol, un poste y un remate alto en buena posición), y dejaba tocado al Rocasa. En el otro lado Temprano ofrecía sus mejores minutos con dos paradas espectaculares, una a vaselina de Trojaola y otra a un tiro en suspensión que desvió con la punta del pie derecho.

Con 18-16 a cuatro minutos del final, la final parecía hecha, pero el Rocasa no se rindió y, sacando fuerzas de flaqueza, metió el susto en el cuerpo a las gradas con un 0-3, aunque el último fuera ya al borde la bocina.