Soledad GALIANA
CRISIS POLÍTICA EN EL NORTE DE IRLANDA

El oportunismo electoral unionista frente a la estabilidad política

Las desafortunadas declaraciones de un detective norirlandés que sugerían la responsabilidad de miembros del IRA en la muerte de Kevin McGuigan han sido utilizadas por el unionista UUP para abrir un frente electoral contra el DUP. La estrategia electoralista y el conflicto en el unionismo priman sobre la estabilidad de instituciones norirlandesas.

Una vez más los intereses electorales unionistas se imponen a la estabilidad política en el norte de Irlanda, donde se vive una enésima crisis a raíz del anuncio el miércoles 26 de agosto por parte del UUP de su decisión de salir del Ejecutivo de Belfast, una medida que ha sido considerada por el resto de partidos y analistas como «postureo» de cara a las elecciones que se celebrarían en mayo del 2016: un intento de arrebatar votos al DUP, que en la última década y desde su posición en el unionismo intransigente ha conseguido eclipsar al moderado UUP.

El líder del UUP, Mike Nesbitt, ha decidido iniciar la campaña insertándose en ese mismo sector intransigente, lo que ha creado complicaciones para el líder del DUP, Peter Robinson, porque seguir al UUP en la salida del Ejecutivo sería una derrota frente a su rival directo en las elecciones, mientras que la permanencia en este podría ser considerada una muestra de debilidad. Pero no es sólo el UUP el que intenta «hacer caja» con la situación. El unionismo más arcaico, representado por el TUV de Jim Allister, también intenta robar votos al que fuera su partido acusando al DUP de «hacer la vista gorda para mantenerse en el poder». Y es que los ataques y declaraciones de UUP y TUV se han dirigido más hacia el DUP que hacia la existencia del IRA o el papel de Sinn Féin.

Las recriminaciones al UUP ya han comenzado. El partido de la Alianza, que cuenta con dos ministros en el Gobierno, entre ellos su líder David Ford en la cartera de Justicia, ha acusado a Nesbitt y al UUP de «oportunismo político». El portavoz de finanzas de Sinn Féin, Pearse Doherty, apunta a que la decisión del UUP se debe «al debate interno dentro del unionismo, en el que cada uno intenta superar al otro. Pero hay cuestiones más serias que deberían tratarse a nivel del Ejecutivo».

Un oportunismo que no sólo se presenta en las formaciones unionistas norirlandesas, sino también en los partidos de la república irlandesa. La ascensión de Sinn Féin en las encuestas, donde aparece como el segundo partido en preferencia de los votantes, y la cercanía de las elecciones para el parlamento de Dublín, que se celebrarán en la primera mitad del año próximo, han abierto la veda para los partidos del sur de Irlanda. Doherty, ha denunciado el uso de la crisis política norirlandesa por algunos de sus contrincantes políticos, como es el caso de Fianna Fáil y su líder, Micheál Martin, quien fue ministro de Asuntos Exteriores durante el periodo de las negociaciones de la transferencia de justicia y control policial «y nunca manifestó su preocupación sobre la existencia o actividades del IRA. Y aquí le tenemos ahora, haciendo alegaciones extravagantes sobre el IRA… como que si la estructura existe y están involucrados en crimen organizado, lo cual ha sido negado por la propia Policía,» acusaba Doherty.

A pesar de las declaraciones de Gerry Adams recordando que el IRA desapareció en 2005, y las afirmaciones del máximo responsable de la Policía norirlandesa, George Hamilton, quien aseguró que no había pruebas de que el IRA hubiera aprobado la muerte de McGuigan y que aunque considera que el IRA sigue en existencia, lo hace en el compromiso de «promover el republicanismo político y pacífico», el daño ya está hecho.

Por ahora, el DUP ha anunciado una investigación en relación a posibles actividades del IRA y una posible exclusión de Sinn Féin del Gobierno, pero ¿cómo justificar la exclusión del segundo partido más votado en el norte de Irlanda?. También se plantea la posibilidad de disolver la Asamblea legislativa y convocar de elecciones anticipadas.

Sin embargo, algunos analistas comentan que la delegada del Gobierno de Londres en el norte de Irlanda, Theresa Villiers, podría optar por la suspensión del Ejecutivo autonómico y el retorno al Gobierno directo y centralizado en Londres, lo que con la excusa de la reapertura de negociaciones permitiría al primer ministro conservador inglés, David Cameron, imponer los recortes presupuestarios que hasta el momento los representantes políticos republicanos y nacionalistas habían conseguido frenar en el norte de Irlanda.

No obstante, sigue existiendo una puerta abierta a la resolución. Desde el DUP, Peter Robinson ha dejado entrever que no tomará ninguna decisión hasta que concluya la investigación policial. En los próximos días se producirán reuniones de alto nivel en Dublín y Londres, que podrían ser el primer paso hacia una solución.