Michael Roberts
Economista marxista, analista durante 30 años en la City londinense y autor del blog The Next Recession
DESACELERACIÓN DE LA ECONOMÍA MUNDIAL

La nueva crisis de las economías emergentes

Los medios de comunicación económicos está llenos de artículos sobre la crisis del mercado de valores de China, el pinchazo de su burbuja crediticia y la crisis inminente de su economía. Menos anunciada es la peligrosa desaceleración económica y la crisis de deuda, ya en marcha, de las «economías emergentes» en general.

Por primera vez desde la crisis de los mercados emergentes de 1998, todas las grandes economías de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) tienen problemas. Y también el siguiente círculo de economías «en desarrollo» como Indonesia, Tailandia, Turquía, Argentina o Venezuela.

Anteriormente, el aumento de los precios de los productos básicos como el petróleo, los metales básicos y los alimentos permitió un rápido crecimiento en muchas de estas economías. Lo que a su vez dio lugar a una avalancha de capitales desde las economías capitalistas avanzadas, de bancos y empresas en busca de mayores beneficios que no podían obtener en sus propias economías.

Pero el boom de los productos básicos ha pinchado. Los precios mundiales de estas mercancías siguen hundiéndose. El índice de precios de los productos básicos de Bloomberg –que sigue el precio del oro, el petróleo crudo y otras materias primas– ha caído a su punto más bajo desde el año 2002. Se ha reducido en un 40% desde 2011. Es otro indicador de la larga depresión y de las presiones deflacionarias en la economía mundial.

En parte, ello es debido a que la gran recesión y la débil recuperación posterior ha reducido la demanda de energía y materias básicas industriales. Y en parte es debido a que el mayor consumidor de estos bienes, China, ha visto cómo su economía ralentizaba su crecimiento anual de dos dígitos a (solo) el 7% o incluso menos.

La inflación ha dado paso a la deflación de precios en muchas de las principales economías (en Europa y Japón).

El último «flash» de la actividad empresarial a nivel mundial estima, sobre la base de los llamados índices de compras de los gerentes, que las economías emergentes se están contrayendo por primera vez desde hace más de dos años.

El desempleo en los mercados emergentes ha aumentado considerablemente este año, revirtiendo una tendencia decreciente de seis años, aunque ha seguido disminuyendo en los países desarrollados. En los mercados emergentes, el desempleo ha aumentado a un 5,7%, desde un mínimo cíclico del 5,2% en enero, el mayor incremento desde la crisis financiera mundial, según cifras recopiladas por JP Morgan.

Durante el auge de estos mercados, el capital fluyó hacia las economías emergentes, y las empresas de Asia y América Latina acumularon grandes deudas. Ahora, el dinero está fluyendo hacia fuera y los beneficios están cayendo en la medida en que los precios y las ventas de las materias primas, e incluso de los bienes de alta tecnología, están cayendo. Los inversores sacaron 4.500 millones de dólares de los fondos de inversión de los mercados emergentes (ME) en la semana del 30 de julio, según datos de EPFR, en comparación con los 3.300 millones de una semana antes. Un total de 14.500 millones han sido redimidos de los fondos de los ME en las últimas tres semanas hasta el 9 de agosto.

EEUU está a punto de elevar las tasas de interés básicas en setiembre, por lo que los mercados emergentes podrían sufrir una mayor inestabilidad en la medida que el coste del servicio de la deuda se eleva en dólares. Amenaza una crisis de la deuda.

Los últimos datos sobre las reservas de divisas muestran una fuerte caída de las reservas en dólares. Las reservas de los gobiernos de los ME han caído porque estos gobiernos experimentan una disminución de sus excedentes comerciales y un debilitamiento de sus economías nacionales, dando lugar a una fuga de dinero. Las cifras Cofer del FMI, que proporciona datos de las reservas en divisas, muestran que las reservas de los mercados emergentes se han reducido durante tres trimestres consecutivos, desde un máximo de 8,06 billones de dólares al final del segundo trimestre de 2014 a 7,5 billones a finales del primer trimestre de 2015.

Estos analistas estiman que las reservas de los mercados emergentes han caído en 575.000 millones de dólares desde mediados del año pasado, la mayor caída en veinte años. El capital está huyendo de estas «economías emergentes» en la medida que su crecimiento real del PIB se desacelera y la inversión cae.

El banco de inversión JP Morgan estima que la deuda de las sociedades no financieras en las economías emergentes ha aumentado desde alrededor del 73% del PIB antes de la crisis financiera al 106% del PIB a partir del cuarto trimestre de 2014. Este aumento del 34% es enorme, con un promedio de casi 5% puntos por año desde 2007.

En investigaciones anteriores, el FMI había detectado que un aumento de la tasa de crédito en relación al PIB de 5% puntos o más en un solo año anunciaba un mayor riesgo de que estallase una crisis financiera. Muchas economías de mercados emergentes han registrado un aumento de este tipo desde 2007. De ahí la conclusión de los analistas de la agencia de calificación de riesgos S&P de que «hemos llegado a un punto de inflexión en el ciclo crediticio de las empresas».

Junto al aumento de la deuda, caen la rentabilidad y la demanda de los consumidores en los mercados emergentes fuera de China. La caída de los precios de las materias primas de las exportaciones de las economías emergentes, el aumento de la deuda corporativa, la caída de la rentabilidad y de la demanda, las importantes salidas de capital y la probabilidad de que la Reserva Federal de EEUU aumente las tasas de interés este otoño, y aumenten los costes del servicio de la deuda es una mezcla explosiva que puede provocar una grave caída/crisis y acabar con la gran historia de «crecimiento» de las economías emergentes.

Traducción de Gustavo Buster para www.sinpermiso.info