La Fox pretendía que el relanzamiento de “Cuatro Fantásticos” como franquicia diera lugar a una entente comercial con “X-Men”, que son los dos únicos grupos de superhéroes de Marvel sobre los que el mencionado estudio mantiene los derechos. Pero ya no va a poder ser, salvo milagro de última hora, porque la película que debía de servir de enlace ha sido un completo fiasco, al que la prensa cinematográfica le ha dedicado los típicos titulares de “crónica de una muerte anunciada”.

Cuando una superproducción cuyo propuesto ha rondado los 160 millones de dólares tiene problemas hasta para sacar un trailer medianamente decente, quiere decir que le material existente atraviesa por problemas graves en la sala de montaje. De hecho, el director Josh Trank, al que Fox no ha dudadoen señalar públicamente como principal culpable, se ha defendido de los ataques que le pueden costar la continuidad de su carrera profesional en Hollywood, diciendo que la película que se ha estrenado en los cines no es la que él hizo, y que no ha tenido acceso a la edición. Pero lo cierto, conflictos laborales a un lado, es que nunca se entendió con el guionista y productor Simon Kinberg, lo que provoca que el espectador tenga la sensación de estar viendo dos películas cruzadas, ambas en mi opinión igual de malas. O tres, si metemos en el lío a Matthew Vaughn, que figura como coproductor, aunque según los mentideros fue llamado para rodar escenas adicionales.

No es cuestión de ponerse a buscar responsables, pues las dudas siempre van a quedar ahí. Personalmente, no esperaba tanto como otros de Josh Trank, debido a que no comparto el entusiasimo general por “Chronicle” (2012), una de esas obras de ciencia-ficción independientes a las que se les nota demasiado que han sido concebidas como tarjeta de presentación para entrar en la industria y manejar inversiones millonarias, sin saber qué hacer luego con ellas.