Los festejos taurinos están siendo especialmente trágicos este año en Euskal Herria, sobre todo en Nafarroa, aunque ayer fue en el municipio segoviano de Cuéllar donde un vecino de Errenteria de 63 años murió en el primer encierro de las fiestas tras recibir una cornada en el tórax que le afectó al corazón.

El suceso, según informaron algunos testigos a la agencia Efe, se registró en torno a las nueve y veinte de la mañana en la zona conocida como «el embudo», una zona de transición entre el final del recorrido del campo y el inicio del trazado urbano del pueblo. Allí, algunos de los toros se quedaron rezagados y provocaron momentos de tensión entre los asistentes. Uno de esos toros rezagados arremetió contra el errenteriarra arrastrándolo en una bajada de mucha tensión y acelerada, según algunos testigos, mientras algunos caballistas intentaban separar a la res del corneado, que quedó en el suelo junto a unos corrales que hay en la zona por si es necesario agrupar al ganado antes del recorrido urbano. Fue rescatado inconsciente por varias personas y trasladado a una ambulancia, que lo llevó a la enfermería de la plaza de toros, donde el médico sin embargo solo pudo certificar su muerte, pues había recibido el impacto directamente en el corazón.

Zona prohibida

El alcalde de la villa segoviana, Jesús García, lamentó el suceso y lo calificó como «un tristísimo comienzo» de los encierros. El primer edil indicó también que, aunque se se han venido registrando heridos de gravedad «hacía muchísimos años» que no había que lamentar una muerte por este motivo.

García explicó que tanto los textos de los carteles como los servicios de Protección Civil, por megafonía, advierten de que está prohibido permanecer en la zona donde se registró el siniestro, ya que hay vallas pero no son de protección sino para encauzar al ganado.