Todas las ideas y edades para un recibimiento entrañable a Elkoro

Centenares de personas aguardaban bajo la lluvia en la plaza de Bergara la llegada en libertad de José Luis Elkoro. Gentes de todas las edades e ideas, algunos conocidos para Elkoro y otros desconocidos, compañeros de su misma generación, «mahaikides» y otros dirigentes de la izquierda abertzale, bertsolaris como Amuriza, empresarios de renombre, cada uno a su manera, todos quisieron estar presentes en ese momento.

La emoción aumentó cuando el expreso bergararra Iñaki Arietaleaniz, que salió en libertad la semana pasada tras casi veinte años de cárcel, le entregó un primer ramo de flores. Ser testigos de la liberación de dos presos de un mismo pueblo en una semana no es algo normal. Por ello, si cabe, Bergara estaba ayer doblemente feliz. Otro momento entrañable del recibimiento fue cuando los nietos de Elkoro se acercaron a su «aitxitxe» para darle sus respectivas rosas. No faltaron emociones desbordadas ni lágrimas que no pudieron contenerse.

Visiblemente emocionado, repartiendo abrazos y sonrisas, Elkoro saludó personalmente a la multitud de asistentes y, ya en su intervención, se mostró agradecido con todos. Volvió a insistir en la necesidad de «unirse para hacer», en que «divididos somos débiles» y puso en valor la dinámica unitaria de “Mugituko Da!” que tanto ha trabajado en su apoyo. Tras este acto, un luch reunió a todos y pudieron departir ya más tranquilos con Elkoro.

El «plato fuerte» del homenaje y reconocimiento a su labor está previsto para hoy, a las siete de la tarde, en la plaza de Bergara. Con la idea de hacer girar la rueda de la «paz y la unidad del pueblo vasco» como eje vertebrador, se desarrollará un acto político en el que intervendrán viejos amigos, compañeros y mensajes llegados desde las cárceles. No faltarán las sorpresas, ni un ambiente de fraternidad y propósito común entre abertzales.

Ya mañana, los bergararras tendrán la oportunidad de una celebración más íntima. Una cena popular reunirá a Iñaki Arietaleaniz y José Luis Elkoro con sus vecinos. Siempre con el recuerdo de los que faltan haciéndose presente.