Raimundo Fitero
DE REOJO

Fuerza

En mi plataforma de televisión recaigo muchas veces en un canal CCTV, que para más señas es chino. Y se hace en español, subtitulado o en directo. Es más o menos oficial. Y confirmo que se ve en muchos lugares de la tierra, con la misma política lingüística. Tengo mis dudas sobre el público que buscan, probablemente para los chinos jóvenes nacidos fuera de su país, les sirva de referente, de aleccionador, de reconocer algunas de sus costumbres culturales, sus comidas que nada tienen que ver con las que sirven en los chinos de la esquina, los documentos históricos, sus recorridos por las diferentes zonas de China y, lo que más me gusta, sus culebrones, que son una joya de lenguaje corporal, maquillaje y declamación afectada.

Para el resto del mundo lo utilizan como aparato de propaganda. Cultural, pero, sobre todo, política. Y en estos días, militar. La celebración de los setenta años de la rendición japonesa que fue el fin de la segunda guerra mundial la han convertido en una gran demostración de fuerza militar apabullante. Y con un anuncio que todavía asusta más: van a reducir sus efectivos en trescientos mil soldados. Un recorte para ajustarse a los tiempos actuales donde la tecnología tiene una gran importancia. Pero el dato más escalofriante es que se quedan sus ejércitos con dos millones de efectivos. En el canal CCTV nos ofrecieron el desfile entero y es realmente impresionante ver a tantos individuos alineados, levantando las piernas hasta el hombro, con unos tanques modernísimos y decenas de aviones de combate pasando por encima de las cabezas de los miles de soldados y espectadores. Y en el paquete de celebraciones en ese canal nos ofrecieron un magnífico concierto sinfónico con todos los músicos vestidos con uniforme militar y un repertorio universal. Militares. Paz. Fuerza. Guerra. China.