Asier VERA
CRISIS POLÍTICA EN GUATEMALA

PÉREZ MOLINA CARGA CONTRA LA FISCALÍA Y NIEGA HABER ROBADO

EL EXPRESIDENTE DE GUATEMALA NO DA SU BRAZO A TORCER Y A PESAR DE HABER PASADO SU PRIMERA NOCHE EN PRISIÓN, HABLÓ POR PRIMERA VEZ ANTE EL JUEZ MIGUEL ÁNGEL GÁLVEZ ANTE QUIEN NEGÓ HABERSE LLEVADO DINERO PÚBLICO. LEJOS DE CONSIDERARSE «PERFECTO», ADMITIÓ HABER COMETIDO ERRORES, PERO «NO DE MALA FE».

Guatemala está viviendo días históricos, después de que amaneciera ayer con un nuevo presidente, Alejandro Maldonado Aguirre, tras el ingreso en la prisión de Matamoros de Otto Pérez Molina. Sus intentos por llegar a las elecciones de mañana manteniendo su inmunidad fueron baldíos, tras lidiar con una fuerte presión popular escenificada en manifestaciones masivas en las calles y con una actuación de la Justicia sin precedentes por su rapidez. Ha tenido que ser un organismo internacional de la ONU, la CICIG (Comité Internacional contra la Impunidad en Guatemala), coordinado con la Fiscalía el que ha desentrañado el caso de corrupción de La Línea, en el que se investiga el fraude de millones de dólares a través de la entrada de mercancías por las aduanas.

Otto Pérez Molina compareció ante el juez ayer, después de que el fiscal José Antonio Morales presentara diez conversaciones telefónicas y varios documentos en los que se le involu- cra en esta trama. Lejos de admitir su culpabilidad, el expresidente acusó al Ministerio Público de «interpretar» a su antojo las escuchas con el único fin de involucrarle en esta trama que investiga un fraude de 28,5 millones de quetzales (3,5 millones de dólares) a través de las mercancías que entraban en las aduanas.

El exmandatario recalcó que no se ha llevado dinero y, en este sentido, dijo que según el fiscal, en esta trama «me hubieran correspondido 800.000 dólares y yo lo niego porque no voy a poner mi dignidad y todo mi trabajo y mi sacrificio por Guatemala por este dinero ni por ninguna cantidad», resaltó. Como prueba de su honestidad, citó que en los años 90 él personalmente dirigió la operación militar que permitió capturar en Guatemala al narcotraficante más buscado del mundo, refiriéndose al mexicano «Chapo» Guzmán. Así, señaló que hubiera podido cobrar muchísimo más cuando, según reveló, Guzmán le ofreció dinero para evitar su captura, algo que, según dijo Pérez Molina, no aceptó dado que «las cosas que me han movido siempre no han sido por dinero, sino por cumplir con mi deber».

Respecto a la cantidad, según la acusación, defraudada, quiso eludir cualquier tipo de responsabilidad y calificó de «muy importante» el descubrimiento de esta «red criminal», por lo que felicitó a la Fiscalía por «ayudar a encontrar a los personajes que están detenidos».

Así, llegó a asegurar que con el dinero defraudado «se podrían haber construido diez escuelas, así como haber pagado la segunda o tercera parte del combustible que se debe a la policía militar civil».

«No pertenezco a La Línea, porque creo que hay muchas cosas más importantes que el dinero y me refiero a mi vida personal», incidió, al tiempo que apeló a su «sacrificio personal» después de firmar los acuerdos de paz que pusieron fin a la guerra civil que asoló Guatemala.

No obstante, concluyó que puede aceptar los «indicios» en su contra, pero «no la responsabilidad, ni la culpabilidad».

«Aviso» para otros

A un día de las elecciones, los ciudadanos guatemaltecos consultados por GARA desconocen quién ganará, si bien se muestra esperanzada en un cambio en el país. Pedro Oliveros, recepcionista de un hostal situado a pocas calles de la Torre de Tribunales, sostiene que el encarcela- miento del hasta ahora presidente es un «aviso» para otros mandatarios del país para que sepan que también pueden ir a prisión. «La ciudadanía ha podido alzar su voz y demostrar que Guatemala ya no es igual que antes, sino que la CICIG y el Ministerio Público están combatiendo la corrupción para que nadie quede impune», remarca. Con el actual panorama, cree que se deberían suspender las elecciones y nombrar un Gobierno de transición.

Mientras, Vladimir Gatica, de 27 años, estima que la única candidata con un mínimo de credibilidad es la del partido VIVA, Zuri Ríos, si bien reconoce que no cuenta con el respaldo de la sociedad, al ser la hija del dictador Efraín Ríos Montt.