Rusia defendió ayer el envío de material militar en apoyo del presidente sirio, Bashar al-Assad, cuyo Ejército se encuentra en dificultades tanto frente a Al Qaeda como frente al ISIS en el noroeste y el este del país.

Moscú rechazó las acusaciones estadounidenses sobre un despliegue reciente de material y soldados cerca de Lataquia, donde Washington asegura que está ampliando una base área.

«Hemos ayudado, continuamos ayudando y ayudaremos al Gobierno sirio para proveer a su Ejército de todo lo que necesite» pero no se trata de «medidas suplementarias» a los acuerdos existentes entre ambos países, señaló el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov.

Mientras las, fuezas de Al-Assad pierden terreno desde marzo, sobre todo en la provincia de Idleb, frente al Al Nosra (Al Qaeda) y una coalición de combatientes islamistas, que el miércoles tomaron el aeropuerto de Abu Dohur, en un combate que dejó al menos 56 muertos y decenas de desaparecidos», según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Algunos soldados fueron ejecutados. En Idleb, solo las ciudades chiíes de Foua et Kafraya siguen defendiéndose del asedio, con ayuda de Hizbulah.

Además, el miércoles murieron al menos 54 combatientes –18 soldados y 36 yihadistas– en intensos enfrentamientos tras los que el Estado Islámico (ISIS) consiguió apoderarse del aeropuerto militar de Deir Ezzor . Buena parte de esta provincia y varios sectores de la capital ya estaban en manos del ISIS. Si continúa su avance, puede ser la segunda capital de provincia que toma después de Raqa, la capital de su «califato».