Joseba ITURRIA
REAL-ATHLETIC EN ANOETA

Un derbi de los de siempre

Los rojiblancos supieron llevar el partido al terreno que les convenía y los blanquiazules no han marcado en cuatro de los seis partidos.

REAL SOCIEDAD 0

ATHLETIC CLUB 0


Real y Athletic empataron por cuarto derbi consecutivo en un encuentro que los rojiblancos supieron llevar al estilo de juego que siempre ha caracterizado estos partidos de rivalidad. Eso les beneficia ahora ante un equipo blanquiazul repleto de jugadores ofensivos que no consiguen encontrar el camino del gol. Los de Moyes no han marcado en cuatro de los seis partidos disputados, pero al menos respondieron al pulso que planteó Valverde en un duelo intenso.

Pero la Real nunca consiguió que el partido tuviera la pausa que necesita imponer y eso provocó que sus dos directores de orquesta, Illarramendi y Pardo, tuvieran que centrarse más en las tareas defensivas, sin apenas intervenir en la elaboración del juego en un centro del campo en el que el Athletic impuso su superioridad numérica con San José, Beñat y Raúl García.

El Athletic llevó este duelo desigual en el centro al terreno que quería. A lo físico, con una fuerte presión en campo realista que dificultó a la Real salir con el balón jugado y con la tranquilidad que da un central del nivel de Laporte para solucionar los problemas que podía crear a la contra Carlos Vela por la derecha con su velocidad.

La polémica

En ese juego propio de los derbis de antaño el Athletic fue superior en el primer tiempo, aunque sin traducirlo en más ocasiones que un remate de Raúl García desviado desde fuera del área hasta que llegó la jugada clave del encuentro para que, como buen derbi, no faltara la polémica. Velasco Carballo no señaló penalti en un remate de Aduriz que golpeó en el brazo extendido de Asier Illarramendi, que ya tenía una tarjeta amarilla desde el inicio del partido.

Era el minuto 40 y esa jugada pudo cambiar el partido, porque jugar con uno menos y con desventaja en el marcador habría provocado que el desarrollo fuera diferente para la Real. Pero el colegiado madrileño no vio con claridad la jugada, no la castigó, y eso provocó que la igualdad se mantuviera hasta el final y los dos equipos se tuvieran que conformar con un punto que casi dieron más por bueno los blanquiazules que los rojiblancos por la forma en la que se jugó y porque se sumó a los tres logrados en Granada.

Era importante para los dos equipos colocarse en una inercia positiva tras un comienzo liguero complicado y por eso no perder fue mejor resultado contra lo que puede parecer normal para el equipo de casa que para el visitante. El Athletic llegó más necesitado y por eso Valverde dejó de alternar a sus jugadores como ha hecho hasta ahora y dio prioridad absoluta al partido de anoche sin guardar un miligramo de energía para el siguiente de la Europa League.

Con todo

Como se podía esperar, Moyes y Valverde no hicieron rotaciones para jugar el tercer partido de Liga en ocho días y alinearon a veinte de los veintidós jugadores que comenzaron sus últimos encuentros el martes y el miércoles ante Granada y Real Madrid, respectivamente. Solo la Real introdujo dos cambios esperados con la entrada de Rulli en lugar de Olazabal tras cumplir su partido de sanción y la de Pardo en sustitución del tocado Esteban Granero.

La Real no pudo superar la presión del Athletic en el primer tiempo e imponer la mayor calidad que se les supone a sus jugadores más adelantados, que apenas llegaron al área con disparos de Zurutuza, Pardo y Canales sin mayor peligro.

El partido se equilibró en el segundo tiempo, en el que la Real tuvo más ocasiones. Las dos primeras tuvieron a Canales como protagonista. En la primera remató fuera por poco un servicio de Zurutuza y en la segunda un centro suyo estuvo a punto de sorprender a Iraizoz.

Pero fueron dos jugadas aisladas, el Athletic siguió con su presión y retomó el mando del partido y tuvo dos opciones de Aduriz y una falta de Beñat sin que la Real consiguiera poner de su lado el partido hasta los cambios de Moyes.

Illarramendi y Pardo apenas entraron en juego e incluso el Athletic movía el balón con más criterio y dejó claro que iba a por el partido cuando Sabin Merino se retiró en un sprint sin perder un segundo para ser sustituido por Williams.

Los cambios

Moyes introdujo a Xabi Prieto en una posición más retrasada que Canales para compensar la superioridad numérica que hasta ese instante habían tenido los tres centrocampistas rojiblancos sobre los dos pivotes blanquiazules y, a partir de ahí, se equilibró más el partido. También Bruma entró en la banda izquierda para buscar una mayor velocidad y profundidad, aunque el portugués sigue en la línea de tomar malas decisiones en los metros finales. Solo estuvo bien en el centro que provocó un doble remate de Jonathas, que entró al final por Agirretxe.

Estos cambios y el de Iturraspe permitieron que el partido no bajara un ápice en su intensidad hasta el pitido final, pero sin que el alto ritmo al que se jugó el partido se tradujera en muchas ocasiones y en goles. A la Real le falta claridad en la faceta ofensiva en todo el año y por eso sumó su cuarto partido sin marcar gol. Lo bueno es que en defensa tampoco los concede y en los cinco partidos y medio que ha jugado con once jugadores solo ha encajado un tanto, el del Benito Villamarín.

El Athletic tampoco está mejor en la faceta ofensiva y ayer, a pesar de tener más posesión de balón –53% por 47% y de jugar buena parte del partido en el campo de la Real– solo envió dos remates entre los tres palos. Es verdad que le pudo bastar para ganar con un penalti y que Velasco Carballo también tuvo otra opción para expulsar a Illarramendi por una mano, pero eso no esconde que, como la Real maquilla, su faceta goleadora con los tres goles marcados en un solo partido. Ante el Granada los de Moyes y contra el Getafe los de Valverde.

Han sido sus únicas victorias en seis encuentros y deberán mejorar en la faceta ofensiva para poder colocarse donde se les espera por los presupuestos que manejan. Un derbi se puede jugar como ayer, como siempre, pero para ganar hace falta algo más que jugar con intensidad.