Alberto PRADILLA
MOVIMIENTOS POLÍTICOS EN EL ESTADO ESPAñOL

CIUDADANOS: LA TERCERA PATA O EL SUEñO DE ROSA DÍEZ

Parece nuevo pero tiene mucho pasado. Ciudadanos, la formación que dirige Albert Rivera, es la gran esperanza del «establishment» español para su reconfiguración en diciembre. Nacido en Catalunya, aspira a ser bisagra en clave de nacionalismo español.

Compartieron promotores, mensaje nacionalista español y objetivos. Uno, UPyD, dio rápidamente el salto desde Euskal Herria al Estado. Otro, Ciudadanos, se mantuvo en Catalunya tras un intento fallido en 2008 y un penoso camino que le tuvo al borde de la disolución en varias ocasiones. Al final, de tanto tener elementos en común les ocurrió como en la película «Los Inmortales»: «solo podía quedar uno». Ha sido la formación de Albert Rivera la que sobrevive. No solo eso. Su auge en las recientes elecciones catalanas, donde pasó de nueve diputados a 25 escaños, le sitúa en una posición inmejorable de cara a los comicios españoles del 20 de diciembre. Sabe que no puede ganar, pero sí condicionar. Ya lo hace en Andalucía, donde sostiene el Gobierno del PSOE, y en Madrid, donde mantiene al PP. Como «tercera pata» ha logrado presentar perfil «renovador», apoyando la continuidad de dos de las administraciones con más casos de corrupción en el Estado. Crueldades de la vida, podría cumplir con el sueño de Rosa Díez cuando esta lanzó su propio proyecto: ejercer de bisagra en Madrid al margen de CiU y PNV.

Una de las grandes victorias de la denominada «Operación Ciudadanos» es la de hacer pasar por nueva una formación que ya contaba con una década de historia. El propio Albert Rivera lleva desde entonces en política, pero ha logrado colocarse como un recién llegado sin tacha en el expediente. Y eso que hay informaciones que le sitúan en el PP antes de sumarse al partido naranja. Ya en Ciudadanos, casi ha borrado de las mentes aquel primer cartel electoral de noviembre de 2006. Concurría como cabeza de lista de Ciutadans-Partit de la Ciutadanía (la españolización del nombre llegaría con el salto a Madrid) y Rivera, que entonces tenía 27 años, aparecía completamente desnudo. «Solo nos importan las personas. No nos importa dónde naciste. No nos importa la lengua que hablas. No nos importa qué ropa vistes. Nos importas tú», rezaba el cartel.

Contra el Estatut y con Savater

El origen de Ciudadanos está en la plataforma del mismo nombre, lanzada en 2005 por intelectuales catalanes unionistas. Entre ellos destaca la figura de Francesc de Carreras, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad Autónoma de Barcelona, antiguo profesor de Rivera y uno de los tótems de opinión en ‘‘El País’’. Su principal mensaje no ha cambiado desde entonces, ya que se basa en un discurso identitario de defensa de «lo español» que, por aquellos tiempos, tenía a la inmersión lingüística como diana de todos sus ataques.

Todavía no existía proceso independentista alguno, por lo que su enemigo era algo más modesto: el Estatut que se tramitaba en un Parlament dominado por el Tripartit formado por PSC, ERC e ICV. Al leer su manifiesto fundacional da la sensación de que, para el grupo de 15 firmantes, hasta el PP se quedaba corto: era necesario un partido «identificado con la tradición ilustrada, la libertad de los ciudadanos, los valores laicos y de los derechos sociales, que debería tener como propósito inmediato denunciar la ficción política instalada en Catalunya». En la práctica todo se resume en la frase que en Euskal Herria también es conocida: «contra el nacionalismo obligatorio». Y dicho sin ironía.

Para comprobar las coincidencias con UPyD en aquellos tiempos basta con recordar quién se encontraba en el Palau de la Música el 1 de noviembre de 2006, en el acto central de campaña. Conduciendo el acto, Toni Cantó, actor y luego diputado junto a Díez. Como teloneros, la exconcejala del PSE Gotzone Mora y el periodista Arcadi Espada. Desde el exterior, cartas de apoyo de Rosa Díez y Albert Boadella y, como no podía ser de otro modo, el filósofo y guía espiritual del nacionalismo español de finales del siglo XX y principios del XXI, Fernando Savater. Dos procesos, uno en Euskal Herria y otro en Catalunya, corrían paralelos y, por aquel momento, sin intención de confrontar. Puede que en esto tenga que ver el hecho de que, desde el primer instante, UPyD apareciese como el «hermano mayor», con líderes mucho más visibles mediáticamente y el aval de todopoderosos lobbies como «Basta Ya». Rivera propuso hasta en cuatro ocasiones una coalición. Siempre recibió la misma respuesta. En 2014, con el Estado sumido en una grave crisis estructural, la negativa de Díez terminó convirtiéndose en el trampolín definitivo para Ciudadanos.

Referéndum o veto al concierto vasco

El apoyo que Ciudadanos está recibiendo actualmente del «establishment» dificulta hacer memoria. Pero las hemerotecas existen. Y ahí aparecen, desde el continuo transfuguismo entre sus cargos y los de UPyD hasta «fichajes estrella» como el de Carlos Navarro, alias «el Yoyas», concursante de Gran Hermano y candidato junto a Rivera en 2010. Todo esto quedó atrás hace un año, cuando el partido naranja pasó a ser la «gran esperanza blanca» ante el auge de Podemos. A nadie se le escapa que la irrupción de Ciudadanos cambió la correlación de fuerzas. No era lo mismo un Pablo Iglesias a la ofensiva frente a PP y PSOE soportando el descrédito de las instituciones (lastradas por corrupción y recortes) que una tercera pata que pueda acordar con Génova y Ferraz y, a la vez, ofrezca la imagen de «recambio».

En este sentido, cabe preguntarse si el actual auge de Ciudadanos y el declive de UPyD tienen que ver con la potencialidad rupturista del proceso catalán y el estancamiento del ciclo político en Euskal Herria. Barcelona ha sustituido a Donostia, Iruñea, Bilbo o Gasteiz como centro de las iras de la caverna madrileña, que paradójicamente es quien más defiende a Ciudadanos. Es curioso porque, ante la disyuntiva entre «derecha e izquierda», los estatutos del partido lo definieron en 2007 como «centroizquierda». Y, sin embargo, aspira a dar un mayor bocado al caladero de votos del PP que del PSOE.

Todavía está por ver el papel que juega Rivera en el maquillaje del sistema político español. En el ámbito económico no hay duda. Su gran apuesta es Luis Garicano, procedente de Fedea (Fundación de Estudios de Economía Aplicada), el think tank de las empresas del Ibex 35. De hecho, da la sensación de que el gran foco mediático del que disfruta el partido desde el año pasado tenga que ver con la idea lanzada por Josep Olliu, presidente del Banco Sabadell, quien en junio de 2014 abogaba por lanzar un «Podemos de derechas». Era la época dorada de Iglesias.

Donde realmente Ciudadanos se ha batido el cobre es en el flanco que más dificultades ha generado al Estado: el proceso soberanista. Con los partidos unionistas discutiendo sobre una hipotética reforma constitucional, Rivera ha anunciado que presentará su propia propuesta en octubre. Dos de sus notables, Elisa de la Nuez y Rodrigo Tena, abogaron recientemente en un artículo en ‘‘El Mundo’’ por una «Ley de Claridad» similar a la que Canadá aprobó para avalar la consulta en Quebec. Aunque fuentes del partido lo desmienten. Declaraciones como las de Inés Arrimadas, ya electa en Catalunya, vaticinando el fin del Concierto vasco, parecen más adecuadas para explicar la idea del partido que facilitará el cierre del sistema disfrazado de «fin del bipartidismo».

 

Críticas a las formas y las fechas tras anunciar rajoy elecciones el 20-d

Ni la fecha de las elecciones, el 20 de diciembre, ni las formas, a través de una entrevista de Mariano Rajoy en Antena 3 en lugar de en una comparecencia oficial, han encontrado apoyos en la mayoría de grupos políticos al margen del PP. El anuncio del presidente español, que llegó después de semanas mareando la perdiz, provocó ayer la reacción de las formaciones que ya se preparan para unos comicios claros. Por primera vez en mucho tiempo PP y PSOE tendrán dificultades matemáticas para asegurarse mayorías. En Euskal Herria, los partidos también toman posición.

«A día de hoy EH Bildu es la única garantía para exigir y reivindicar el derecho a decidir y la resolución democrática del conflicto vasco», remarcó Iker Urbina, diputado de Amaiur, quien deseó que la próxima legislatura sea la que establezca un «marco democrático» en el que todos los proyectos puedan ser desarrollados. Por el momento, EH Bildu no ha definido cuál será la fórmula para concurrir a los comicios españoles, aunque sus bases defienden la tesis suscrita por intelectuales vascos como Ramón Zallo para lanzar «listas unitarias» por la «transformación social».

Desde el PNV, Aitor Esteban consideraba que la fecha elegida por Rajoy, el 20 de diciembre, es el «culmen de los despropósitos», ya que generará muchas dificultades tanto a los ciudadanos a la hora de ir a votar como a los funcionarios que tengan que revisar las papeletas. «Rajoy dijo que un vaso es un vaso y un plato es un plato y nos ha puesto la mesa de Navidad», ironizó el jelkide.

Bixente Serrano Izko (Geroa Bai), confió en que los ciudadanos «manden a Rajoy de vuelta a casa por Navidad» y lamentó que el futuro Ejecutivo español esté condicionado por los presupuestos que el PP aprobará por mayoría.

Pedro Sánchez cuestionó el modo de dar a conocer la noticia, mientras que Albert Rivera fijó la fecha como la del «fin del bipartidismo». Cayo Lara vaticinó el inicio del cambio, aunque su formación sigue anhelando una «confluencia» con Podemos que no parece que vaya a tener lugar.

En términos prácticos, Rajoy convocará las elecciones oficialmente el 26 de octubre, por lo que el anuncio se publicará en el Boletín Oficial del Estado (BOE) al día siguiente. La siguiente marca en el calendario es el 6 de noviembre. Para esa fecha, se tienen que comunicar a la Junta Electoral las coaliciones electorales. El plazo para inscribir las listas electorales empezará al día siguiente, el 11 de noviembre, y se prolongará hasta el día 16. Serán publicadas y el 23, proclamadas, para que comience la campaña el día 4.

 

Cronología

8-9 julio 2005

Se funda Ciutadans-Partit de la Ciutadanía tras recoger el testigo de un manifiesto suscrito por 15 intelectuales unionistas. Rechazan la inmersión lingüística, abogan por profundizar los lazos con el Estado español y denuncian la corrupción. También rechazan el cambio de Estatut.

1 noviembre 2006

Ciutadans obtiene tres representantes en el Parlament de Catalunya. Entre ellos, Albert Rivera, que con 27 años lidera la plancha.

8 marzo 2008

Ciutadans se presenta a las elecciones al Congreso español. Obtiene un sonoro fracaso. Apenas obtiene 45 750 votos, lo que supone el 0,13% del total del censo.

noviembre 2012

Las elecciones catalanas suponen un espaldarazo a un partido en crisis. Triplica resultados y obtiene nueve parlamentarios.

25 mayo 2014

Ciudadanos logra dos eurodiputados y consolida su apuesta por saltar al Estado. Trata de negociar con UPyD pero, después de varias reuniones, se rompe el diálogo. Esto catapultará a la formación de Rivera y hundirá a la de Díez. Es el inicio de su crecimiento.