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KABUL

Conmoción tras el bombardeo de un hospital de MSF en Afganistán

El Gobierno de Estados Unidos asegura que realizará una «investigación completa» para aclarar lo ocurrido en la ciudad afgana de Kunduz, donde presuntamente la aviación de ese país bombardeó ayer un hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) y causó la muerte de al menos doce miembros de su personal y siete pacientes.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Ash Carter, aseguró que Washington efectuará una «investigación completa» sobre el ataque aéreo que alcanzó ayer un hospital dirigido por Médicos Sin Fronteras (MSF) en la ciudad de Kunduz, en el que murieron 19 personas. «Una investigación completa sobre el trágico incidente está en marcha en coordinación con el Gobierno afgano», informó Carter en un escueto comunicado, después de que el Gobierno afgano justificara el ataque con el argumento de que en el hospital se ocultaba un grupo de talibanes.

«La zona ha sido escenario de intensos combates de los últimos días. Las fuerzas estadounidenses en apoyo de las Fuerzas de Seguridad afganas estaban operando cerca, al igual que los combatientes talibanes», añadió el jefe del Pentágono, quien subrayó que el Gobierno de Obama aún trata de determinar, en colaboración con las autoridades afganas, lo ocurrido.

Media hora en el infierno

«El bombardeo continuó durante más de 30 minutos después de que las autoridades militares estadounidenses y afganas fueran informadas en Kabul y Washington», denunció MSF, que aclaró que todas las partes en conflicto conocían sus coordenadas exactas.

El hospital atacado, el único con servicios de traumatología y cirugía en toda la región y en el que trabajaban 80 miembros de MSF, atendía a un centenar de pacientes en el momento del bombardeo, que dejó «parcialmente destruido» el recinto, según la ONG.

«Fue terrible ver la pérdida de vidas de médicos de MSF (por el bombardeo), pero lamentablemente los terroristas decidieron ocultarse en el hospital», afirmó el portavoz del Ministerio de Interior afgano, Seddiq Seddiqi.

El Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra'ad Al Hussein, pidió una completa y transparente investigación del hecho y afirmó que si se «considera que debe ir a un tribunal de justicia, un bombardeo a un hospital puede ser considerado crimen de guerra. Este hecho es absolutamente trágico, inexcusable y posiblemente incluso criminal», añadió Zeid en el comunicado.

Según la propia OTAN, las fuerzas estadounidenses podrían estar detrás del trágico ataque aéreo. «Las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo un ataque aéreo en Kunduz a las 02:15 contra personas que amenazaban a las fuerzas de la coalición», dijo la Alianza Atlántica en un comunicado. «El ataque podría haber provocado daños colaterales a un centro médico cercano. Este incidente está bajo investigación», añadió.

Un residente local contó que intentaba desesperadamente contactar con seis de sus amigos, todos médicos y enfermeras de MSF. «No tengo ninguna noticia de ellos, podrían estar muertos», dijo a la AFP. Afirmó además que muchos residentes con familiares ingresados en el hospital tienen miedo de salir de sus casas en busca de noticias debido a los disparos entre el Ejército y los talibanes.

El centro de MSF en Kunduz es un centro sanitario clave en la región que ha funcionado «más allá de su capacidad» durante los recientes combates entre el Ejército y los talibanes, que tomaron el control de la ciudad durante varios días.

«Estamos profundamente consternados»

El centro de traumatología de MSF en Kunduz es la única instalación médica en la región que puede tratar lesiones graves. «Estamos profundamente consternados por el ataque, por la muerte de nuestros empleados y por el alto castigo infligido a un centro de salud en Kunduz», declaró en un comunicado el director de operaciones de MSF Bart Janssens. «Nuestro equipo médico está proporcionando primeros auxilios y tratamiento a los pacientes lesionados. Instamos a todas las partes a respetar la seguridad de las instalaciones de salud y de su personal», agregó.

Kunduz está sumida en una crisis humanitaria, con miles de civiles atrapados en el fuego cruzado de dos fuerzas: las tropas del Gobierno y los insurgentes talibanes. Por el momento, no se conoce con exactitud el número de víctimas de los combates que se libran en esta ciudad, pero las autoridades dijeron el viernes que al menos 60 personas han muerto y 400 han resultado heridas.GARA