Koldo CAMPOS
Periodista

Carta a mis hijas

Queridas hijas, lamento tener que deciros que si no tenemos trabajo, los recortes han llegado a casa y la casa ya no es nuestra, es por vuestra culpa, porque vivís demasiado bien y no os esforzáis, no sabéis lo que es el hambre.  No lo digo yo, lo dice Pello Guibelalde, presidente de Adegi, que porque tiene hijos, supongo, sabe de qué habla.

Dice también que no tenéis aquel viejo espíritu emprendedor y que por ello no emigráis, por ejemplo, a Alemania o, como sugería otro empresario español, a Laponia. Y deberíais saber, afirma el empresario, que «vivir en Alemania no es estar fuera de casa porque se coge un avión y en media hora estáis aquí». El problema es que Euskadi «no es un lugar atractivo para invertir», insiste Guibelalde, porque «los costes y los salarios son muy elevados». A eso se debe que él disponga de seis empresas en el extranjero. Así que, si os parece, sea a Alemania, sea a Laponia o sea a la mierda, vámonos juntos, aunque eso sí, de nuestro amigo Pello de la mano. O, es otra opción, aprovechad la herencia que no os dejo como capital, ganaos el favor de amigos en el Gobierno, haceos con unos contratos, especulad unas buenas comisiones y convertiros en empresarias. ¡Hasta podríais acabar presidiendo Adegi!

(Euskal presoak Euskal Herrira)