El secretario general de la OLP, Saeb Erekat, condenó las recientes decisiones del Gobierno israelí al considerar que se trata un «castigo colectivo» al pueblo palestino: «El Gobierno israelí ha continuado sus ataques intencionados y el castigo colectivo a la población civil palestina incumpliendo sus obligaciones en virtud de la IV Convención de Ginebra, en lo que es un crimen de guerra según el derecho internacional».

A juicio de Erekat, medidas punitivas como las de ordenar la demolición de viviendas de atacantes y ampliar las detenciones administrativas de participantes en disturbios suponen «un recordatorio de la necesidad urgente de una intervención internacional para proteger al pueblo palestino bajo ocupación de los implacables ataques de las fuerzas israelíes y los colonos terroristas».

Pero la intervención internacional que pide la OLP no llega y a Netanyahu y a los suyos se les ve como pez en el agua cuando de mostrar músculo se trata.

Al menos dos viviendas pertenecientes a las familias de dos palestinos presuntamente autores de ataques fueron destruidas en Jerusalén Este, ocupada y anexionada por Israel, según indicó el Ejército israelí.

Viviendas de las familias

Un periodista de la agencia AFP constató la destrucción de la casa de Gasan Abu Jamal, quien junto a su primo Udai mató a cinco personas en un atentado en una sinagoga de Jerusalén Oeste en noviembre de 2014, antes de morir abatidos.

En el mismo barrio de Jabal Moukabber, el Ejército anunció haber destruido la casa de la familia de Mohamed Jaabis, abatido en agosto de 2014 en Jerusalén cuando atacó un autobús con una excavadora.

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas dijo tras estas demoliciones que no desea una «escalada» de violencia con Israel: «No queremos una escalada militar y de seguridad con Israel. Le decimos a nuestras fuerzas de seguridad, a nuestros movimientos políticos, que no queremos una escalada, pero deseamos protegernos. Queremos alcanzar una solución política por la vía pacífica y de ninguna otra manera», dijo el presidente.

Cerca de 2.000 personas se congregaron en el campo de refugiados de Aida, a la entrada de la histórica ciudad de Belén, para asistir al funeral de Abed al Raham, el adolescente de 13 años muerto el lunes de un disparo en el pecho por soldados israelíes. «Asesinaron a mi hijo cuando regresaba de la escuela», lamentó a la agencia Efe Dalal Rahman, de 40 años y madre del fallecido, desde su vivienda en el corazón de Aida, donde residen unos 6.000 refugiados palestinos.

«Rabia popular»

Momentos antes de recuperar el cuerpo del hospital y celebrar el correspondiente sepelio, la mujer rechazó la versión israelí de que los soldados dispararon contra el que consideraron «uno de los principales instigadores» de los disturbios que se registraban cuando un grupo de palestinos «atacó con piedras, cócteles molotov y neumáticos ardiendo un puesto militar».

Según esta madre de seis hijos y el testimonio de los vecinos, el adolescente no participaba en las protestas, y aún llevaba su mochila escolar cuando cayó, por un impacto próximo al corazón, a los pies de una oficina de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).

El representante de la Comisión de Asuntos de los Prisioneros, Isa Qaraqe, condenó en el funeral las últimas actuaciones de las fuerzas ocupantes y responsabilizó a Israel de la muerte del muchacho: «Nadie debería dejar morir a un niño, esto es culpa de Israel. Todo lo que estamos viviendo requiere una solución política, Israel no quiere solucionarlo y este círculo de violencia continuará porque su origen está en la existencia de la ocupación».

Qaraque calificó los últimos incidentes violentos de reflejo «de la rabia popular» en las calles palestinas.

Mohamed Al Azza, director de comunicación de la ONG Lajee, que trabaja en el campo de Aida, dio lectura durante el entierro a una nota de la OLP en la que se denuncia el uso de munición real por parte del Ejército israelí. A causa de esta práctica, «tragedias como ésta no pueden ser vistas como excepciones sino más bien como el resultado natural y pretendido de las políticas discriminatorias israelíes».

La comitiva fúnebre terminó en el cementerio, situado a escasos metros del lugar donde resultó fatalmente herido el menor, sitio en el que fueron depositadas distintas ofrendas y una imagen del fallecido con la leyenda: «Nuestro deseo es simple y legítimo: queremos regresar a casa seguros cada día».

Piedras contra un Ejército

Después, alrededor de un millar de jóvenes se desplazó hasta las inmediaciones de una de las torres de vigilancia israelí que custodian el Muro del Apartheid en la zona.

Los palestinos se enfrentaron a las tropas israelíes apostadas en el área y los disturbios se prolongaron durante varias horas y dejaron al menos ocho heridos por balas recubiertas de caucho y decenas de afectados por inhalación de gas, según confirmaron fuentes de la Media Luna Roja palestina.

También se repitieron las protestas en varios accesos a la ciudad cisjordana de Ramala, especialmente en el puesto de control de Qalandia, principal vía de conexión entre Jerusalén y la urbe palestina, donde decenas de niños y adolescentes palestinos se enfrentaron al Ejército israelí con piedras y neumáticos en llamas.

 

Gazte bat hil zuen Poliziak laguntza eske hurbildu zenean

Israelgo Poliziak palestinar gazte bat hil zuen joan den igandean israeldar bati eraso egiteagatik, bertsio ofizialaren arabera. Baina etxekoek, lagunek, lekukoek eta sarean zabaldu diren bideoek hankaz gora botatzen dute Tel Avivek esandakoa.

Fadi Alunek 19 urte zituen. Ia egunero bezala, goizaldeko lauretan meskitara sartu zen otoitz egitera, ondoren Tel Avivera eraikuntzan lan egitera joateko asmoz. «Odol hotzean erail dute. Ez zuen erasorik egin, ez zuen inor arriskuan ipini. Israeldar batzuek berari egin zioten eraso eta berak ihes egin zuen. Poliziaren auto bat hurbiltzen ikusi zuenean, laguntza eske hurbildu zen», azaldu dio Efe agentziari Ahmed Tibi Israelgo Parlamentuko diputatu palestinarrak. Hedabideetan eta sarean asko zabaldu diren bideoek Tibik esandakoa baieztatzen dute. Alun agenteengana hurbiltzen ari zela, erasotzaileak oihuka hasten zaizkie poliziei: «Tiro egiozue, arabiarra da, terrorista bat». Agente bat autotik irten eta zazpi tiro egiten dizkio erasotakoari. Horietako bat, buruan, gaztearen aitak nabarmendu duenez.

Fadi Alunek Sirinekin ezkontzeko asmoa zuen. Oso kirolaria zen, eta bere ametsen artean auto bat erostea zegoen.GARA