Ion SALGADO
VI CONGRESO MUNDIAL DE COLECTIVIDADES VASCAS

LA DIÁSPORA, MUCHO MÁS QUE UN SIMPLE RECLAMO CULTURAL

KINGSLEY AIKINS ADVIRTIÓ AYER DE QUE LA DIÁSPORA PUEDE SERVIR PARA GENERAR RIQUEZA EN EUSKAL HERRIA. PUSO COMO EJEMPLO EL CASO DE SU IRLANDA NATAL, QUE HA LOGRADO UN GRAN PROGRESO ECONÓMICO GRACIAS AL RETORNO DE EMIGRANTES. SUS IDEAS DEJAN ATRÁS LA IMAGEN FOLCLÓRICA ASOCIADA A LA INMIGRACIÓN VASCA.

Lograr que la diáspora se convierta en un activo económico del país de origen. Esta es la idea que presentó ayer en Gasteiz Kingsley Aikins, fundador de “Diaspora Matters” y creador del concepto diasporize. Una palabra que deja atrás la visión folclórica que tradicionalmente se ha asociado a los inmigrantes vascos. «La fuga de cerebros se puede convertir en algo bueno, y puede atraer inversiones», explicó tras recordar que las personas que retornan a sus países de origen traen de vuelta consigo conocimiento, experiencia y, en muchos casos, dinero.

Aikins, que protagonizó la primera conferencia del VI Congreso Mundial de Colectividades Vascas en el Exterior, puso como ejemplo el renacer tecnológico de su Irlanda natal, donde se impulsó el retorno de ingenieros para lograr que Intell instalará su factoría, y de Israel, que durante décadas ha utilizado a la diáspora judía para incentivar el crecimiento de su economía. «Han logrado cambiar el país con la diáspora, y han puesto en marcha un programa gracias al cual jóvenes judios visitan Israel durante diez días. Y Armenia y Polonia también lo están haciendo», destacó ante la atenta mirada del lehendakari Iñigo Urkullu.

Asimismo, afirmó que la diáspora puede generar empleo en sectores como el turismo, además de fomentar la inversión de personas migrantes o de descendientes de migrantes en el país de origen. En este sentido, Aikins detalló que la Inversión de la Diáspora Directa (IDD) es una subcategoría de la Inversión Extranjera Directa (IED); y remarcó que la diáspora también puede actuar como un «poder blando», ejerciendo una influencia en el país de residencia y mejorando la imagen del país de origen. «Se puede utilizar la diáspora como un elemento de política exterior de bajo coste», manifestó tras insistir en que la migración ha dado pie a una «nación global» que ha superado barreras geográficas.

Ayuda a los jóvenes

La visión de Aikins no está en sintonía con la realidad de la diáspora vasca, que, de momento, no ha forjado una relación financiera con los siete herrialde vascos. «Para nosotros la Euskal Etxea es un lugar de encuentro, donde hacemos actividades relacionadas con la transmisión de la herencia cultural. No hay una visión económica, ni se habla de la generación de puestos de trabajo», señaló Pedro Furrer, residente en la localidad argentina de Olavarría. Esta opinión es compartida por Ainhoa Añorga, vecina de Berlín, o por Aitor Iñarra, un donostiarra que lleva diez años viviendo en San Francisco.

No obstante, parece que las Euskal Etxeak están dispuestas a dar un paso al frente, a convertirse en algo más que un mero agente cultural. Así lo indicaron los responsables de las mismas tras escuchar la intervención de la presidenta del Consejo Vasco de la Juventud, Itsaso Andueza, que les instó a ayudar a los jóvenes que parten de Euskal Herria en busca de un futuro. «Quienes que se van fuera tienen una serie de necesidades, y creo que debería existir una relación con las Euskal Etxeak para saber qué necesitan esas personas, y para conseguir que se acerquen a estos centros», subrayó.

Andueza recordó que ya existen algunas iniciativas dirigidas a lograr la inclusión de los jóvenes, como la que ha puesto en marcha Iñaki Loizna junto a otros socios de la Euskal Etxea de Montreal, creando la cooperativa solidaria Euskoop. «Vimos que había un problema de integración, porque muchos jóvenes procedentes de Hego Euskal Herria no saben francés, y en Montreal hay que dominar esta lengua para poder trabajar. Y con la cooperativa queremos darles un pequeño empleo y cursos de francés para que se puedan integrar con mayor facilidad. También les ofrecemos asesoría fiscal y les ayudamos a buscar piso», explicó. Y el hecho de ser una empresa les permite llamar a las puertas de las instituciones de Québec y de Canadá. «Es más fácil que nos den una ayuda», concluyó.