Una delegación vasca, encabezada por la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, visitó ayer la «fábrica inteligente» que Siemens tiene en la ciudad alemana de Amberg, donde el 75% de la producción está automatizada. Según indicó la consejera, esta planta es «una industria 4.0 tangible y real». Admitió que este nuevo modelo, que supone una mayor automatización, implica también modificar la organización del trabajo, aunque matizó que «no se trata de anular la función de las personas en los procesos de producción sino de actualizar las funciones que asumen como programar y vigilar a las propias máquinas», dijo.