Txisko FERNÁNDEZ
DONOSTIA
HUELGA GENERAL EN GRECIA

El primer gran pulso sindical no desestabiliza al Ejecutivo de Syriza

Con un paro generalizado en los servicios públicos, el transporte y los medios de comunicación, y con escasa incidencia en el sector privado, el Gobierno de Alexis Tsipras pasó sin mayores apuros de los previstos la jornada de huelga, que también fue apoyada por Syriza. Mientras, continúan las negociaciones entre Atenas y sus acreedores.

La convocatoria de una huelga general de 24 horas para la jornada de ayer fue lanzada al unísono, por un lado, por los sindicatos mayoritarios del sector privado, GSEE, y de la función pública, Adedy, y, por otro, por el comunista PAME. Con esta iniciativa pretendían condicionar los próximos pasos que previsiblemente dará el Gobierno de Alexis Tsipras en el tortuoso proceso encaminado a materializar el rescate de las finanzas griegas por parte de los acreedores internacionales (Comisión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y Mecanismo de Estabilidad Europeo).

Las centrales sindicales exigen que no haya nuevas subidas de impuestos y que se ponga freno a la reforma de las pensiones de jubilación.

El paro tuvo un amplio respaldo en la Administración –en los hospitales los servicios mínimos solo cubrían las urgencias– y los transportes –incluidos los vuelos internos–. No obstante, las movilizaciones que se desarrollaron al mediodía no ofrecieron una imagen tan contundente. Distintos medios –la mayoría citando fuentes de la Policía– daban cifras de entre 20.000 y 25.000 para los manifestantes en Atenas, y menos de 10.000 para los que se congregaron en Tesalónica.

En la calle y en el Gobierno

A primera vista, ese escaso impulso movilizador frente a las medidas pactadas con los acreedores tras la victoria del “No” en el referéndum del pasado 5 de julio no tendrá especial repercusión en la estrategia que mantiene el Gobierno de Alexis Tsipras tras el refrendo electoral del 20 de agosto.

Una estrategia que se ha sacado de la chistera la paradoja de que Syriza también apoyara la huelga. La Coalición de la Izquierda Radical hizo público un comunicado en el que animaba a «participar masivamente» tanto en el paro como en «las manifestaciones a lo largo de todo el país».

Syriza puso el foco en la lucha «contra la especulación» y en defensa de «los derechos laborales, las pensiones y los salarios dignos, y los bienes sociales». Y subrayó que, «en medio de las negociaciones», la movilización de las personas asalariadas «se debe utilizar contra las políticas neoliberales y el chantaje económico» de ciertos centros de poder ubicados «en Grecia y en el extranjero». Esa paradoja fue muy comentada en las redes sociales, de donde AFP recogía este comentario de un usuario de Twitter: «Estoy un poco perdido. ¿Desfilamos con Alexis para tumbar a Tsipras, o con Tsipras para tumbar a Alexis?».

Negociaciones

En el marco de la manifestación de Atenas se produjeron incidentes, como el lanzamiento de cócteles molotov contra la sede del Banco de Grecia o contra un hotel próximo a la plaza Syntagma donde se llevan a cabo estos días las negociaciones entre el Gobierno heleno y el cuarteto.

En esos debates, Atenas se resiste a asumir algunas medidas que plantean los acreedores como condición previa al desembolso de un préstamo de 2.000 millones de euros. El Ejecutivo de Tsipras mantiene el pulso en torno al pago atrasado de impuestos y las ejecuciones hipotecarias de la vivienda principal, pidiendo que se excluya a los hogares con ingresos por debajo de 2.000 euros y valores catastrales de hasta 200.000.