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RAMALLAH

Israel mata a dos palestinos durante el derribo de una casa en Qalandiya

El Ejército sionista mató ayer a dos palestinos durante los enfrentamientos que estallaron en el campamento de refugiados de Qalandiya cuando sus soldados procedían a demoler la vivienda de un palestino acusado de matar a un israelí. La ONU volvió a exigir el fin de esa política, que el Gobierno de Netanyahu ha intensificado.

Los palestinos Ahmed al-Ayesh, de 28 años, y Laith Manasra, de 21, murieron ayer en Cisjordania por disparos de soldados israelíes durante una operación del Ejército sionista en el campamento de refugiados de Qalandiya, entre Ramallah y Jerusalén, para demoler una casa en represalia por la muerte de un israelí en junio. Un tercer palestino se encuentra en estado crítico, informó la agencia Maan.

El suceso tuvo lugar de madrugada, cuando soldados acudieron a Qalandiya a demoler la vivienda de Muhamad Abu Shaheen, a quien Israel detuvo en julio acusado de matar al israelí Danny Gonen al disparar contra su vehículo cuando circulaba con un amigo cerca de la colonia judía de Dolev, en la Cisjordania ocupada.

Según la versión del Ejército, centenares de palestinos atacaron a los militares a pedradas y con botellas incendiarias y «varios sospechosos abrieron fuego» contra los soldados, que «dispararon a los atacantes y confirmaron haber hecho tres blancos». El último balance rebajó a dos el número de fallecidos, a cuyos funerales acudieron cientos de personas.

Los enfrentamientos no impidieron la demolición parcial con explosivos de la vivienda, de dos plantas, por parte de los soldados, que dieron 15 minutos para abandonarla a sus ocupantes –la esposa de Muhamad Abu Shaheen y sus dos hijas– y a los vecinos del edificio.

Las protestas contra la demolición de viviendas –al menos cinco en los dos últimos días, dejando a cerca de veinte personas sin hogar– son frecuentes, pero raramente tan virulentas como las de ayer en Qalandiya.

Unos 11.000 refugiados palestinos que fueron expulsados de sus aldeas tras la creación del Estado de Israel en 1948 viven actualmente en el campo de Qalandiya, abierto en 1949.

«Injusto castigo colectivo»

El primer ministro, Benjamin Netanyahu, ordenó el mes pasado intensificar la controvertida política de demoliciones, bajo la presión de sus aliados de ultraderecha. El Gobierno alega que son disuasorias, pero sus críticos denuncian una forma de castigo contra familiares que comparten techo con un acusado o contra el autor de un atentado que a menudo ya está muerto. Para los palestinos, son una de las expresiones más odiosas de la ocupación israelí. El coordinador humanitario de la ONU para los territorios palestinos ocupados, Robert Piper, pidió ayer, tras señalar «los serios desafíos en seguridad que tiene ahora Israel», el fin de las demoliciones punitivas, que calificó de «castigo colectivo», contrarias al derecho internacional e «inherentemente injustas al castigar a inocentes por los actos de otros». El ministro israelí de Defensa, Moshe Yaalon, justificó la destrucción de las viviendas de los autores de los ataques contra israelíes. «Esta medida demostró ser disuasiva», dijo Yaalon.

«Tuvimos la prueba de su eficacia el sábado, cuando el padre del autor del atentado que le costó la vida al rabino Litman y a su hijo nos entregó a su hijo por temor a que su vivienda fuera destruida», agregó. Se refería al palestino acusado de haber matado al rabino Yaakov Litman y a su hijo Netanel el viernes en Cisjordania, y cuyo arresto se anunció el domingo.

«En los últimos meses, varios palestinos nos entregaron a sus hijos o nos informaron anticipadamente de que iban a cometer un atentado para evitar la destrucción de su vivienda», señaló.

Desde que estalló la ola de violencia a principios de octubre, al menos 85 palestinos han muerto por disparos de las fuerzas sionistas. En ese periodo, doce israelíes han perdido la vida.

Alertan sobre posibles ejecuciones sumarias

Expertos en derechos humanos de la ONU advirtieron ayer de que las fuerzas de seguridad israelíes podrían haber hecho un uso excesivo de la fuerza, incluidas ejecuciones sumarias de palestinos, en el marco de la actual espiral de violencia.

En una declaración escrita, el informador oficial de la ONU sobre derechos humanos en los Territorios Palestinos, Makarim Wibisono, y el experto de la ONU en ejecuciones sumarias, Christof Heyns, llaman al «fin de la violencia y al respeto del derecho internacional» y demandan a Israel una investigación rápida e independiente de los casos sospechosos de constituir ejecuciones extrajudiciales. Denuncian «los ataques individuales de palestinos contra israelíes, el uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas israelíes cuando detienen a sospechosos palestinos (...) y los violentos ataques de los colonos contra palestinos», y subrayan que las «prácticas y políticas» derivadas de la ocupación han supuesto violaciones de los derechos humanos de los palestinos y favorecido las tensiones.GARA