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VARSOVIA

Los conservadores católicos del PiS aceleran su asalto al poder en Polonia

Tras su reciente mayoría absoluta en las elecciones legislativas, a imagen y semejanza de lo que hace Viktor Orban en Hungría, el partido Derecho y Justicia (PiS) ha destituido a los jefes de los servicios de inteligencia y ha reformado a su medida el Tribunal Constitucional.

Los conservadores católicos del partido euroescéptico polaco Derecho y Justicia (PiS), que ganaron las recientes elecciones legislativas obteniendo la mayoría absoluta en la Dieta (Cámara Baja) con 235 sobre 460 escaños, no han necesitado ni los cien días de gracia parlamentaria para pisar el acelerador y marcar el territorio.

48 horas después de la moción de confianza ganada por el PiS de Jaroslaw Kaczynski, la comisión parlamentaria encargada de los servicios especiales de inteligencia civiles y militares ha aprobado la destitución de sus máximos responsables.

Calificado de «golpe de fuerza nocturno» por la oposición y un ejemplo de democracia totalitaria donde la razón siempre reside en la mayoría parlamentaria, ese asalto a las servicios de espionaje ha venido de la mano de una reforma del Tribunal Constitucional para que nadie les impida hacer lo que tienen pensado hacer. Esta reforma permite al PiS la elección de cinco magistrados de su cuerda, saltándose las designaciones que había hecho antes el Parlamento.

Toma de las palancas del poder

Este modus operandi, calificado por el comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Nils Muiznieks, como una operación de «minado del estado de derecho» y, tras el rechazo de la nueva mayoría parlamentaria a su llamamiento a retirar la reforma, se parece mucho a lo que está haciendo el primer ministro populista de derechas de Hungría, Viktor Orban. No es casualidad. El cerebro y estratega del PiS, Jaroslaw Kaczynski, ha declarado en numerosas ocasiones su admiración por la política interna de Orban. La estrategia de ambos es clara: tomar de manera sucesiva y sin cesar las diferentes palancas del poder.

El PiS no parece sentirse aludido. «Nuestras decisiones significan un retorno a la normalidad conforme a las reglas parlamentarias», declaró el presidente del Senado y miembro del PiS, Stanislaw Karczewski. Y anunció otra reforma para los medios de comunicación, con una clara intención de «repolonizarlos».