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BILBO

Kutxabank sigue reduciendo su participación en Euskaltel al no acudir a la ampliación

La operadora califica de «éxito» la ampliación de capital llevada a cabo para financiar la compra de R Cable y destaca que las nuevas acciones, a excepción de Abanca, se han colocado entre los accionistas actuales.

La operadora vasca de telecomunicaciones Euskaltel calificó ayer de «éxito» la ampliación de capital de 250 millones de euros –a 10,08 euros por acción– que ha llevado a cabo para financiar la compra de la empresa gallega R Cable, ya que se ha producido una demanda de suscripción de nuevas acciones «más de cuatro veces superior a la oferta».

Euskaltel destacó que las nuevas acciones, a excepción de Abanca que entra en el accionariado, se han colocado «íntegramente» entre los accionistas actuales de la empresa.

Kutxabank, sin embargo, no ha participado en la adquisición de nuevas acciones, por lo que diluye su participación, que pasa del 30% al 25%. La entidad financiera poseía el 49,9% de las acciones hasta el pasado mes de junio, pero vendió el 19,8% en la salida a bolsa de Euskaltel, quedándose con el 30,1%.

Una de las compañías que sí ha acudido a la ampliación de capital es la Corporación Financiera Alba. Este holding inversor, perteneciente al grupo March, se convirtió en accionista de Euskaltel tras la salida a bolsa, con lo que su participación en el accionariado de Euskaltel quedó en el 8,02%. Tras acudir ahora a la ampliación de capital, estima que su participación se elevará hasta el 10%, después de haber suscrito más de 5,026 millones de nuevas acciones de la operadora por 50,7 millones de euros.

Gestamp no entra en Abengoa

Entretanto, Gestamp anunció ayer que renuncia a la operación de entrar en Abengoa al no conseguir financiación por parte de la banca para la empresa andaluza.

A través de su filial Gonvarri, el grupo pensaba inyectar más de 300 millones de euros en Abengoa y convertirse en el primer accionista con el 28%. Pero para ello, Gestamp solicitaba a la banca un paquete financiero de ayuda a la empresa andaluza y nuevas líneas de crédito de entre 1.000 y 1.500 millones. No obstante, la banca acreedora, sobre todo las entidades extranjeras, no ha aceptado estas condiciones.