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MOSCÚ
13-N EN PARÍS

Moscú acuerda colaborar con París y abre la puerta a la coalición de EEUU

Vladimir Putin y François Hollande acordaron ayer coordinar sus acciones militares contra el Estado Islámico en Siria y Moscú abrió la puerta a colaborar con la coalición internacional que lidera EEUU. Ambos fueron más allá y acordaron no bombardear a la oposición «moderada», definición sobre la que siempre han mantenido diferencias.

Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y del Estado francés, Francois Hollande, acordaron ayer coordinar sus acciones militares contra el Estado Islámico (ISIS) y otros grupos yihadistas en Siria, aunque no pudieron llegar a un acuerdo sobre la «gran coalición» que busca París ni sobre el destino del presidente sirio, Bashar al-Assad. Putin se mostró dispuesto a coordinar su campaña aérea con Occidente, a la que siempre ha acusado de utilizar al ISIS como herramienta para derrocar a Al- Assad.

«Hemos acordado que en breve nos coordinaremos tanto en el plano bilateral como en el de la coalición liderada por EEUU, en general», afirmó Putin en una rueda de prensa conjunta en el Kremlin. Su homólogo estadounidense, Barack Obama, sin embargo, condicionó el miércoles la colaboración con Rusia a un cambio de su política en Siria.

Hollande es el primer mandatario occidental que viaja a Moscú y decide tender la mano al líder ruso desde que se planteara a finales de setiembre la creación de una alianza internacional contra el yihadismo. Putin y Hollande ven su cooperación coyuntural como un espaldarazo «a la formación de una amplia coalición antiterrorista bajo la égida de la ONU», ya que «el número de países que secundan esta iniciativa aumenta».

Putin precisó que con el acuerdo adoptado ayer «se trata de definir los territorios en los que se pueden lanzar ataques y en los que es mejor abstenerse de efectuar bombardeos».

Al respecto, Hollande aseguró que «los ataques contra el EI se intensificarán» de manera coordinada con Rusia «con el fin de aumentar la eficacia de esas acciones» militares.

Adelantaron que centrarán sus ataques en especialmente las fuentes de financiación del ISIS –yacimientos, refinerías y convoyes de petróleo– y en abstenerse de atacar a la oposición moderada a Al-Assad.

Pero tendrán que definir cuál es esa oposición «moderada», ya que los responsables de la muerte de uno de los dos soldados rusos el martes –el soldado de tropas de élite que participaba en la operación de rescate tras el derribo del caza ruso por aviones turcos– fueron los turcomanos, grupo no islamista que formó parte de Ejercito Libre Sirio, al que Occidente apoyó en tanto que «oposición moderada».

En lo que discreparon ambos mandatarios es en el futuro del presidente sirio, Bashar al-Assad, aliado de Rusia e Irán y cuya renuncia demandan EEUU, la Unión Europea, Turquía y Arabia Saudí. Hollande se mostró tajante en que «no puede jugar ningún papel en el futuro de este país» y Putin subrayó que el futuro de Al-Assad deben decidirlo el pueblo de Siria.

Medidas contra Ankara

Dos días después del derribo de un caza ruso por aviones turcos en la frontera siria, que puede dañar las relaciones bilaterales pero no conllevará una ruptura, el Gobierno de Moscú urgió a sus ciudadanos a abandonar suelo turco, adoptó represalias económicas contra Turquía y puso en duda la sinceridad de esta en su compromiso de luchar contra el ISIS.

Las represalias económicas afectarán el comercio, las inversiones, el empleo de mano de obra, el turismo, el transporte aéreo o el ámbito cultural.

Rusia anunció que reforzará sus controles sobre los productos agrícolas y alimentarios turcos, aduciendo violaciones de las normas sanitarias. Además, desaconsejó a los rusos que viajen a Turquía, uno de sus destinos turísticos favoritos.

También podría afectar a la situación de los trabajadores turcos en Rusia y también podrían poner en riesgo la construcción (en curso) de la primera central nuclear turca en Akkuyu y enterrar el proyecto del gasoducto TurkStream, de por sí ya complicado, que sería la puerta de entrada del gas ruso hacia el sur de Europa.

Entretanto, el presidente ruso, Vladimir Putin, se quejó de no haber recibido aún «disculpas» de Turquía, aunque su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró que Putin no respondió a sus llamadas y en una entrevista a televisión francesa France 24 añadió que «se podría haber resuelto de otra manera esta violación del espacio aéreo, de haber sabido que se trataba de un avión ruso».

Según medios turcos, Erdogan desearía reunirse con Putin el 30 de noviembre en París, en la cumbre del clima, aunque el Kremlin aseguró que no hay nada previsto de momento.

Cameron acude al Parlamento y Renzi (Italia) contemporiza

Confusión, precipitación, incomprensión. Algunas de las más de 260 personas sometidas a arresto domiciliario como parte del estado de emergencia decretado en Francia tras el 13-N en París no entienden por qué se les impone una medida que consideran «abusiva» e «injustificada».

«Estás encarcelado, pero en tu casa»: Karim (nombre ficticio para preservar su anonimato) dice estar viviendo una «pesadilla». ¿Su delito? Según las autoridades, ser «muy radical» y «haberse felicitado públicamente» por los atentados de enero contra “Charlie Hebdo” y un supermercado kosher.

Karim no entiende qué se le echa en cara. «Un radical no besa a las mujeres, no tiene televisión, no deja que su esposa vaya sola de vacaciones, no celebra la Navidad o Halloween y no disfruta de la vida», dice.

«Nos acusan de ser terroristas, ¡es muy grave!», dice enfadada su mujer, de 33 años. En su armario no hay velo ni niqab, pero sí varios bikinis. «Hemos luchado para tener lo que tenemos, trabajamos, y ahora se nos echan encima. ¿Por qué? Porque somos musulmanes, pero no vamos a escondernos por serlo», añade con lágrimas en los ojos.

«Es delirante», abunda su abogado Yassine Yakouti, preocupado por que su cliente, «desconocido para la Policía y la justicia», pueda perder su trabajo. «La decisión de las autoridades no tiene ninguna base», sostiene.

¿Falsa acusación? ¿Celos? ¿Homonimia? Los interesados aseguran no entender nada.

El Gobierno, por su parte, invoca la necesidad de «luchar sin piedad contra el terrorismo y contra todas las amenazas al orden público».

La abogada Daphné Pugliesi cuenta también el caso de una pareja que informó a la Subdirección Antiterrorista de la partida de varios familiares a Siria. Los servicios «antiterroristas» les pidieron «mantener el contacto» y cooperaron. Pero a él se le ha sometido a arresto domiciliario, precisamente por tener contactos en Siria. «Han hecho lo que se les ha pedido, y ahora se lo echan en cara», dice indignada Pugliesi.

En el marco de las pesquisas que se siguen en Bélgica en relación a los atentados de París, las autoridades señalaron que cuatro sospechosos de haber jugado un papel clave –Abdelhamid Abaaoud, Brahim y Salah Abdeslam y Mohamed Abrini– figuraban en una lista de 85 personas «radicalizadas» transmitida en junio por los servicios de Inteligencia belgas a la alcaldesa de la comuna de Molenbeek y al jefe de la Policía local.

La lista fue elaborada tras el desmantelamiento de una célula yihadista en Verviers con conexiones con Molenbeek. Otras similares se enviaron a otras comunas belgas.

«El objetivo era intentar disminuir la cantidad de partidas, retirando pasaportes o quitando a la gente de los registros de población, lo que les priva de toda ayuda social», señaló a AFP una fuente cercana a las autoridades comunales.GARA

Enfado e incomprensión entre las 260 personas sometidas a arresto domiciliario en Francia

El premier británico, David Cameron, instó ayer al Parlamento a apoyar los bombardeos contra el ISIS en Siria, tal y como se comprometió el pasado lunes tras su encuentro con el presidente francés, François Hollande.

«Debemos atacar a los terroristas ahora (...) Es en Raqqa donde son planificadas y orquestadas algunas de las principales amenazas contra este país», alertó, en referencia a los siete supuestos atentados frustrados en el último año.

Cameron quiere aprovechar la conmoción del 13-N para buscar el aval del Parlamento, que le infringió una dura derrota en agosto de 2013 cuando rechazó una petición similar al calor del ataque con armas químicas en el barrio rebelde damasceno de Guta. Cameron insistió en que Gran Bretaña, que bombardea desde hace un año objetivos del ISIS, no enviaría en ningún caso tropas terrestres y recordó los 800 británicos que han ido a Siria e Irak para alistarse en ese grupo yihadista.

Cameron espera el apoyo de muchos diputados laboristas, pese a que su líder, Jeremy Corbyn, se opone a una intervención militar occidental.

Antes de tomar el avión rumbo a Moscú, Hollande recibió al primer ministro italiano, Matteo Renzi, quien confirmó su compromiso en una «estrategia global contra el terrorismo», pero sin precisar el papel de su país. Alertó de que Libia, vecina de Italia, podría ser «la próxima urgencia de la comunidad internacional».GARA