Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «The Diary of a Teenage Girl»

Ninguna chica debe perderse el debut de Marielle Heller

Por fin se estrena una ópera prima con todo lo que hay que pedirle a un cine independiente lastrado por nuevos realizadores demasiado conservadores, y la debutante Marielle Heller es justo todo lo contrario, porque su película no puede ser más transgresora y sanamente irreverente. “The Diary of a Teenage Girl” ha tenido problemas en los Estados Unidos, donde se le ha aplicado la calificación R, que por edades impide la entrada en los cines de menores de 17 años. Y todo porque trata la sexualidad desde el punto de vista de la mujer liberada, algo que en la sociedad actual se quiere enterrar en el pasado. Para mayor escándalo la protagonista es una menor, lo cual se ha convertido en un tabú prohibido.

Así las cosas, no se veía nada parecido en la pantalla grande desde que Stanley Kubrick adaptase a Vladimir Nabokov en “Lolita” (1962), si bien aquí el material de partida es una novela gráfica de tintes autobiográficos escrita y dibujada por la ilustradora Phoebe Gloeckner. El universo del cómic resulta muy influyente, y en ese aspecto nos recuerda a la película de culto de Terry Zwigoff “Ghost World” (2001). Escenas de animación sirven para representar la relación que la protagonista establece imaginariamente con su admirada dibujante Aline Kominsky, mujer del también dibujante Robert Crumb.

La inglesita Bel Powley lo tiene todo para convertirse en mito, al estilo de la musa del “free cinema” Rita Tushingham, por ser diferente y especial. Su personaje del Frisco de mediados de los 70, a caballo entre la era hippy y el nacimiento del punk, destaca por su naturalidad y desinhibición. Tanto que relega a un segundo plano a la en teoría más guapa Kristen Wiig, como la madre a la que le roba el novio. Su caudal de rebeldía generacional se acompaña de una antológica banda sonora en la que vuelve a sonar la adictiva canción de Dwight Twilley Band “Looking for the Magic”, o el