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La muerte de un conocido abogado agrava la tensión en Kurdistán

La muerte del celebre abogado turco Tahir Elçi en un tiroteo en Diyarbakir volvió a elevar la tensión en Kurdistán y a despertar las acusaciones de «asesinato programado» por parte del movimiento kurdo contra el Gobierno de Ankara, bajo la sospecha de otro episodio de «guerra sucia». Dos policías murieron en el mismo incidente.

El célebre abogado Tahir Elçi, defensor de la causa kurda y de los derechos humanos, murió tiroteado ayer en la ciudad de Diyarbakir, cuando acababa de terminar una rueda de prensa en el distrito de Sur.

El tiroteo comenzó cuando hombres armados abrieron fuego y policías que se encontraban en el lugar respondieron con más disparos. Dos policías también murieron por disparos de bala y varias docenas de personas resultaron heridas. «Había acabado el discurso, estábamos dispersándonos. Se escucharon uno o dos disparos en la calle (...) la gente se escondía donde podía. Después nos dijeron que un hombre estaba en el suelo y se parecía mucho a Tahir Elçi», relataba el abogado Nazim Baran Vurak. Los primeros resultados indicaron que una bala entró por la base de su cuello y salió por un ojo. Según la agencia kurda Firat, se trataba de una bala de la Policía.

Las autoridades decretaron un toque de queda inmediato en el distrito.

El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, afirmó que «pudo ser tanto objeto de un asesinato como que fuera atrapado entre dos fuegos después de que los terroristas atacaran a la Policía».

Y el presidente, Recep Tayyip Erdogan, aprovechó para defender su política represiva, al asegurar que «este incidente demuestra nuestra determinación de combatir el terrorismo. No retrocederemos». La agencia progubernamental Anatolia iba más allá y atribuía el ataque directamente al PKK.

Acusado de apología

Y eso a pesar de que Elçi era objeto de persecución por las propias autoridades turcas por haber afirmado en octubre que el PKK «no es una organización terrorista, incluso aunque algunas de sus acciones tengan carácter terrorista».

El pasado 20 de octubre fue detenido en su oficina de Diyarbakir, inculpado de «apología del terrorismo a través de la prensa» por un tribunal de Estambul. La Fiscalía pedía para él entre un año y medio y siete años de prisión.

El partido prokurdo HDP denunció «un asesinato programado que busca combatir el derecho y la justicia». «Denunciar la violencia no debería estar castigado con la muerte», indicó por su parte el líder del opositor CHP Kemal Kiliçdaroglu.

Tahir Elçi concluyó las declaraciones que hizo antes de morir afirmando: «no queremos combates, armas de fuego ni operaciones en este lugar histórico». Había acudido a Sur para leer un manifiesto contra la violencia ante la histórica mezquita de las Cuatro Columnas, que resultó dañada durante los recientes enfrentamientos por las operaciones militares contra varias localidades kurdas, que han encontrado la resistencia de jóvenes próximos al PKK.

La Policía reprime en Estambul las protestas por el atentado

El partido kurdo DBP instó a llevar a cabo una protesta ininterrumpida y recordó que Elçi había sido «señalado como objetivo» por el Gobierno. «La política de masacres del Estado persiste y ha probado ser ilimitada con el asesinato de Elçi», denunció.

Miles de personas salieron a la calle a protestar y corearon lemas contra el Gobierno en Ankara, Izmir y Estambul, donde la Policía utilizó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersarlas. GARA