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parís

Movilización mundial para exigir acciones contra el cambio climático

Cientos de miles de personas respondieron a la movilización mundial para presionar a los líderes de los Estados para que asuman acciones concretas contra el cambio climático. En París, la ciudad que acoge la cumbre COP21, acabó con intervención policial y detenciones por el estado de emergencia decretado tras los atentados del 12-N.

Cientos de miles de manifestantes reclamaron ayer en todo el mundo una acción decidida contra el calentamiento global del planeta, la víspera de la cumbre COP21, en la que participarán 150 jefes de Estado y de Gobierno en París.

Y precisamente en la capital francesa las manifestaciones fueron objetivo de la intervención policial y cerca de 300 personas fueron detenidas, de las que más de 150 fueron interrogadas.

Bajo una intensa vigilancia y con las protestas prohibidas por el estado de emergencia decretado tras los ataques del pasado 13 de noviembre, miles de personas formaron inicialmente una cadena humana, a lo largo de uno de los bulevares del este de París.

Esta cadena había sido autorizada como sustitución de la marcha por el clima anulada por las medidas de seguridad, en la que se esperaba la participación de decenas de miles de personas. Además, se colocaron 22.000 zapatos en la plaza de la República como símbolo de los que no pudieron manifestarse.

Una vez concluida la cadena, se concentraron en la plaza de la República cientos de manifestantes que acabaron enfrentándose a los policías que respondieron con gases lacrimógenos.

El presidente francés, François Hollande, criticó la movilización como «escandalosa» y protagonizada por «elementos perturbadores» que «no tienen nada que ver con los defensores del medio ambiente».

600.000 personas

El ministro de Interior, Bernard Cazaneuve, justificó las restricciones a las manifestaciones «en el contexto» de la «amenaza terrorista» y advirtió de que en los próximos días «la firmeza será total». Pero previamente ya lo había dejado claro con «detenciones preventivas», al mantener en arresto domiciliario a 26 activistas por el medio ambiente, a los que acusa de haber llevado a cabo «incidentes violentos en el pasado».

La medida fue criticada por organizaciones ecologistas, que acusaron al Gobierno francés de utilizar el estado de emergencia y la «amenaza terrorista», como una excusa para acallar la disidencia durante la cumbre sobre el clima.

Las manifestaciones llevadas a cabo en 175 países de todo el mundo reunieron a unas 570.000 personas, según las primeras estimaciones de los organizadores, lo que supone el doble de las que se congregaron el pasado año. La asociación Avaaz indicó que esa cifra se incrementará porque, cuando se hizo el recuento, todavía había grandes marchas en Ciudad de México, Ottawa o Vancuver, por lo que podrían superarse los 600.000 participantes.

Más de una decena de países superaron las cifras precedentes de manifestantes en contra del calentamiento global, como Australia, Nueva Zelanda (33.000), Gran Bretaña (50.000 en Londres), Estado español (20.000 en Madrid), Italia (20.000 en Roma) o Dinamarca (10.000 en Copenhague). Junto a las marchas en grandes ciudades, otros 1.000 eventos en otras poblaciones menores consiguieron atraer a otras 130.000 personas.

Avaaz destacó que, pese a las bombas que caían en las proximidades del punto de partida de la manifestación, también hubo una en Sanaa, capital de Yemen.

«Las palabras no son suficientes», gritaron los manifestantes, en numerosos lugares del mundo, mientras en las pancartas recordaban lemas como «No hay planeta B», «Estado de emergencia climático»

En las movilizaciones también se reclamó un nuevo modelo basado en las energías renovables para el horizonte 2050 y se alertó sobre las devastadoras consecuencias de un incremento de la temperatura de más de dos grados en los próximos años. La secretaria del convenio de la ONU del cambio climático, Christiana Figueres, advirtió de que el calentamiento global sería de entre 2,7 y 3,5 grados con los compromisos de reducción de emisiones presentados hasta ahora 183 países –cifra por encima del objetivo de no más de 2 grados–, aunque destacó que con los planes actuales contra el efecto se evitaría, previsiblemente, el incremento de entre 4 y 6 grados en el horizonte de 2100.

«Enviamos un mensaje claro para decir que queremos una cuerdo. Las palabras no son suficientes. De Ouagadougou a Londres, pasando por Nepal, el mundo entero marcha como un solo hombre para reclamar acciones», insistió Sam Barratt, director de la campaña en la manifestación de Londres, la más multitudinaria.

15 días para encontrar un difícil compromiso

El responsable de la diplomacia francesa, y a la vez presidente de la Conferencia sobre el cambio climático, Laurent Fabius, apeló a encontrar «la vía del compromiso» después de veinte reuniones preparatorias. «Me permito contar con ustedes para negociar y construir compromisos durante las próximas horas», dijo Fabius en una breve sesión de trabajo preludio de la cumbre .

El presidente de EEUU, Barack Obama, afirmó ser «optimista sobre lo que podemos conseguir» y añadió que la cumbre «representa la ocasión de ser solidarios con nuestro más antiguo aliado, solo dos semanas después» de los ataques del 13 de noviembre.

El grado de ambición de los planes que presenten los países, el compromiso para cumplirlos (una obligación jurídica o una propuesta más o menos voluntaria), la vinculación de los estados que concentran las mayores emisiones (Estados Unidos y China) o la financiación de las medidas a adoptar marcarán el éxito o fracaso de la cumbre. GARA