Los sindicatos ELA y LAB, secundados por la central gallega CIG –que acompaña a ambas centrales vascas en la mesa negociadora del convenio estatal– y la catalana CSC, se manifestaron ayer en Bilbo para denunciar «la deriva» que está llevando la negociación estatal del acuerdo de banca y para exigir que dicho convenio del sector se negocie en Euskal Herria, así como en Galiza y en Catalunya.

En una marcha que comenzó frente a las oficinas del BBVA en la Plaza Circular y finalizó delante del edificio del Santander en la Plaza Jado, los manifestantes denunciaron la «pérdida de derechos y la reducción salarial» que, a su juicio, se está produciendo como consecuencia de la negociación en el Estado.

«No podemos renunciar a que nos arrebaten lo que ya tenemos» y que «tantos años nos ha costado conquistar», señalaron, en referencia a los años de antigüedad, la bolsa de vacaciones, las prestaciones por comisión de servicio, o que se implanten categorías laborales con sueldos mucho menores o se amplíe la movilidad geográfica.

Tampoco están dispuestos a aceptar que «empeoren radicalmente las condiciones laborales del sector para que los futuros compañeros padezcan peores condiciones laborales que las que ahora tenemos», añadieron.

Ello, según explicaron los sindicatos, «presionará a la baja» las condiciones de trabajo y también «amenazará directamente los puestos de trabajo». En este sentido, denunciaron que los sindicatos estatales, CCOO y UGT, «ya han empezado a renunciar a sus propias plataformas, renunciando a dar batalla para defender nuestros derechos laborales, manteniendo un modelo sindical de cúpulas y despachos que tanto daño ha hecho a la clase trabajadora».

Por todo ello, ELA, LAB, CIG y CSC se muestran «convencidos» de que una negociación «más cercana daría mejores resultados» y además respondería al «ejercicio del derecho de soberanía que creemos necesario».