Joseba VIVANCO
DESDE LA GRADA

25 años del adiós a Goikoetxea

Debutó en el Athletic con Rafa Iriondo de entrenador en 1975, en una defensa con Astrain, Madariaga y Gisasola, contra la Real, marcando a Idigoras. En el verano de 1987 el prototipo de león Andoni Goikoetxea dejó la manada. Lo fichó el Atlético de Madrid por 75 millones de pesetas y Peio Uralde. «Jesús Gil hizo una oferta irrechazable, fueron tres años muy bonitos en Madrid aunque padecí una lesión del tendón de Aquiles que me trajo de cabeza», recordaba luego el propio futbolista. Hoy, se cumplen 25 años del partido de homenaje en el que ambos clubes rojiblancos despidieron al jugador de Arbuio, en San Mamés, y al que no pudieron acudir dos hombres que marcaron su trayectoria deportiva y mediática, Maradona y Schuster, con los que para entonces ya se había reconciliado.

Con 13 años jugó su primer partido en La Catedral, con el equipo infantil de su pueblo y ante el Arenas. Ni por asomo se imaginaba que mucho después, a los 35 años y tras 16 temporadas en Primera, 25.000 espectadores –entre ellos un servidor que guarda la entrada a buen recaudo– le darían el adiós definitivo. Iru, Lakabeg, Andrinua, Goikoetxea, Urtubi, Gallego, Patxi Salinas, Billabona, Luis Fernando, Valverde y Loren fue el once bilbaino que presentó Javi Clemente. A los 17 minutos de partido, el homenajeado dejó su sitio a Patxi Rípodas bajo un coro de «Goiko, Goiko» que no dejó de sonar toda la noche.

No faltaron los obsequios, incluso Jesús Gil y Gil le entregó la insignia de oro y brillantes colchonera, la recaudación de 20 millones de pesetas se destinó a los huérfanos de Unbe y, cómo no, no faltaron los goles, 3-1, tantos de Gallego, Iturrino y Uribarrena para los leones. Fue un emotivo partido de despedida ante un Atlético de Madrid con Patxi Ferreira, Pizo Gómez, Donato, Vizcaíno o el gran Paolo Futre. En la grada, viejos amigos como Maceda, Camacho o Gallego. La ausencia más comentada, curiosamente, la del colegiado Urizar Azpitarte, habitual en estas citas, pero que declinó pitar a los madrileños. Fue hace un cuarto de siglo. El adiós de una leyenda rojiblanca, de un rey león de verdad.