Natxo MATXIN
Athletic

El descanso reactiva el orgullo

Noqueados en la primera mitad por las contras del Villarreal, los rojiblancos reaccionaron en la reanudación para remontar un 0-2.

ATHLETIC 3

VILLARREAL 2


El Athletic tiró de orgullo para mantener viva una eliminatoria que se había puesto muy cuesta arriba transcurridos los primeros cuarenta y cinco minutos, momento en el que la escuadra vizcaina perdía por 0-2. El descanso reactivó a los de Ernesto Valverde para pasar por encima de un Villarreal muy peligroso en la primera parte, pero que se vino abajo tras la reanudación, entre otras razones porque los rojiblancos les taponaron cualquier vía de salida a la contra.

Fue mediante esta estrategia como los castellonenses consiguieron tomar ventaja doble en el marcador. Entre que el medio campo local no supo frenar el origen de los contragolpes y la defensa estuvo muy pasiva cuando los amarillos se personaron en el área de Herrerín, el cuadro vasco se encontró con sendos sopapos, que únicamente un segundo periodo brillante consiguió contrarrestar.

Con un once formado a partes iguales por teóricos titulares y suplentes –saltaron de inicio Lekue y Muniain, como principales novedades, además de la ubicación de Williams en el puesto de ariete–, el Atheltic salió presionando muy arriba para impedir la iniciativa visitante y robar cuanto antes. No pareció importarle mucho al Villarreal ese acoso. Más bien al contrario, se aprovechó de la distancia entre líneas rojiblanca para parapetarse atrás y salir rápido buscando la espalda vizcaina.

Al menos durante la mitad del choque, la táctica les salió bien a los de Marcelino García Toral, pues a la falta de acierto de los anfitriones se le sumó la tremenda efectividad que protagonizaron los castellonenses. Mientras Williams no pudo materializar el 1-0 en un mano a mano con Barbosa ni Laporte concretar un cabezazo un tanto exigido –curiosamente, ambos rojiblancos anotarían en la segunda parte–, Baptistao sí que transformó la segunda ocasión de que dispuso.

No fue eso lo peor, sino el comprobar cómo al Athletic le quedaban como única opción de crear peligro las jugadas de estrategia, mientras que el Villarreal generaba auténtico pánico cada vez que salía con el balón controlado desde atrás y grandes espacios por los que desenvolverse. Los dos Manus, García y Castillejo, se manejaban como peces en el agua en cada ocasión que el esférico caía a sus pies y disponían de carriles por los que armar sus contras, algo que los de Valverde no eran capaces de cortocircuitar.

Pese a tan arriesgada coyuntura, los leones incluso pudieron empatar por mediación de un gran chut, aunque un tanto centrado, de Ander Iturraspe que volvió a ser abortado por un Barbosa que se estaba convirtiendo en muralla infranqueable hasta entonces. Peor todavía, el disparo del de Abadiño fue el preámbulo del segundo mazazo, consecuencia de la enésima salida electrizante del submarino amarillo, protagonizada por los dos futbolistas visitantes citados. Castillejo fue el encargado de llevar el contragolpe, asistencia incluida, y García de transformarla en gol, previo dribling a Herrerín, que había salido a la desesperada y a destiempo para tratar de cortar.

Del pesimismo a la remontada

Cuando los jugadores se retiraron al descanso, no planeaba precisamente el optimismo por las gradas de San Mamés. No solo el 0-2 se antojaba como una pesada carga, la exhibición de rapidez y precisión que había destilado el Villarreal presagiaba un gris panorama para un Athletic al que no le quedaba otro remedio que arriesgar en busca de la remontada, algo que le venía que ni pintado al juego mostrado por los visitantes.

Sin embargo, esos nefastos presagios se diluyeron desde el instante en el que el cuadro vizcaino sacó su orgullo a relucir, Williams anotó el primer gol y el rival dio signos de verse superado por todos los costados, lo que no puede atribuirse a agotamiento físico, sino más bien a cierto conformismo. Los de García Toral pensaron que tenían el pescado vendido, craso error cuando juegas en San Mamés, y los rojiblancos supieron aprovecharse, con espíritu ganador, de ese exceso de confianza.

Acogotados y desbordados los castellonenses, el Athletic olió sangre y no paró hasta darle la vuelta al primer round de la eliminatoria. Williams, muy bien secundado por De Marcos, fue una auténtica pesadilla por banda derecha, posición a la que se escoró con la entrada de Aduriz, a quien Valverde prefirió reservar de inicio. Ambos delanteros amasaron la jugada del segundo gol, con una arrancada de las suyas del joven valor rojiblanco y una culminación de killer del área por parte del veterano.

El empate no hizo sino espolear todavía más a los locales, convencidos de que iban a firmar el revolcón. Y este llegó a falta de nueve minutos para que se cumpliese el tiempo reglamentario. Laporte, que no había estado muy fino en labores defensivas durante el primer tiempo, estuvo más rápido en el segundo palo tras falta botada por Beñat. Ya en el descuento, el propio central tuvo el cuarto, pero le pelota se le quedó atrás. Habrá partido en El Madrigal.

«Hemos tenido el empuje habitual y hecho ocasiones»

Más allá del revolcón en el marcador, para el técnico rojiblanco, Ernesto Valverde, lo más destacable del equipo fue que recuperó sus señas de identidad. «Contra Las Palmas no estuvimos tan bien como solíamos y este partido, al margen del resultado, nos refuerza de cara a este tramo tan duro. Hemos tenido juego, el empuje habitual y generado ocasiones», resaltó.

«Ha sido un partido bonito de ver, de esos que todos tenemos en la retina que se juegan en San Mamés con remontada incluida. Ha estado en la línea de lo que preveíamos entre dos equipos parejos y que se resolverá en la vuelta. Es la idea que teníamos nosotros y seguro que ellos también», amplió el preparador de Viandar de la Vera.

En cuanto al margen con el que deberán rendir visita a El Madrigal en apenas una semana, Valverde quiso dejar claro que parten con «cierta ventaja», pero que la renta obtenida tras remontar en la segunda parte «no es para echar las campanas al vuelo» y advirtió de que a los suyos les queda todavía «mucho trabajo» por delante para conseguir el pase a cuartos.

El entrenador rojiblanco reconoció que le hubiese gustado «marcar algún gol más», porque «ha habido ocasiones» como para haber ampliado el casillero del equipo vizcaino, pero aún así se mostró «contento» por haber podido darle la vuelta a un marcador tan adverso como era el del descanso y ante un rival de esta clase.

Pese a dicho 0-2 al descanso, Valverde aseguró que incluso en ese momento el Athletic «estaba haciendo un buen partido». «Cuando mejor estábamos ha llegado el 0-1, pero seguimos con nuestra idea y después de hacer alguna ocasión, vino el 0-2. En la segunda parte el gol de Iñaki (Williams) nos ha ayudado, hemos arriesgado y remontado», concluyó. N.M.

Valverde cumple su victoria 100 con el Athletic

El 3-2 frente al Villarreal supuso la victoria número 100 de Ernesto Valverde como técnico rojiblanco. El preparador de Viandar de la Vera ya lleva 227 encuentros a sus espaldas como preparador de la escuadra vizcaina.

Dos sesiones más antes de la visita al Pizjuán

El Athletic llevará a cabo dos sesiones más de entrenamiento antes de visitar al Sevilla, que venció en la ida del derbi copero por 0-2 al Betis. Hoy se ejercitará a las 10.30 y mañana lo hará a las 16.30 a puerta cerrada.

Protagonistas

Williams. Fue el mejor de los rojiblancos, sobre él recayó la mayor parte del esfuerzo ofensivo del equipo y sus acciones catapultaron hacia la remontada. Firmó el 0-1 que supuso el comienzo del revolcón e inició la jugada que trajo consigo la segunda diana rojiblanca.

De Marcos. Incansable en, junto a Williams, taladrar la banda izquierda del Villarreal. Fue de menos a más y sus correrías por banda trajeron en jaque al rival. Su poderío físico sobresale cuando el adversario comienza a ofrecer signos de cansancio.

Aduriz. Reservado por Valverde para saltar de inicio, el delantero donostiarra puso su granito de arena en la segunda parte para el cambio de juego e imagen del Athletic. Marcó en otra jugada de cazagoles y dispuso de un lance más para anotar de cabeza.

Beñat. Incómodo en la primera mitad ante la velocidad de sus oponentes, resurgió tras el descanso para mandar en la medular.

Susaeta. Se movió en ambas bandas –la salida de Aduriz le obligó a moverse por la izquierda– para abrir huecos en la defensa castellonense.