Como si fuera la mismísima Saga de Star Wars, Athletic y Barcelona arrancan hoy su segunda trilogía. La «precuela» no pudo tener un final más feliz, con goleada y título, aunque la «estrella de la muerte» se rearmase a tiempo para chafar el arranque liguero de los rojiblancos. La «secuela» es, de momento, toda una incógnita.

En el Athletic, lógicamente, confían en darse un tercer alegrón. Para empezar. En el primer asalto de esta segunda parte, que arranca en el Camp Nou con un partido claramente mediatizado por la ausencia de Aritz Aduriz. Personalizar en un solo futbolista el potencial de un equipo es injusto pero restar relevancia a la aportación del donostiarra no lo es menos. Un tercio de los goles esta temporada llevan la firma del delantero, que hasta ahora solo se había perdido la ida copera ante el Linense y un par de partidos europeos. Su baja, además, se une a la del que se ha revelado como su mejor pareja de baile, Raúl García, que todavía seguirá en la enfermería.

Al menos, la responsabilidad ofensiva recaerá en un futbolista al alza, y sin techo a la vista, como es Iñaki Williams. Munian, Sabin Merino y Eraso, o quizá Susaeta, parecen los llamados a acompañarle en los puestos más adelantados de un once titular en el que se espera el regreso de Iraizoz, Gurpegi, San José y Bóveda, y en el que en principio no estára Laporte, aunque Ernesto Valverde sí se lo ha llevado a Barcelona. También a Lekue, pese a que ninguno de los dos completó ayer el último entrenamiento.

A todos ellos les toca asumir el reto más complicado de este arranque de año. Reforzar su trayectoria liguera –dos victorias, dos empates y dos derrotas en las seis últimas jornadas– en el campo más complicado de la categoría. El Barcelona, que al contrario de lo que sucederá el miércoles, hoy sí podrá contar con su tridente ofensivo, es el único equipo de Primera que no ha perdido un solo partido en casa donde, de hecho, solo ha cedido un empate en diez encuentros. Que la fuerza acompañe a los rojiblancos.