Ion SALGADO
LOGROÑO
ANGELA DAVIS EN EUSKAL HERRIA

La Guardia Civil veta a Davis entrar en la cárcel para conversar con Otegi

Angela Davis había realizado todos los trámites para poder ver a Otegi en Logroño, pero no recibió permiso. La Guardia Civil le vetó entrar, pero no pudo callarle: ante los muros, exigió su libertad y la del resto de presos vascos.

A las 9.20 una joven avisaba a los medios de comunicación: «Ya están llegando». Diez minutos después, el coche en el que viajaba Angela Davis entraba en el aparcamiento de la cárcel de Logroño, donde está preso Arnaldo Otegi. Los fotógrafos rodearon a la activista norteamericana, acompañada de Fermin Muguruza y de Amaia Izko. Tras recibir el saludo de Hodei Otegi, hijo de Arnaldo, Davis se acercó al control de acceso de la prisión y se identificó para poder acceder al penal y conversar durante unos minutos con el secretario general de Sortu, que el próximo 1 de marzo volverá a Euskal Herria como un hombre libre.

Pero el deseo de Davis se quedó en nada cuando un agente de la Guardia Civil le comunicó que no podía acceder a la prisión. Pese a que había realizado todos los trámites preceptivos, no hubo permiso entrar a la cárcel para hablar con el líder independentista.

Davis tildó de «deplorable» la decisión transmitida por el portero uniformado, y anunció que informará de lo ocurrido a todos los firmantes del manifiesto “Free Otegi-Free them all”, un documento ratificado por ella misma y otras personas de reconocido prestigio mundial, entre las que figuran el arzobispo Desmon Tutu, el expresidente de Uruguay Pepe Mújica, el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, el presidente del Sinn Féin, Gerry Adams...

Davis evocó los apoyos que ella misma recibió durante los 18 meses que permaneció en prisión, con la histórica campaña “Free Angela”. Davis, afiliada al Partido Comunista, fue detenida en octubre de 1971, después de que le vincularan con un tiroteo relacionado con el caso de los Soledad Brothers, tres afroamericanos acusados sin pruebas de la muerte de un carcelero blanco en la prisión de Soledad. La acusaron de «asesinato», «secuestro» y «conspiración criminal», cargos de los que fue absuelta. «Fui presa política y gocé del apoyo y de la solidaridad de muchas personas, incluida la de los presos políticos vascos», destacó ayer. Y avanzó que continuará trabajando para lograr la puesta en libertad de Otegi y de todos los represaliados.

Impedimentos para aportar

Esta idea fue compartida por la portavoz de Sortu y abogada Amaia Izko, que recordó que lo ocurrido ayer con Davis en Logroño es un ejemplo más de los trabas impuestas por el Estado español para evitar que los presos realicen aportaciones políticas al proceso de normalización, unas aportaciones que, a su parecer, son «fundamentales». «Queremos a Arnaldo en la calle, queremos a todos los presos y presas en la calle porque entendemos que es algo necesario en un proceso de resolución, en un proceso que nos lleve a la paz», añadió Izko.

Asimismo, subrayó que las ideas y las reflexiones de los represaliados resultan necesarias para poder «avanzar hacia la soberanía y la trasformación social». Y recordó que el 20 de febrero están previstas marchas a prisiones españolas y de algunos otros estados. Estas movilizaciones tienen un doble objetivo: por un lado, denunciar que la dispersión impide que debates como el actual proceso Abian se pueda realizar en las cárceles de «manera óptima», y por otro reivindicar los derechos humanos de los presos y presas vascas.

El músico Fermin Muguruza ya sabía en primera persona lo difícil que es poder mantener un encuentro con los presos vascos. No en vano tuvo que esperar cinco años para poder reunirse con Otegi en la prisión de Logroño. La próxima visita tendrá lugar el 1 de marzo, y esta vez será fuera de la prisión, recordó. «Vendremos para recibirlo y llevárnoslo a casa», destacó ante los medios, que ese día también tendrán allí una cita informativa de primer orden.

La demanda de ‘‘Free Otegi, free them all’’ estuvo muy presente también en el concierto que por la tarde se celebró en el Kafe Antzokia de Bilbo, con músicos, bertsolaris y otros artistas vascos, y que había sido planteado como salutación a Davis. «Angela gure laguna da», proclamaron entre otros muchos el propio Muguruza. En el cartel del acto, que había agotado las entradas como los eventos anteriores de esta visita, destaca la figura de Arnaldo Otegi puño en alto, alineada con la de luchadores de todo el planeta.