GARA
BEIRUT

El asedio militar de Alepo certifica el fracaso de Occidente en Siria

El asedio desde tierra y aire de Alepo por parte del Ejército sirio, sus aliados iraníes y libaneses y la aviación rusa supone, más allá de un golpe casi definitivo a los rebeldes, un fracaso para Occidente en su doble objetivo de derrocar a Bashar al-Assad y de frenar el flujo de refugiados. Expertos advierten, además, de que podría acabar reforzando al ISIS.

El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, se desgañitó ayer reiterando su exigencia a Rusia de un «alto el fuego inmediato» en Siria y señaló que este punto será el principal en la reunión que congregará el jueves en Munich del Grupo Internacional de Apoyo a Siria (ISSG)

Esta organización, que agrupa a 17 estados y a tres organizaciones multilaterales, impulsó una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que aboga por instaurar un alto el fuego y el acceso humanitario a las ciudades y pueblos asediados.

Más allá de la retórica diplomática de Kerry, todo apunta a que EEUU está atrapado por su falta de estrategia en Siria ante un rival, Rusia, que tenía desde un principio un plan y lo está cumpliendo con éxito.

Y que se permite instar a la canciller alemana, Angela Merkel, a que «mida sus palabras» cuando denunciaba la víspera «el sufrimiento humanos por los bombardeos rusos en Alepo». Además de insistir en que en que «nadie ha sido capaz de presentar la menor prueba creíble» de la muerte de civiles en bombardeos rusos, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, señaló que «nadie hizo una declaración de este tipo cuando las acciones bárbaras de los terroristas» tenían como objetivo a las fuerzas leales al régimen.

Taza y media

Mientras Rusia está en una posición de fuerza, los expertos advierten de que el que se dibuja en Alepo es el peor cuadro que podían prever las potencias occidentales. Y no solo porque el presidente Bashar al-Assad, cuyos bastiones estaban a tiro de los rebeldes hace medio año, está reforzando su posición.

Más allá de la insistencia en su derrocamiento por parte de potencias regionales rivales como Turquía y Arabia Saudí, la deriva islamo-salafo-yihadista de la rebelión siria y, sobre todo, la avalancha de refugiados, había resignado a las cancillerías occidentales a aceptar, siquiera a regañadientes, un futuro con Al-Assad y los suyos.

El problema es que la ofensiva sobre Alepo lleva camino de convertirse en una nueva crisis humanitaria. Con 70.000 refugiados a sus puertas, Turquía advierte del posible éxodo de 600.000 sirios, que se sumarían a los 2,7 millones que soporta en el país, muchos de ellos candidatos a cruzar a Europa.

Las ONG PAX (holandesa) y The Syria Institute (estadounidense) aseguran que más de un millón de sirios están sitiados, y eso sin contar los 350.000 que sobreviven en el Alepo rebelde.

Su informe critica a la ONU por minimizar la verdadera dimensión del drama y aseguran que, de las 46 localidades asediadas, solo dos están sitiadas por los rebeldes, otras tres por el ISIS y el resto por el régimen sirio y sus aliados.

Expertos como Julien Barnes-Dacey, del Consejo Europeo para Relaciones Exteriores, advierten de que la crisis humanitaria no solo repercutirá en el drama de los refugiados, sino «en el fomento del extremismo».

Bipolarización peligrosa

Agnés Levallois, militante de derechos humanos, vaticina que «el proyecto de Rusia de convertir a Al-Assad en la única alternativa frente al ISIS podría tener éxito», pero advierte de un mal cálculo porque la «bipolarización régimen-Daesh (acrónimo del Estado Islámico) arrojará a la comunidad suní a los brazos del ISIS, que se presentará como su único defensor frente al régimen», denunciado como chií.

Hassan Hassan, del Tahrir Institute de Washington, coincide en que una derrota rebelde dará alas a los grupos aún más extremistas y permitirá el retorno con fuerza del ISIS a las zonas recuperadas por el régimen».

El ISIS irrumpe con un atentado en Damasco

El Estado Islámico (ISIS) reivindicó un atentado suicida con coche bomba contra el Club de Oficiales de la Policía de Masaken Barze, en Damasco. La organización yihadista afirmó que la explosión causó 20 muertos y 40 heridos.

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos rebajó el número de víctimas a 9 policías fallecidos y otras 20 personas heridas en esa zona, ubicada en el noreste de Damasco. La ONG, con sede en Londres y una red de activistas sobre el terreno, detalló que un vehículo cargado con explosivos conducido por un suicida disfrazado de miembro de los cuerpos de seguridad estalló a la entrada del club.

La agencia oficial Sana, que citó una fuente policial, confirmó tres civiles muertos y catorce heridos por el ataque, que, aseguró, se produjo cerca de un mercado de fruta y verdura. Una fuente del Ministerio del Interior explicó que un coche bomba intentó irrumpir en el club, pero los guardias del lugar se lo impidieron, y un suicida que iba a bordo detonó la bomba. GARA