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El jefe del ejecutivo patrocinado por la ONU-UE desembarca en Trípoli

En un movimiento de alto riesgo, la ONU y la UE han decidido presionar a los dos gobiernos rivales libios, sobre todo al de Trípoli, al enviar al empresario y presidente de su «Ejecutivo de unidad nacional».

El jefe del «Gobierno de unidad nacional» libio, Fayez al-Sarraj, intentaba ayer consolidar su poder en Trípoli tras llegar la víspera a bordo de un barco militar procedente de Túnez y que recaló en la base naval de la convulsa capital libia. Tanto el Ejecutivo de Trípoli como el de Tobruk, en el este, no reconocen a ese gobierno, impulsado por la ONU y por Occidente

Este gobierno «de unidad nacional» fue anunciado a finales de 2015 desde Marruecos pero tardó varios meses en ser proclamado, el 12 de marzo, aunque no logró el apoyo mayoritario ni del Parlamento de Tobruk ni del Congreso General Nacional de Trípoli, dos ejecutivos rivales que gobiernan respectivamente la Cirenaica oriental y la Tripolitania occidental.

Lo hacen con el permiso de organizaciones yihadistas como Ansar al Sharia y sobre todo del Estado Islámico, que controlan barrios, localidades e incluso ciudades como Sirte y Sabrata.

Es precisamente la irrupción yihadista, junto con la conversión de Libia en un puerto alternativo de salida para miles de refugiados hacia Europa, lo que justifica la presión de la ONU y de la UE para que tanto Trípoli como Tobruk acepten ese ejecutivo impuesto desde fuera.

¿Golpe de Estado?

La UE no para en mientes y ayer mismo anunció sanciones contra los presidentes respectivos de los parlamentos de Trípoli y de Tobruk, Nuri Abu Sahmein y Aguila Saleh, y contra el primer ministro tripolitano, Jalifa al-Ghwell. Este último denunció el miércoles en una alocución televisada como ilegal el Consejo presidencial de Sarraj. «Los que han entrado ilegalmente y clandestinamente al país deben rendirse o volver sobre sus pasos».

Minutos después de su alocución, hombres armados afines al «Gobierno de unidad» asaltaron y tomaron el control de la conocida cadena de televisión. Sus portavoces advirtieron de su intención de ocupar de inmediato la sede del gobierno en Trípoli, «así como la sede del Congreso nacional y sus palacios», aseguró a Abderrahmene al Tauil, presidente del comité de Seguridad de ese Gabinete.

En otra vuelta de tuerca a la presión sobre el Gobierno de Trípoli, el Consejo de Seguridad de la ONU decidió prorrogar 16 meses más la resolución 2278 de 2014 que prohíbe la exportación ilegal de petróleo desde Libia, cuya producción está en gran parte bajo control de Trípoli.

El «Gobierno de Salvación Nacional» de Trípoli controla la capital y el oeste del país. Rechaza tanto al Ejecutivo de Tobruk, formado tras unos comicios en los que votó el 10% del censo, como la injerencia internacional. Tiene el aval de Fajr Libia, coalición de milicias, algunas de ellas islamistas.