Joaeba VIVANCO
Athletic

Tres partidos y una final

Los leones no quieren menospreciar al Levante pero tienen claro que el encuentro clave para atar el quinto puesto será ante el Celta.

Lo de las visitas anuales, obligadas, del Atlético a San Mamés como que a este paso los colchoneros se las podrían ahorrar. Cada viaje a la capital bilbaina lo saldan con victoria los últimos años. Lo debe de pensar la grada, lo debe de pensar la plantilla y hasta un Ernesto Valverde que compareció en sala de prensa resignado y es que todavía no sabe lo que es derrotar al Cholo Simeone. Ayer todavía algunos hablaban de que los bilbainos habían sido muy superiores a los madrileños. Sí, ya. Lo resumió el técnico de Viandar de la Vera de la manera más realista cuando dijo que «el equipo que domina el partido es el que genera ocasiones no el que tiene el balón». Y no era una crítica a ninguna propuesta futbolística. Era una realidad tangible, tanto como este Atlético. No se gana con la posesión del balón, se gana con las ocasiones.

Probablemente la del miércoles es la derrota menos dolorosa de la temporada, porque entraba dentro de los cálculos y, sobre todo, por lo visto en el encuentro. Por suerte, los rivales de los leones por esas plazas europeas no han aprovechado el tropiezo y el Athletic depende de sí mismo para acabar en esa ansiada quinta plaza. Y aquí el Celta es su principal adversario, prácticamente imposible ya la cuarta plaza del Villarreal, a 7 puntos con solo 12 en juego. «El partido contra el Celta será decisivo», atisbaba De Marcos, que no obstante, como sus compañeros, quiere centrarse en la complicada visita al Levante.

Eneko Bóveda, aún todavía en ese proceso de asunción de que además de las dificultades para hincarle al Atlético «la calidad de Antonie y Fernando han decidio del partido para ellos», avisaba de que «el que piense que el partido ante el Levante va a ser un trámite está poniendo un primer paso para perderlo. Sé lo que es estar allí abajo y lo que se juega cada uno. Van a hacer un partido muy duro y si no estamos a la altura perderemos. Hay que ponerse al nivel de ellos y olvidarse de momento del partido del Celta». Por cierto, los vigueses reciben a otro equipo en descenso, el Granada.

El lateral reconvertido ocasionalmente a central como ante los colchoneros, firmando una buena actuación, lleva toda la razón. Que se lo digan si no al Sevilla en El Molinón. El Athletic visitará tierras levantinas con el ánimo de ratificar esa clasificación continental matemática y, de ganar a los granotas, otorgar todavía más valor si cabe a ese duelo ante los gallegos una semana después y ya con el goleador Aduriz probablemente de vuelta. Porque la clave será ese duelo ante los celtiñas, los rivales de verdad para la ansiada quinta plaza, sin olvidar que se ganó en Balaídos 0-1, por aquello del average particular. Y es que de entre las diversas ecuaciones para que los leones eviten jugar las dos previas en verano y directamente vayan a la fase de grupos de setiembre, la más directa es quedar siempre y en cualquier circunstancia por delante de los de Eduardo Berizzo. Es decir, da igual lo que haga el Sevilla en la Liga siempre y cuando los de Txingurri acaben mejor que el Celta. Y eso pasará por ganarle el 1 de mayo en San Mamés.

Bien los menos habituales

Además de la privilegiada situación para afrontar estos cuatro partidos finales, el otro aporte optimista es la aceptable nota que gente como Bóveda, Iturraspe o Mikel Rico vienen firmando estas últimas apariciones, lo mismo que un Viguera que tuvo el miércoles una sacrificada misión y donde estuvo mejor jugando entre líneas que en la finalización o la salida del equipo.

Otro tanto se puede decir de la buena nueva de poder contar con un Iñaki Williams con muchas ganas como se vio en la segunda mitad, en tanto su ‘brother’ Muniain presenta un juego menos incisivo y determinante, lastrado seguramente por el tiempo inactivo y cuyas metas seguramente estarán más en volver con más fuerza la próxima temporada.

La Audencia ordena reabrir la «pitada»

La Audiencia Nacional ha ordenado al juez Fernando Andreu que reabra la investigación por la pitada al himno en el Camp Nou durante la final del pasado año de la Copa entre el Barça y el Athletic, al entender que los hechos pueden ser delictivos atendiendo al «ambiente institucional» derivado de las aspiraciones independentistas del Gobierno catalán. La sección tercera de la Sala de lo Penal, a instancias de la Fiscalía, ha revocado así el archivo al discrepar con Andreu de que se trate de un hecho similar al de 2009, cuando se produjo la pitada en Mestalla, y respecto al que la Fiscalía no vio entonces que pudiera ser delito, lo que llevó al juez a interpretar que en la del año pasado tampoco. Sin embargo, la Sala cree que este nuevo caso, que se abrió a raíz de una querella de Manos Limpias, es distinto «considerando que el ambiente institucional respecto de la independencia de Cataluña en el año 2009, es muy diferente al de 2015».J.V.