La extrema derecha ganó ayer la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Austria, con un 35,5% de los votos para el candidato de la FPO, Norbert Hofer, que sobrepasa incluso sus mejores previsiones. Además, los partidos socialdemócrata y conservador, unidos en una gran coalición desde 2008 han sido por primera vez eliminados de la segunda vuelta.

El ecologista Alexander Van der Bellen, con un 20,4% de los sufragios llega por primera vez a esa segunda ronda. Cerca se quedó la candidata independiente Irmgard Griss (18,5%).

Aunque la función presidencial en Austria es más bien protocolaria, el triunfo muestra el avance de las posturas xenófobas en plena crisis migratoria. Pero sí puede disolver el parlamento en ciertas circunstancias, y Hofer ha amenazado abiertamente con utilizar todos los poderes del cargo para forzar la adopción de sus ideas sobre los inmigrantes, lo que podría adelantar unas legislativas que su formación podría ganar.

El candidato socialdemócrata, Rudolf Hunfstorfer (SPO) y el conservador Andreas Khol (OVP) solo llegaron a un 11,2% cada uno. El resultado representa una fuerte advertencia para su gobierno de coalición cuyo mandato concluye en 2018. Ambos partidos han controlado al presidencia desde la II Guerra Mundial.

Cara «amable» de la xenofobia

Ante el discurso xenófobo de la ultraderecha, ambos endurecieron su política migratoria, con límites máximos de acogida y cierres de frontera con los vecinos, pero el beneficiado ha sido el FPO, que obtiene así su mayor éxito desde que participó en un gobierno de coalición en 2000 bajo el liderazgo de Jorg Haider. El aumento del paro también afectó a los partidos tradicionales en beneficio de la extrema derecha, que ya había superado el 30% de votos en varios municipios durante las elecciones locales del año pasado.

El FPO es antiinmigratorio y eurófobo; en el Parlamento Europeo está integrado en el grupo Identidad, Tradición y Soberanía con formaciones de ultraderecha. Vicepresidente del Parlamento, Norbert Hofer, de 45 años, es el candidato más joven y la imagen «amable» de la ultraderecha, que la ha alejado de los exabruptos de la campaña de 2010 utilizando un estilo educado. Miembro de honor de dos cofradías estudiantiles ultranacionalistas y pangermanistas, transmite los mismos mensajes contra los inmigrantes, el islam y la UE pero sin maneras bruscas.

«El servicio de empleo austríaco debe atender primero a los austríacos. Un presidente toma decisiones para todos, también para los que acaban de llegar al país, pero en primer lugar para los austríacos», afirmó el pasado viernes en un mitin.

«Necesitamos controlar nuestras fronteras. Austria no es la seguridad social de medio planeta», añadió. Igualmente, afirmó que «si mantenemos nuestra política, en 2050 la mitad de los menores de 0 a 12 años de todo el país serán musulmanes. No quiero que Austria sea un país de mayoría musulmana».

«Es un resultado histórico, que refleja las cualidades de Norbert Hofer, pero también una profunda insatisfacción hacia el gobierno», subrayó el líder del FPO, Heinz-Chisritan Strache.

 

Protestas en la frontera austro-italiana

La Policía austriaca detuvo a una persona y usó bates y sprays de pimienta contra los manifestantes italianos que protestaron ayer contra los planes para introducir controles anti-inmigración más estrictos en el paso de Brenner, en la frontera alpina que divide Austria e Italia. Cientos de manifestantes, incluidos algunos políticos de izquierdas, intentaron romper las barreras policiales en la frontera, lugar donde Austria ha señalado que endurecerá los controles como respuesta al flujo de inmigrantes en Europa. Los manifestantes vestían chalecos salvavidas naranjas en señal de solidaridad con los miles de inmigrantes que han muerto ahogados tratando de cruzar el Mediterráneo y llevaban una pancarta donde se leía el eslogan «las personas sobre las fronteras». Austria ha anunciado que podría aplicar controles más estrictos en el paso alpino a partir del 1 de junio, a más tardar. Italia advirtió de que el plan incumple el reglamento de la UE sobre la libertad de movimiento de las personas. GARA