Usansolo Herria, Irabazi, Galdakao Orain y EH Bildu consideran que todo lo que ha rodeado la gestión de las obras de demolición de la antigua fábrica de Formica, en Zuhatzu, y la construcción de los chalés de Olabarrieta, es un cúmulo de «despropósitos». Después de que la oposición destapase que los proyectos no disponían de los permisos y el Gobierno municipal lo reconociese, no se paralizaron los trabajos al tiempo que desde la web del Consistorio se justificó la actuación ilegal.

Finalmente, por la labor de denuncia de las irregularidades, las obras se paralizaron. Por lo que califican como una «nefasta gestión», la oposición demandó ayer que se depuren responsabilidades, dimitiendo la edil de Urbanismo y el director de Comunicación.

A la delegada de Urbanismo, Amaia Betolaza, le acusan de haberse enterado de las irregularidades «por casualidad», cuando son dos de los proyectos más importantes que se acometen. La actitud de la edil jeltzale, en opinión de los cuatro grupos políticos, «demuestra el descontrol y la negligencia que existe en estos momentos en el área».

Al responsable de Comunicación y Atención Ciudadana, Cirilo Dávila, se le acusa de «haber faltado a la verdad en varias ocasiones». De este cargo de confianza del PNV, dijeron que «ha utilizado la web municipal para intentar desviar la atención y evitar reconocer las irregularidades cometidas».

Dado el «descontrol» detectado en ambos expedientes urbanísticos, pidieron al Gobierno local que «certifique públicamente» que todas las «obras mayores» que se acometen en Galdakao disponen de las licencias pertinentes, lo que no sucedió en Formica y Olabarrieta.