Arnaitz GORRITI
Baloncesto Liga ACB Endesa

El Baskonia redondea el día perfecto del basket alavés

A partir de un parcial de 35-14 en el segundo periodo, los de Perasovic se hicieron con el derbi con totalautoridad. Alberto Corbacho se reivindicó con 7 de los 19 triples gasteiztarras. Debutó Gaizka Maiza.

LABORAL K. BASKONIA 101

RETABET.ES GBC 73


El basket alavés vivía una jornada para el recuerdo. En Cáceres, Lacturale Araski, pese a la baja por lesión de su base titular Arrate Agirre, daba una lección de juego a Femení Sant Adriá para vencer por 56-75 y acceder a Liga Femenina, mientras que Laboral Kutxa Baskonia le daba una somanta a Retabet.es Gipuzkoa Basket, sacando los colores al cuadro donostiarra. Solo así se entiende que el minuto de ovación programado en el Buesa Arena se extendiera hasta casi el doble. Un minuto para Zurbano; un minuto para Cáceres.

Ya para el salto entre dos se sabía que todo lo que no fuera una victoria del Baskonia sobre Gipuzkoa Basket, iba a ser un milagro, o casi. Se esperaba que la escuadra gasteiztarra ganaría con facilidad, y que en el mejor de los casos, las huestes de Porfi Fisac le iban a poner algunas dificultades. Pero es que ni eso. Mientras que el Baskonia se daba un homenaje, su rival afloraba todas y cada una de sus carencias, y ni siquiera plantaba cara, sobre todo al principio.

El 22-12 del primer cuarto fue casi una bendición para gipuzkoa Basket. Durante los 10 primeros minutos, que Hanga volviera a vestirse de corto y a jugar, y que Jaka Blazic estuviera en disposición de salir a la cancha para hacer la rueda de calentamiento –aunque al final no jugó–, fueron los únicos alicientes de un encuentro decidido desde antes de empezar, entre otras cosas porque GBC parece condenado a su suerte, o al menos decidió «pasar» del derbi de ayer, a la espera de más propicias ocasiones.

La cuestión es que este Baskonia tiene alma de depredador. Pese a errar los primeros lanzamientos lejanos, las muñecas de los pupilos de Perasovic se fueron calentando hasta entrar en ebullición. Un parcial de 35-14 reventaba el partido, en el que Laboral Kutxa Baskonia machacó a su rival a triples. Si en el primer cuarto se iba con 5 de 11 en el casillero de los tiros lejanos, al descanso se iba con un 13 de 20; es decir, que en el segundo asalto los de Perasovic firmaban un ¡8 de 9! desde más allá de los 6,75 metros.

Alberto Corbacho vivió su momento de gloria en esta segundo período. El alero balear anotaba sus cuatro tiros de tres, pero ante todo logró encandilar a una hinchada que ansía que el ex de Obradoiro encuentre su espacio vital en el microcosmos gasteiztarra. Sus compañeros también pusieron de su parte, ya que buscaron que Corbacho saliera liberado de los bloqueos indirectos, cosa que el jugador balear agradeció de lo lindo.

Mike James tampoco podía ser menos y cerraba el partido con cinco puntos casi seguidos, incluyendo un triple que llegaba después de un robo. Gipuzkoa Basket se veía desarbolado, y tan desarbolado que se marchaba con la cabeza gacha y un ilevantable 57-26 en el luminoso.

En el bando guipuzcoano, los jóvenes Gaizka Maiza y Xabi Oroz vivieron sus primeros minutos, únicas noticias positivas de un equipo que deseaba irse de aquella ratonera.

Fiesta y aplausos para todos

Quizá fuera Velimir Perasovic a quien le gustara menos la suficiencia con la que Laboral Kutxa Baskonia apareció sobre la cancha tras el descanso. Cierto que, ante la diferencia existente entre los dos equipos, los gasteiztarras podían permitirse ciertas veleidades.

Por parte donostiarra, la bronca en el vestuario pareció hacer efecto. Y como para no, porque los de Porfi Fisac regresaron al parqué del Buesa Arena a poco más de un minuto para que se reanudara el derbi del Buesa Arena. Y, en fin, aunque jamás hubo peligro alguno como para que de pronto el marcador se emparejase, por lo menos GBC dio otra imagen: con más tensión, con aparentes más ganas, con jugadores como Landry o Zoran Vrkic engordando un poco sus estadísticas.

Por parte baskonista, Corbacho seguía aprovechando su jornada de gloria, mientras que Perasovic decidía parar a Bourousis a la espera de nuevos envites –por ejemplo, uno este miércoles frente al Joventut en el Buesa Arena–, puesto que la suerte del derbi estaba absolutamente decidida. La hinchada local, feliz con lo que estaba viendo, agradecía con cánticos y aplausos la jornada festiva que les brindaban sus muchachos.

Minutos para Mamadou Diop

Tal era la cofianza en que el partido estaba ya decidido, que Velimir Perasovic le dio ocho minutos a Mamadou Diop. Y, la verdad, el mayor de la saga también ofreció minutos de cierta calidad, anotando uno de los 19 triples que convertía el Baskonia –récord de anotación desde la distancia para la escuadra baskonista; a solo dos de la plusmarca establecida por Valencia Basket hace dos semanas en Illunbe–, amén de ayudar con fiereza en el rebote, y transmitir a la grada un inequívoco entusiasmo con el juego, ciertamente contagioso.

En estas, Laboral Kutxa Baskonia y Retabet.es Gipuzkoa Basket llegaban al final de un partido entre dos equipos que no parecen de la misma categoría, e incluso de la misma liga. El 101-73 fue casi un regalo para los de Porfi Fisac, que se permitían el lujo de ganar el cuarto período, con Landry y Vrkic salvándose de la quema, mientras Xabi Oroz terminaba el partido sobre el parqué, permitiéndose el lujo de anotar su único tiro.

El baloncesto de Araba vivía una jornada redonda, sobre todo por el morrocotudo éxito del Lacturale Araski, amén de la fiesta por todo lo alto de Zurbano, con una afición que apura sus días para que Laboral Kutxa Baskonia afronte las citas más importantes con el mismo aplomo de ayer, dispuesto a hacer saltar por los aires a todo aquel que se le enfrente. En cambio, en el seno de Gipuzkoa Basket parece que ha empezado el desguace, aunque las derrotas de Obradoiro y Estudiantes aún hagan albergar esperanzas.

Satisfacción de los dos entrenadores

No era un partido fácil para ninguno de los dos equipos, y quizá por ello ambos técnicos mostraron su satisfacción por lo visto en el parqué.

«El partido estaba finiquitado para el descanso, después de que el equipo haya hecho un trabajo serio en defensa y haya buscado la anotación con un juego serio», recalcaba Velimir Perasovic. Mientras, aunque reconocía que «tenemos pie y medio en el descenso», Porfi Fisac no dejaba de mostrarse por la capacidad de pelea de sus muchachos. El segoviano subrayaba que «seguimos sin dejar de creer ni luchar. Y todo este aprendizaje en tiempo presente nos debe servir para ser mejores en el futuro. Veremos hasta qué punto nos mantenemos en pie antes de arrojar la toalla».

Por otro lado, Perasovic reconocía que el duelo de ayer le había servido para dosificar de minutos a su plantel, con la ausencia de un Jaka Blazic que «todavía no está para jugar», aunque lo más preocupante fue su mención sobre un Causeur, de quien dijo que «depende de Dios y de él que juegue. Su sensación de dolor ahí sigue. Tal vez dentro de dos días esté estupendamente y pueda estar con el equipo, o que pase un mes y siga sin poder hacerlo. No lo doy por perdido, pero está en sus manos». A.G.