Ramón SOLA
DONOSTIA
PROCESOS DE RESOLUCIÓN EN EUSKAL HERRIA Y COLOMBIA

ETA marcó la senda a las FARC en mayo de 2012: «Merece arriesgar»

En mayo de 2012, cuando las FARC y el Gobierno Santos tenían una incipiente vía de diálogo, ETA explicó por carta a la guerrilla su apuesta por la resolución. Hacía hincapié en aspectos como el apoyo internacional reflejado en Aiete. Cuatro años después, el proceso colombiano toma la delantera al vasco por la diferente posición de Bogotá y Madrid.

El proceso de paz colombiano avanza con fuerza en un doble carril; la negociación en La Habana con las FARC, que se acerca al acuerdo definitivo, y la que se va a abrir con el ELN tras el compromiso mutuo firmado el 30 de marzo. No ocurre lo mismo con el vasco, debido al bloqueo impuesto por el Gobierno español tanto a la vía negociadora como a otras opciones de ir solucionando las consecuencias y causas del conflicto. Y esta constatación da más interés a la misiva que en mayo de 2012 ETA hizo llegar a las FARC y a la que ha tenido acceso GARA. En ella le explica sus decisiones y las motivaciones de las mismas, y aunque obviamente la organización vasca elude dar consejos a la colombiana, del texto sí se desprende una puesta en valor de conceptos como la unilateralidad, la confianza en los respectivos pueblos o la aportación de la comunidad internacional.

Para situar la misiva en su momento exacto, por aquel entonces en el caso colombiano únicamente existían conversaciones incipientes (y totalmente secretas) entre emisarios del Gobierno colombiano y de las FARC, muy lejos aún de la conformación de una mesa de negociación, del alto el fuego y del acuerdo final que se ve muy próximo. Por contra, en el caso vasco se había patentado la hoja de ruta de Aiete, ETA ya había dejado la lucha armada y sus negociadores esperaban en Oslo a saber si el Gobierno de Mariano Rajoy –recién llegado a Moncloa– iba a sentarse en la mesa.

En la carta, la organización clandestina ya se muestra consciente de que «los estados español y francés no apuestan por un nuevo escenario» y «hoy por hoy pretenden bloquear el proceso». No obstante, reafirma su tesis de que «merece arriesgar», basándolo sobre todo en que «tras décadas de lucha política y armada, se han generado condiciones suficientes para llevar la confrontación con los estados opresores a términos de país. Hoy podemos decir que el modelo impuesto por los estados imperialistas no solo no ha conseguido la asimilación de nuestro pueblo, sino que para la mayoría social y política está agotado y esta mayoría reivindica un profundo cambio político y social, basado en la soberanía plena».

ETA continúa explicando a las FARC que «estamos inmersos en una etapa del proceso en la que deberemos ir superando una a una las barreras impuestas por los estados. Una etapa que por ahora se ha basado en los pasos unilaterales de nuestra organización y el movimiento de liberación nacional en su conjunto. Pasos que buscan llevar el proceso a un carácter bilateral con ambos estados, pero que pretenden dar mayor impulso al desarrollo del soberanismo. Nuestro mayor compromiso está dirigido a nuestro pueblo».

Implicación internacional

En esta misiva privada que GARA ha conocido ahora, ETA pone énfasis en el impulso internacional, subrayando cómo en Aiete «destacadas personalidades del ámbito internacional presentaron una propuesta para la solución del conflicto» que la organización estimaba «clave para el logro de un paz justa y duradera».

Los obstáculos posteriores de Madrid han dejado esta aportación en stand by, pero significamente ha sido en Colombia donde se ha puesto de relieve todo su potencial. Ejemplos recientes son el espaldarazo de la ONU, mediante la figura emblemática del ex secretario general Kofi Annan, presente en Aiete; las importantes tareas de asesoría asumidas por Jonathan Powell, auspiciador de la conferencia de Donostia; la reciente reunión con la delegación de las FARC del secretario de Estado de Washington, John Kerry; y, en nuestro continente, la decisión de la UE de apoyar el proceso designando incluso un enviado especial (el ex viceprimer ministro irlandés Eamon Gilmore) y con 90 millones de dólares.

Más llamativo resulta que el Gobierno del PP se declare dispuesto a apoyar trabajos de desmilitarización y desminado, e incluso a dar apoyo económico al proceso... colombiano.

[La carta remitida por ETA a las FARC-EP, íntegra]