Beñat ZALDUA
BARCELONA
OTEGI EN CATALUNYA

Aprender del «procés» para articular un segundo frente en Euskal Herria

El secretario general de Sortu, Arnaldo Otegi, visitó ayer Barcelona en una maratoniana jornada llena de entrevistas, reuniones parlamentarias y comparecencias, y que concluyó con un multitudinario acto en Sant Andreu, donde recibió el calor de centenares de personas, a las que agradeció la solidaridad recibida estos años.

Ni dar consejos ni mimetizar procesos. Más bien aprender del camino recorrido en Catalunya y tomar impulso para abrir un segundo frente al Estado desde Euskal Herria. Con esa intención, el secretario general de Sortu, Arnaldo Otegi, afrontó ayer una maratoniana jornada en Catalunya, que arrancó casi a oscuras en Catalunya Ràdio y concluyó, casi sin luz, en el recinto Fabra i Coats del barrio barcelonés de Sant Andreu, donde Otegi recibió la bienvenida de un heterogéneo público, acompañado en el escenario por referentes políticos, sociales y culturales de los Països Catalans, desde diputados de JxSí (Lluís Llach) y la CUP (Gabriela Serra) hasta músicos como Feliu Ventura, pasando por juristas como August Gil Matamala.

Catalunya tenía ganas de escuchar a Otegi y se notó, tanto en el Parlament como en el acto del atardecer, en el que agradeció a Catalunya dos cosas: la solidaridad recibida todos estos años («No hay dinero ni riqueza superior al cariño popular», aseguró) y, sobre todo, «la lección que nos estáis dando», en referencia al proceso independentista catalán, que situó «a la vanguardia de la recuperación de la soberanía». De hecho, después de reconocer que «es difícilmente defendible decir que en nuestro país existe un proceso de paz», admitió que ahora «somos los últimos». Eso sí, tirando de humor, reclamó que la futura República catalana inaugure su primera embajada en Euskal Herria.

Reuniones fructíferas

Otegi realizó estas intervenciones en el acto de Sant Andreu, al que acudió directamente desde el Parlament, donde se pasó buena parte de la «fructífera» jornada de reunión en reunión. Tras un encuentro de más de una hora con miembros de la Comissió d’Exteriors de la Cámara catalana (con diputados de Junts pel Sí, Catalunya Sí que es Pot y CUP), fue recibido por la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, con quien departió durante media hora. También hubo tiempo para reuniones bilaterales con diputados de los grupos parlamentarios de JxSí (de CDC, de ERC e independientes) y de la CUP, antes de dar cuenta de la jornada en una rueda de prensa en la misma cámara catalana.

En ella, Otegi apostó por edificar un proceso en Euskal Herria apoyado sobre tres ejes: rescate social, rescate nacional y cierre de «una página del pasado que todavía tiene flecos» (ver despiece). A preguntas de los periodistas, que evidenciaron el interés de hablar y preguntar al líder independentista (solo una pregunta se refirió a las consecuencias del conflicto armado), Otegi aseguró que no llegó a Barcelona «a dar consejos» y reconoció sentir «cierta sana envidia» respecto al proceso catalán, del que dijo extraer dos lecciones: que la agenda política de la gente «debe ser rescatada de la agenda de los partidos» y que «no es posible democratizar el Estado español». «Me gustaría tener un proceso como el que tienen los catalanes y las catalanas», concluyó al respecto.

También le preguntaron sobre el PNV y las diferencias con CDC, momento que Otegi, además de señalar las evidentes diferencias, aprovechó para reclamar «responsabilidad» a los jeltzales para poner en marcha un proceso en Euskal Herria.

 

Sobre Hipercor: «Eso jamás debió suceder»

El antiguo recinto fabril de Fabra i Coats está muy cerca del supermercado Hipercor, objetivo de una acción armada de ETA en 1987, como a nadie se le escapa. «Aquí sucedió un hecho trágico, presente en la mente de todos», apuntó Arnaldo Otegi, que aseguro no rehuir «ninguna de las responsabilidades por lo ocurrido estos años». En este sentido, hizo suyo «el dolor de este barrio» y añadió, de forma contundente: «Eso jamás debió suceder».

La referencia concreta a las víctimas causadas por la actividad de ETA llegó ayer al final del acto en Sant Andreu, en el capítulo de «las páginas pendientes de la historia trágica de nuestro país». En el mismo capítulo, Otegi habló de los presos y presas políticas, para quienes pidió la libertad «para que sigan construyendo país». Reconoció que el tema es «delicado», pero reivindicó que poner fin a las políticas de dispersión, por ejemplo, «es algo urgente e ineludible». En este sentido, también apuntó que espera que la campaña Free Otegi se convierta rápidamente en una campaña por la libertad del resto de presos y presas políticas.

El tercer capítulo de este apartado lo constituyó el desarme, sobre el que recordó que el caso español es único en el mundo: «Hay una organización con voluntad de desarmarse y un Estado que dice no, no y no». «La propia existencia de ETA ha servido para ocultar problemas en el Estado español», finalizó.B.Z.