Maitane ALDANONDO
Bilbo

Una idea de negocio surgida de un problema común y cotidiano

Dos jóvenes vizcaínos han desarrollado WIMy, un dispositivo dirigido a la seguridad infantil que contribuye a evitar la pérdida de los niños. Basado en este producto y con la ayuda de Berri Up han creado un sistema aplicable a espacios públicos y concurridos.

Perder cosas y pasarse horas buscándolas es un problema común del que Carlos Brea y Alexander Sánchez fueron capaces de extraer una idea de negocio. A Brea se le ocurrió desarrollar un dispositivo para evitar extraviar o ayudar a encontrar objetos de valor, mascotas o niños, una vez que fue a recoger a su sobrina al aeropuerto. Analizaron el mercado para ver si era una necesidad real, y ante la falta de soluciones, decidieron crearla ellos mismos. Así surgió WIMy, un gadget que se conecta al smartphone vía bluetooth 4 y emite un pitido cuando el objeto o persona que lo lleva se aleja. Si la distancia es de hasta 50 metros también muestra su ubicación en un radar; si no, puede darse por perdido y cuando otro usuario de la app pase cerca ésta remitirá su posición gps a quien lo ha perdido.

Testaron el servicio a través de una campaña de crowdfunding. «Habíamos identificado unos clientes potenciales y quisimos ver quién de ellos estaría dispuesto a pagar por el servicio. Nos interesaba la publicidad, dar a conocer el producto y ver a quién le vale», recuerda Sánchez. No lograron el objetivo económico fijado, pero además de recopilar información, constataron que el mercado foco eran los niños y, secundariamente, los objetos de valor y las mascotas. A falta de distribuidores para su venta física, WIMy puede adquirirse online por 19,99 euros y la app está disponible en castellano, euskara, inglés, italiano y portugués.

El pasado setiembre, BerriUp los seleccionó para su programa de aceleración y adquirió el 10% de la sociedad. Junto con una inyección económica, esta oportunidad les ha permitido dar una nueva vuelta al modelo de negocio gracias a los consejos recibidos. Sánchez afirma que «realmente la miga está en el mentoring, en el asesoramiento. Te aconseja gente con una experiencia empresarial y unos encargos muy importes. Esa información no se paga con dinero». En estos cuatro meses han validado su producto volviendo a analizar algunas cosas que daban por supuestas y han abierto una nueva línea que no contemplaban en un principio.

Se trata WIMyKids, un sistema de seguridad infantil pensado para espacios concretos que son potencialmente de riesgo como resorts, playas, campings o centros comerciales debido a la gran afluencia de gente o por ser desconocidos para los niños. Se estudia el recinto y las áreas a delimitar para decidir dónde situar las balizas fijas y los usuarios portan unas pulseras localizadoras. Su principal función es la localización, pero es la puerta de entrada a otros servicios como las notificaciones de actividades o de descuentos. Igualmente aporta información útil para la gestión de recursos y del espacio. «Si mucha gente está yendo a una misma zona, sé que necesito más personal o limpieza», explica Brea. Realizaron la primera prueba de WIMyKids en la feria FITUR en Madrid y se encuentran en negociaciones para probarlo en campings y resorts de la Costa Dorada y de la CAV el próximo mes.

La de BerriUp no es el único apoyo que han recibido en su camino a lograr que Appkideak sea rentable. Los primeros pasos los dieron con la ayuda de Behargintza y BEAZ. De la mano del Centro de Desarrollo Empresarial de la Margen Izquierda y la Universidad de Deusto participaron en el Programa para emprendedores YUZZ. Fueron elegidos para viajar a Silicon Valley y pudieron conocer un enfoque diferente sobre el emprendizaje. También por eso ahora tienen un hueco en DeustoKabi. «Lo más importante de los galardones es lo intangible. La dotación atrae a la gente, pero los que le dan valor realmente es lo que no se ve», señala Sánchez.

 

dedicación y determinación para seguir aprendiendo

Los dos jóvenes responsables de Appkideak describen el emprendizaje con un proceso de aprendizaje continuo. Carlos Brea es biólogo y Sánchez estudió Marketing. Al decidirse a dar el paso comenzaron por hacer cursillos sobre lo más básico. Reconocen que estaban muy perdidos al principio y que al mirar atrás se dan cuenta de que eran muy ingenuos. Afirman que cada nuevo paso les cuesta más que el anterior, por lo conseguido hasta ahora, y que es importante saber gestionar la incertidumbre y los momentos. «Es sacrificado, tiene sus riesgos y aprendes en el camino, aunque caigas. Hace falta determinación y dedicación», resume Brea.