Pablo CABEZA
BILBO
Elkarrizketa
JAVIER LUCAS
TROMBÓN DE E.T.S.

«Tener prejuicios por la música que haces es como juzgar un libro por la portada»

En Tol Sarmiento, E.T.S., es una banda de ska festivo originaria de Yécora-Iekora. Tras un inicio juvenil de corte punk-rock, la entrada de los vientos gira tendencia hacia el ska. Tras una maqueta y dos discos llega «Beldurrik ez» (Baga-Biga), un espléndido disco de ska lúdico que reporta encanto y calidad.

E.T.S. nace en Yécora-Iekora en el verano de 2005. Es un momento en el que proliferan las bandas de punk-rock en Errioxa. Íñigo (17 años), Rubén (17 años) y Floren (21 años) crean un grupo cuyo nombre sale tras una noche de fiesta en un pueblo vecino. Dos guitarras, Íñigo y Campi, y un batería, Floren, completan el grupo.

Durante el primer año el grupo de jóvenes se entrena con versiones punk-rock de grupos como La Polla, Kortatu, Kaotiko… Es tiempo de divertirse y aprender de los maestros.

Una noche conocen a Jorge Bujo, 2007, trompetista de Miranda de Ebro, con su llegada el grupo comienza a mirar hacia los ritmos ska. Es el primer punto de inflexión. La irrupción de un grupo que introduce una trompeta es novedad en la zona, circunstancia que les permite ser el grupo que más concierto ofrece en su área de acción natural. Años después llegaría la expansión y el éxito actual.

Los vientos les seducen, entienden que es un buen camino. Un anuncio en Internet permite que lleguen en 2009 Luko, saxofonista, de Viana y que se trae con él a Lucas al trombón, de Logroño (nacido en Bilbo), y al que conoce por jugar ambos al rugby.

Por motivos laborales Luko y Bujo tienen que dejar la banda en 2011. El grupo se queda solo con trombón, es un palo. No obstante, Lucas recuerda que le había gustado un trompetista de su edad (19 años) que había visto en una audición en Nájera, donde trabaja como profesor de trombón. Le convence para unirse al grupo vía ¡chat de Tuenti!. Fue a partir de la llegada de Rubén Terreros (2011) cuando el grupo empieza a tomarse las cosas aún más en serio: más ensayos, composiciones y priorizando el grupo frente a otras posibilidades.

Y así se juntan Íñigo Etxezarreta (Gasteiz, 1988), Ruben Campinum (Iekora, 1987), Floren Diaz (Iekora, 1984), Javier Lucas (Bilbo, 1990) y Rubén Terreros (Nájera, 1990). Un ingeniero industrial, un bodeguero, un tabernero, un historiador y un fontanero respectivamente.

Atrás quedan las brasas de “Vendimia seleccionada”, demo de 2008, “Hacia la luna”, 2012, “Zure mundua”, 2014, y el presente “Beldurrik ez”, integramente en euskara y álbum que mediante siete canciones muestra el lado más dinámico y festivo del ska. Componen con inspiración melódica y las canciones funcionan a la primera por las golosas melodías, estribillos de verano con textos sociales y reflexiones sobre la vida misma, su manera de encararla. La temperatura no baja en su casi media hora de luz y su ska rompe cinturas. Con todo, en canciones como “Zure begirada” o “Eutsi” el quinteto demuestra en los primeros acordes que pueden crear baladas muy sugerentes, por mucho que exploten a los pocos segundos. Se pinche donde se pinche, no hay pinchazo.

El grupo surge en una zona de escasa/ajustada contestación musical y quizá social desde los textos; no obstante ustedes han salido vino peleón y reflexivo.

¿Los 12.000 habitantes de Rioja Alavesa que podrán representar… el 0,5 de la población total de Euskal Herria aproximadamente? Además de la limitación demográfica, la cercanía a La Rioja muchas veces aplaca el digamos ‘orgullo euskaldun’ de una región de EH por la que ni siquiera pasa la Korrika –aunque este último año sí–. Por ejemplo, la población más grande de Rioja Alavesa es Oion, que es considerada prácticamente como una ciudad dormitorio de Logroño. Sin embargo, cada vez existen más iniciativas. Desde ETS hemos intentado siempre promocionar cualquier proyecto: Hemos corrido la «Korrika alternativa» –ya que la original no pasaba por Rioja Alavesa– y que se hizo hace dos años, hemos compuesto la canción del último Araba Euskaraz, que por cierto fue organizado por la ikastola de Oion...

¿Iekora con sus 250 habitantes es el centro neurálgico de la banda, el lugar de ensayo...?

El local de ensayo no podía estar en otro sitio que no fuera Iekora. Tenemos la suerte de que nuestro pueblo, además de ser el origen de todo y la esencia del grupo, es un punto bastante equidistante entre nuestros respectivos domicilios. El local es el punto neurálgico del grupo; es donde ensayamos, grabamos maquetas, quedamos para cualquier cosa…

¿Les miran raro en el pueblo o ya se les ha pasado el susto? ¿Han tocado alguna vez en sus fiestas?

Jajaja. Eso habría que preguntárselo a la gente de Iekora. El ambiente es bueno. En general, el apoyo por parte del pueblo ha sido muy favorable. Solemos tocar en fiestas de agosto. El número de personas que ocupan la plaza en los conciertos que hemos hecho supera de largo los 250 que hay censados en el pueblo, ¡te lo podemos asegurar!. Este verano tocaremos en fiestas de agosto.

En general, son un grupo que compone con desenfado e inspiración melódica, ¿cuentan con un buen compositor o es el todo quien predomina? «Beldurrik ez» está repleto de buenos singles. Resulta complicado quedarse con una canción líder, la que tire del disco. Quizá la que da título al disco o «Sarea desegin», pero llega «Igel egosiaren sindromea» y da la sensación de que también es imparable a pesar de su eterna y meritoria sencillez.

En primer lugar, gracias por lo de ‘que hay buenos singles’. Tenemos la suerte de contar con una máquina de componer música y letras que se llama Íñigo Etxezarreta. Además de su talento, que sea él quien ponga la voz, logra que las canciones siempre giren en torno a su tono y que toque la guitarra, facilita que sea él quien traiga al local las bases de lo que luego serán las canciones terminadas. Después ya es cosa de cada uno –siempre con la aprobación del resto–. El proceso de composición está basado en el principio de dialéctica hegeliana de tesis –lo que trae Íñigo–, antítesis –lo que cada uno interpreta a partir de la idea primigenia de Íñigo y síntesis –lo que se decide finalmente–.

Parten de un pueblo pequeño, ¿han vencido al temor una y otra vez?

Ha sido nuestra, digamos, «cabezonería», la que nos ha permitido continuar durante todo un decenio. Ha habido muchos momentos –especialmente durante los primeros años– en los que el grupo se encontraba muy inactivo: Íñigo estuvo dos años estudiando en Tolouse, Campi se fue a estudiar cuatro años a Leioa… Pero aquí seguimos. Floren ha sido el visionario que decía que teníamos que aguantar, que podía funcionar lo que hacíamos.

¿Siempre han escuchado ska o son de gustos variados?

10. Sinceramente, ninguno de nosotros ha crecido especialmente con el ska. Si hubiéramos crecido escuchando ska desde nuestra niñez, ETS no sonaría igual, seguramente estaríamos haciendo rocksteady a 70 ppm. Está claro que el ska que hacemos es totalmente ecléctico. Sí que es cierto que gracias al grupo sí nos hemos interesado por el ska posteriormente. Pero principalmente hemos crecido con grupos de ska heterodoxo como pueden ser: Betagarri, Obrint Pas, Ska-p... Yendo a la ortodoxia, que tampoco lo es del todo, a nivel internacional, sí que nos gusta, por ejemplo, el sonido de la 2 Tone: Madness, Bad Manners, The Specials… En cuanto a los gustos musicales, somos conscientes de nuestras diferencias y nos gusta reírnos de nuestros propios gustos.

Tienen un bonita pelea entre todas las bandas de ska festivo.

Claro que somos conscientes de que existe una gran cantidad de grupos –y de gran nivel– en Euskal Herria que utilizan una sección de viento. Nosotros seguiremos con nuestra evolución musical particular, es decir, ni hemos ni vamos a adaptar nuestro estilo en función de la demanda generalizada de música en EH. A pesar de esto, debemos reconocer que si proliferan las bandas «trompeteras» será porque gustan. Desde nuestra forma de concebir la música como un instrumento que, desde la fiesta y el baile, introduce un mensaje sociopolítico reivindicativo no podemos tener otra reacción que no sea la de alegrarnos por el hecho de que cada vez la música con letra reivindicativa –sea mediante el hardcore, el pop o el ‘ska trompetero’- alcance una mayor difusión. Despegue que quizás no hubiera tenido sin el caballo de Troya que son las «turutas», a las que muchas veces se las asocia con el ‘pachangueo’ hedonista, cómplice del capitalismo musical y carente de mensaje, y no tiene por qué ser así: se puede hacer un hardcore que refuerce la ideología dominante y se puede hacer pop reivindicativo. Tener prejuicios por el género de música que haces es como juzgar un libro por la portada. El mensaje, si es reivindicativo, debe construir hegemonía, teniendo como objetivo llegar al mayor número de gente posible a la vez que creas conciencia.

«Eutsi» podría ser una gran balada, pero finalmente se lanza a su destino, ETS?

Es la canción más sentimental del disco. Pero sigue siendo ETS. Para denunciar una situación tan penosa e injusta como es la «dispersión» hacemos una canción en modo menor, pero sin renunciar a la fuerza que caracteriza al grupo. El tono menor te dice que, evidentemente, no todo va bien, pero la fuerza del estribillo, con los vientos y coros a tope, te dice «eutsi, aguanta». Cantarla en directo es emocionante.