Nagore BELASTEGI
EUSKOBOT

COMPETICIONES DE PELEAS Y VELOCIDAD DONDE LOS PROTAGONISTAS SON ROBOTS

DA UN POCO DE MIEDO SABER QUE LOS AFICIONADOS A LA ELECTRÓNICA YA SON CAPACES DE CONSTRUIR ROBOTS HUMANOIDES DE PELEA QUE PUEDEN DAR SALTOS, GIRAR, EMPUJAR Y DAR PUñETAZOS. Y A LA VEZ FASCINA SABER QUE LO QUE PUDO VERSE AYER EN FICOBA PODRÍAN SER LOS PRIMEROS PASOS DE NUESTRO FUTURO CERCANO.

La Liga de Robótica de Competición tuvo lugar ayer en la feria de muestras Ficoba de Irun, donde participaron diferentes grupos de todo el estado en categorías de estudiantes y pro, aunque tal y como dijo uno de los participantes, «en realidad todos somos aficionados».

Un auditorio con varias decenas de personas como público y otras tantas sobre el escenario poniendo a punto su robot fue lo primero que nos encontramos. No parecía que las tres horas que duraba ese evento dentro de la feria Euskobot fueran a resultar amenas. Sin embargo, tan pronto como pusieron en marcha el primer robot todo cambio. El público reía y animaba, y los propios fabricantes explicaban cómo funcionan sus creaciones.

No era una competición al uso. Sí, había un ganador, pero el principal objetivo era divulgativo. Tanto el público, compuesto por un gran número de niños que miraban a los robots maravillados, como los propios electrónicos tuvieron la oportunidad de aprender cosas nuevas.

Los campeones

Primero les tocó el turno a los participantes de la categoría estudiantes. Los velocistas hicieron dos tandas sobre un circuito. Un sensor en la parte inferior determina cuál es la parte negra (la pista) y cual la blanca (fuera de pista) y así son capaces de seguir el recorrido sin salirse. Uno de los robots fallaba y se salía de la pista constantemente. «¿Sabéis qué puede ser? –preguntó el moderador al público para después responder–. Los sensores. Están hechos con luz infrarroja, por lo que no podemos verla, pero si le apuntamos con la cámara del móvil podremos verla en la pantalla». Después de estas tandas hicieron carreras de uno contra uno. El ganador fue Flash, y le siguieron Blablacar y Mad Max.

Después llegó el turno del torneo de minisumos. Se trata de robots de pequeño tamaño que deben sacar del ring a su adversario. Cada uno se las ingeniaba como podía. Finalmente Rob Colindres obtuvo el primer puesto, Nou One el segundo y Txapi el tercero.

En la categoría profesional comenzaron con los minisumos. Ganó el favorito, Smith XS, un pequeño que tiene una cuchilla a ras del suelo. Segundo fue Mad, quien tiene una bandera que utiliza para «torear» al adversario y así distraerlo, y tercero Minotauro, con gran fuerza.

En las siguientes categorías más que una competición fue una demostración por la falta de competidores. Los humanoides fueron los que más llamaron la atención del público y quienes más risas provocaron por su simpática forma de moverse. Primero se enfrentaron uno rojo, que recordaba a Mazinger Z en miniatura, y uno blanco que estaba sin acabar. De echo no tenía cabeza porque la cámara que le pondrán en ese sitio no ha llegado todavía, y terminaron de programarlo el jueves. Por mucho que el blanco intentó defenderse a puñetazos, el rojo daba saltitos laterales y conseguía tumbar siempre a su adversario con un empujón.

Eliminado el blanco, mostraron a Bolide, un robot que suele usarse en las aulas en las asignaturas de electrónica. Su estabilidad no era del todo buena y en cuanto el robot rojo se acercaba se caía para atrás. Al terminar el combate los niños corrieron a ver al humanoide rojo en acción de más cerca.

Para finalizar, realizaron una carrera entre dos velocistas pros, pero uno de ellos daba fallos y se salía de la pista. Como la característica de este tipo de robots es que son capaces de distinguir si tienen a un adversario delante o al lado y, por lo tanto, pueden cambiarse de carril para adelantar, decidieron hacer la prueba invitando al ganador de los estudiantes, a Flash. Tal como auguraba, el pro Pumatrón adelantó a Flash.