Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «El país del miedo»

El acoso escolar dentro de una sociedad paranoica

Llega a la cartelera comercial un tanto de tapadillo uno de los muchos títulos presentados en el reciente festival de Málaga, y que debería haber llamado más la atención de lo que lo hizo en función de la candente problemática que trata. Y, más aún, porque el extremeño Francisco Espada debuta adaptando la interesante novela homónima de Isaac Rosa, que en el 2009 se hizo con el premio José Manuel Lara. Lo que en el libro puede resultar más o menos convincente, en la pantalla acaba plasmado con una falta de credibilidad preocupante.

Del mismo modo que a los realitys televisivos sobre adolescentes conflictivos se les acusa de estar guionizados, en esta ficción la caracterización de la menor que intimida incluso a los mayores no resulta verosímil. Y ahí “El país del miedo” tiene un punto débil que pone en peligro toda la tensión dramática, provocando que la tesis de la película se desmorone como un castillo de naipes. De poco sirve para la audiencia saber que en la realidad se dan tales casos, tal como lo confirman las denuncias de profesores acosados por alumnos o de padres maltratados por sus hijos, si la jovencita encargada de asumir dicha forma de matonismo no tiene pinta de cargarse una mosca.

Frente a esa hipotética amenaza al actor José Luis García Pérez le toca la difícil papeleta de aparentar el sentimiento de temor paralizante, a la manera de un Goliat que se viene abajo ante la aquí maliciosa puntería de David en versión femenina. Fracasa como padre en el intento de defender a su hijo en edad escolar de la compañera agresora, y hasta él mismo acaba siendo víctima de los chantajes de la mocosa. En teoría ocurre así debido a que el “bullying” sirve de detonante para disparar el miedo que se apodera cada vez más de una sociedad paranoica. El protagonista vive, de hecho, en una constante inseguridad, la cual hace que la idea del bienestar se tambalee como un gigante con pies de barro.