Jon ORMAZABAL
FINAL MANOMANISTA 2016

«Sin miedo a la energía atómica»

«No temas la energía atómica, porque no pueden detener el tiempo», reza una estrofa de Redemption Song, una de las piezas más conocidas de Bob Marley, músico de cabecera de Iker Irribarria, el nuevo campe&bs;ón Manomanista. Cada pelotazo del de Arama volvió a ser atómico ayer en Bilbo y el reloj, con solo 19 años, solo puede correr a su favor.

URRUTIKOETXEA 13

IRRIBARRIA 22

 

Una fuerza desmedida se ha apoderado del planeta pelotazale y lo ha hecho de manera tan inesperada como violenta. Con solo 19 años y llevándose por delante a tres campeones en una trayectoria nada sencilla, Iker Irribarria se ha hecho con la txapela más esperada de la temporada tras una nueva exhibición de golpe, y de otros muchos argumentos. Porque fiel a su estilo, Mikel Urrutikoetxea se presentó en el Bizkaia convencido de que era capaz de domar al huracán de Arama pero, como a sus predecesores, no le quedó otro remedio que rendirse ante el potencial del goierritarra.

«Si has sido capaz de llegar hasta aquí, no te rindas ahora», dice otra de las citas célebres del cantante jamaicano y aquellos que pensaban que podía acusar sus 19 años en su primera final no podían estar más equivocados. Con la txapa como primera aliada, el de Arama tomó el peso del partido desde el primer pelotazo, sin miedo a desarrollar toda su energía.

Ni siquiera un exceso de vista en el 2-3 le apartó del camino trazado, porque un solo pelotazo bien gozado le bastaba para pasar a dominar, como por ejemplo en el resto que pegó al siguiente saque de Urrutikoetxea, que mandó al siete de violenta volea.

Los saques bombeados fueron unos de los argumentos de Urrutikoetxea, pero se quedaron en nada con respuestas con los dos pies en el aire, casi como puntista que escala la pared. La búsqueda de la derecha fue otro recurso constantemente utilizado por el vizcaino, pero ya quisieran muchos diestros para sí esa derecha con la que acertó a arrimar a pared izquierda, consiguiendo una importante cantidad de tantos. Un par de saques que fueron a morir en el seis y medio ampliaron la renta al 2-9, llegando a enmudecer a la parte vizcaina del Bizkaia.

Pegajoso Mikel

Ante un comienzo así, jugando bien pero sintiéndose inferior cada vez que trataba de imponerse en el peloteo, cualquier otro pelotari hubiera izado la bandera blanca, pero no el campeón, no un Mikel Urrutikoetxea que entendió que sus opciones pasaban por resistir, por alargar el partido y que el joven perdiera su efervescencia.

A poco que acertó a cruzar su gancho de zurda y a conectar un par de saque-remates, Urrutikoetxea consiguió que su rival sintiera su aliento en el cogote, pero jugar con el viento de los peotazos de Irribarria en contra es más complicado que ante cualquier otro pelotari. A partir del 5-10 hubo una fase en la que los errores se sucedieron por ambos bandos, pero el caos no despistó al aspirante.

Es más, fueron dos sotamanos enviados al limbo por el de Zaratamo los que impidieron al campeón acercarse a dos tantos en el 13-16, momento crítico para el desarrollo de la final

Colofón brillante

Pero siendo la violencia de sus pelotazos la que lo ha hecho campeón, Iker Irribarria no desaprovechó la oportunidad de dejar su sello en un final de partido en el que terminó mucho más entero que su rival.

Para que nadie pueda decir que solo pega, defendió, aguantó, supo sufrir e incluso definió con sutileza como la dejada del 13-21. «Todo hombre tiene derecho a decidir su destino». El de Irribarria promete. Y mucho.

 

La txapela vuelve a Gipuzkoa con el campeón más precoz

27 años después de que Joxean Tolosa se impusiera 19-22 a Julián Retegi en aquella recordada final de 1989, la txapela más importante de la temporada regresa a Gipuzkoa, que parece rejuvenecer laureles con una camada de jóvenes pelotaris llamados a hacer grandes cosas. Es más, la txapela de Promoción también está en el herrialde y los resultados en mano del último GRAVNI, con cinco victorias sobre seis, parecen indicar que las cosas se están haciendo bien.

La prueba inequívoca de que la cantera viene pegando fuerte es que Iker Irribarria, con 19 años y 10 meses –cumplirá 20 el próximo 4 de julio– se convirtió ayer en el pelotari más joven en calarse la txapela Manomanista de Primera, sucediendo en este honor a Rubén Beloki, que lo consiguió en 1995 con 20 años. Pero es que además lo ha conseguido en su primera participación y solo 14 meses después de debutar, y habiendo sufrido una aparatosa operación en su mano izquierda por una fibrosis hace solo dos años.

Con todo el porvenir por delante, con esta última txapela, el pelotari de Arama se estrena en el palmarés manomanista e iguala en títulos a Urrutikoetxea, Patxi Ruiz, Bengoetxea VI, Barberito I, Soroa II, Gorostiza, Xala, Barriola y Tolosa, que son los pelotaris que han logrado ser campeón en una ocasión.

Tras la celebración de ayer, el goierritarra tendrá diez días de descanso en su faceta de pelotari, que deberá aprovechar para sus exámenes de ingeniería. No obstante, el día 3 se estrenará de rojo en su pueblo, con homenaje posterior y dos días después está anunciado en Gasteiz.J.O.