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DONOSTIA

Los padres que trabajan fuera dedican 2,9 horas a sus hijos; las madres, 4,5

Un estudio del Eustat confirma una doble realidad aparecida ya en otros informes similares realizados también en Euskal Herria: la desigualdad en el reparto de las tareas del hogar y la dificultad para compatibilizar la vida laboral y las labores domésticas, sobre todo en lo que respecta al cuidado de menores y dependientes.

Un 32 % de las personas empleadas fuera de casa en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa afirma tener muchas dificultades para compaginar su trabajo con el cuidado de hijos menores y personas dependientes, según un estudio del Instituto Vasco de Estadística (Eustat).

Esta encuesta de conciliación de la vida laboral, familiar y personal elaborada en 2015 y difundida ayer pone de relieve que los hombres manifiestan tener más difícil compaginar el trabajo con el cuidado de menores, ya que el 72,7% declara tener una dificultad media o alta, frente al 62,8 % de las mujeres.

Sin embargo, la desigualdad entre la implicación de uno y otro sexo queda clara en el siguiente dato: las mujeres que trabajan fuera de casa y tienen hijos menores de 15 años destinan de media 4,5 horas diarias a su cuidado, mientras que los hombres en una situación equivalente solamente emplean 2,9 horas. Además casi la mitad de las mujeres ocupadas destina 5 o más horas, un porcentaje que se mantiene desde 2010.

Esta diferencia se reduce en el caso del cuidado de dependientes, actividad a la que los hombres dedican 1,5 horas diarias y las mujeres 2,1 horas.

En el último lustro ha bajado del 36,6 al 14,7% el porcentaje de trabajadores que dedican cinco o más horas diarias a cuidar de familiares dependientes.

Ellos, más satisfechos

La encuesta también pone de manifiesto la desigualdad entre hombres y mujeres trabajadoras en el reparto de las tareas domésticas, ya que nueve de cada diez hombres el –91,3%– dedica a ello dos o menos horas, mientras que tres de cada diez mujeres –el 28,3%– emplean tres o más. Este dato es similar a los aparecidos en otros estudios recientes.

Este desigual reparto de funciones motiva que un porcentaje significativo de mujeres ocupadas (14,9%) se declaren muy insatisfechas con el grado de colaboración de su cónyuge o pareja para afrontar las tareas domésticas.

Por contra, la mayoría de los hombres ocupados (70,4%) están muy satisfechos con los trabajos de casa que hacen sus parejas femeninas.

Más horas en el trabajo

Por otro lado, una parte relevante de la población ocupada tiene que dedicar más horas de las establecidas a su trabajo: un 20,1% algunas veces y un 17,5% casi siempre.

Esta prolongación de la jornada laboral afecta más a los hombres que a las mujeres, ya que el 21,1% de los ocupados alarga la jornada algunas veces y el 19,6% casi siempre, mientras que en las mujeres ocupadas estos porcentajes son algo menores: el 18,9% y 15%, respectivamente.

El horario flexible de salida, otra herramienta para mejorar la conciliación, lo disfruta un tercio de las personas ocupadas. En cuanto a las ausencias temporales del trabajo, están al alcance de la mayoría de las personas trabajadoras, seguidas por la posibilidad de pedir días sin sueldo, excedencias o reducciones de jornada.

Sin embargo, el temor a que esas excedencias o jornadas reducidas afecten a la promoción profesional es algo mayor entre las mujeres (29,1%) que entre los hombres (27,6%).

Además, la maternidad puede crear desigualdades de promoción para el 18,9% de las mujeres ocupadas, mientras que solamente un 8,8% de los hombres opina que la paternidad les podría afectar.

Respecto al trabajo en el propio domicilio, un 7,9% de las personas ocupadas trabaja esporádicamente en casa y un 4% lo hace al menos la mitad de los días laborales.

En cuanto a las preferencias laborales, el 83,1% de los encuestados se decanta por ser asalariado por cuenta ajena frente a profesional autónomo (16,9%).