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Segunda dimisión en el gobierno de Temer vinculada al caso Petrobras

El Gobierno interino de Michel Temer ha sufrido su segunda dimisión en los 18 días que lleva en funciones, ambas vinculadas a grabaciones en las que los ministros criticaban la investigación del caso Petrobras, el mayor caso de corrupción en la historia de Brasil.

El gobierno interino de Brasil sufrió el lunes su segunda crisis en una semana cuando el ministro de Transparencia, Fabiano Silvera, renunció tras conocerse sus críticas a la investigación de la corrupción en la estatal Petrobras.

Silvera es el segundo ministro del presidente interino del país, Michel Temer, que deja el gobierno instalado 18 días atrás tras la suspensión de la presidenta Dilma Rousseff para ser enjuiciada en el Senado por maquillar las cuentas públicas.

Grabaciones divulgadas la noche del domingo por la TV Globo, revelaron conversaciones de Silveira con el presidente del Senado, Renan Calheiros y Sergio Machado, expresidente de Transpetro, subsidiaria de Petrobras. Ambos están siendo investigados por el multimillonario escándalo de corrupción en Petrobras que involucra a políticos y empresarios.

En la grabación, Silveira dice que la fiscalía estaba «perdida» en la investigación y orientaba a Machado sobre cómo encarar el proceso. La grabación fue hecha por Machado en marzo, según la TV Globo que la difundió. Silveira era entonces integrante del Consejo Nacional de Justicia.

En su carta de dimisión, Silveira dijo que los suyos «fueron comentarios genéricos y simple opinión, amplificados por el clima de exasperación política». «No sabía de la presencia de Sergio Machado. No fui llamado para una reunión», se lee en una parte de la carta reproducida por la prensa brasileña. «El contexto era de informalidad basado en las declaraciones de quien se decía a todo instante inocente», añade Silveira.

Funcionarios del ministerio de Transparencia, creado por Temer para luchar contra la corrupción, protestaron en Brasilia para pedir la salida de Silveira. A la petición se unió, además, la ONG Transparencia Internacional.

Hace una semana, el ministro de Planificación, Romero Jucá, también dimitió después de que se filtrara una conversación suya con Machado en la que sugería que la destitución de Rousseff permitiría detener las investigaciones del caso Petrobras.

El mayor caso de corrupción en la historia de Brasil se ha convertido en un gigantesco factor de inestabilidad política, con sucesivos desdoblamientos que involucran a decenas de políticos en ejercicio y han llevado tras las rejas a prominentes figuras del partido de Rousseff, pero también a líderes antes aliados de la presidenta y que impulsaron su destitución, así como a encumbrados empresarios del país.

Machado, uno de los tantos delatores de esta trama, firmó un acuerdo de colaboración con las autoridades y con su testimonio podría comprometer a otros miembros del partido centrista PMDB. Tras la renuncia del ministro Jucá la semana pasada, Temer, líder del PMDB, dijo que las investigaciones no solo continuarán, sino que pretende «incentivarlas.

Presidente del Senado

La aparición en escena de Machado también ha salpicado a Renan Calheiros, el presidente del Senado donde en pocos meses se decidirá si Rousseff es definitivamente destituida. En otra conversación filtrada el miércoles, Calheiros defendía cambios en la legislación de las «delaciones premiadas».

Ese mecanismo permite que los acusados ofrezcan detalles de la trama en la que participaron a cambio de una reducción de sus condenas.

Este recurso ha sido clave para destapar el fraude que se estima que saqueó 2.000 millones de dólares en una década a la petrolera estatal, y que aceleró el desmoronamiento del gobierno de Rousseff.

La llegada al poder de Temer también ha enfrentado desde el principio fuertes turbulencias, y su gabinete, conformado solo por hombres blancos y conservadores, incluye a tres investigados por el «Petrolao».