GARA
POLLEGIO

Suiza inaugura bajo los Alpes el túnel ferroviario más largo del mundo

Con 57 kilómetros de longitud y a 2.300 metros bajo la roca, el túnel ferroviario de San Gotardo, el más largo y profundo del mundo, se inauguró ayer bajo los Alpes suizos, con la presencia de líderes políticos que lo utilizaron como alegoría de la cuestionada unidad europea.

Suiza inauguró el túnel ferroviario de San Gotardo, el más largo del mundo, que permitirá descongestionar y aumentar el tráfico entre el norte y el sur de Europa. Además, también batirá la marca de profudidad, al discurrir a 2.300 metros bajo la roca.

El presidente de Suiza, Johan Schneider-Amman, aseguró en la ceremonia que este túnel «unirá a la gente y a las economías» de Europa, en un momento en el que la unidad política del continente se ve sacudida por la precaria respuesta a la afluencia masiva de inmigrantes y la amenaza inminente de una salida de Gran Bretaña de la Unión Europea.

El mandatario suizo habló antes de que el tren efectuara el viaje inaugural por este túnel de 57 kilómetros. La canciller alemana, Angela Merkel; el presidente francés, François Hollande, y el jefe del Gobierno italiano, Matteo Renzi, viajaron a bordo de ese tren, Gottardo 2016, que hizo el trayecto en 30 minutos.

Previamente, se habían efectuado 300 recorridos de prueba desde octubre de 2015.

17 años de obras

El colosal túnel, cuyas obras duraron 17 años, entrará realmente en funcionamiento en diciembre. Constituirá la pieza clave de la nueva línea ferroviaria que cruzará los Alpes (NEAT), permitiendo crear un nuevo mapa de comunicaciones en el eje norte-sur de Europa.

Su objetivo es aumentar el uso del ferrocarril y descongestionar las carreteras para el tráfico de mercancías, en un corredor Rin-Alpes que va desde Róterdam, en el mar del Norte, hasta Génova, a orillas del Mediterráneo.

La UE, que financió cerca del 15% de la obra (de un costo total de 10.900 millones de euros), aplaude, además de la proeza técnica, la que calificó como una inversión «ecológica».

A la inauguración, que se celebraba en cuatro lugares diferentes, fueron invitadas más de 1.000 personas, y las autoridades incluyeron referencias religiosas con la presencia de un sacerdote, un pastor, un rabino y un imán.

La ceremonia se desarrolló bajo estrictas medidas de seguridad con controles policiales, la movilización de cerca de 2.000 soldados y una estrecha vigilancia del espacio aéreo.

A este túnel se le llama «de base» para diferenciarlo de otro, construido entre 1872 y 1881, de 17 kilómetros, que discurre por encima a través de las montañas del macizo de San Gotardo.

En total, 260 trenes de mercancías podrán cruzar el nuevo túnel, a una velocidad de 100 km/h, así como 65 trenes de pasajeros por día, que pueden alcanzar los 200 km/h.

2.400 trabajadores

En la obra trabajaron 2.400 obreros repartidos en tres turnos durante las 24 horas del día y siete días a la semana, que tuvieron que soportar elevadas temperaturas.

Entre los desafíos técnicos que tuvieron que superarse durante las obras hubo el problema de la temperatura, que podía llegar a 45 grados Celsius, lo que obligó a instalar un potente sistema de ventilación para poder garantizar las condiciones de trabajo.

Los Ferrocarriles Federales suizos prevén un aumento del volumen de transporte de carga de 20% para el año 2020 en el eje Róterdam-Génova. Además, esperan que el número de pasajeros pase de los actuales 9.000 por día a 15.000 en 2020, y que el trayecto entre Zúrich y Lugano disminuya en 41 minutos.

El túnel de San Gotardo de circulación vial, que une desde 1980 las localidades suizas de Göschenen y Airolo, tiene una longitud de 15 kilómetros y es utilizado cada año por cinco millones de coches y 900.000 camiones.

En total, se excavaron 152 kilómetros de «tubos» a una profundidad récord con dos galerías principales unidas mediante galerías transversales.

Pero el récord de longitud de este túnel podría durar poco si se ejecuta el proyecto para perforar un túnel de 123 kilómetros bajo el mar de Bohai, en China.