Martxelo DÍAZ
IV. EDICIÓN DE LASTERBIDEAN

UN MILLAR DE CORREDORES SUDÓ DE LO LINDO PARA ACABAR CON LA DISPERSIÓN

UN MILLAR DE CORREDORES PARTICIPÓ EN LA QUE ES YA CUARTA EDICIÓN DE LASTERBIDEAN, LA CARRERA SOLIDARIA EN CONTRA DE LA DISPERSIÓN Y A FAVOR DE LOS DERECHOS DE LOS PRESOS VASCOS, QUE SE CELEBRÓ EN LA LOCALIDAD ALAVESA DE ARAIA EN UNA JORNADA CARACTERIZADA POR EL INTENSO CALOR.

Quienes se acercaron ayer hasta Araia tenían dos maneras de participar. Por un lado, podían recorrer los 8,5 kilómetros de la carrera larga, que fue la escogida por unas 600 personas. El recorrido resultaba exigente y los organizadores avisaron varias veces por megafonía: «Los dos primeros kilómetros son duros, cuesta arriba. Hay que regular». Las condiciones del trazado y el fuerte calor que ayer tuvieron en Lautada hicieron que la carrera fuera difícil. Aunque a alguno llegado desde Sakana no le pareció que fuera para tanto. «La verdad es que luego empezaba la cuesta abajo y se podía recuperar», señalaba.

Mucho más llevadera era la carrera corta, de menos de tres kilómetros. Fue la escogida por los más jóvenes, incluidos los del Gaztetxe de Araia, que empujaron a uno de sus miembros en un carro de supermercado. Unas 440 personas optaron por este recorrido, más amable.

Antes de comenzar las carreras, los zanpantzar fueron los encargados de llamar a los participantes. A continuación fue el turno de los dantzaris. Pero el protagonismo recayó en dos familiares de los presos de Araia Igor Martínez de Osaba e Iñaki Arakama, que se convirtieron esta vez en las encargadas de dar inicio a la carrera principal cortando una simbólica cadena. En la carrera corta, por contra, esta labor correspondió a un grupo de expresos.

Compañerismo

La jornada de ayer era solidaria con los presos y para denunciar la dispersión, pero también suponía un día de competición, puesto que las carreras tenían clasificaciones. Acabó triunfando el compañerismo, ya que los dos primeros clasificados de la prueba, Aitor Mimentza y Aritz Kortabarria, entraron de la mano en la meta situada junto a la iglesia de Araia.

Los jueces dieron primero a Mimentza y segundo a Kortabarria, seguidos de Juan Antonio Gutiérrez. En la clasificación general de mujeres, la vencedora fue Ainhoa Lendinez, seguida de Nerea Lendinez y María Goikoetxea.

En veteranos, el vencedor fue Patxi Orofino, seguido de Alberto Monasterio y Antton Zelaia. Entre las veteranas, la más rápida fue María Pereda, por delante de Elurtza Etxebeste y Edurne Martínez de Lizarrondo.

En junior masculino, el vencedor fue Iratxo Goikoetxea, seguido de Aitor Mujika y Gonzalo Okariz. En cuanto a las más rápidas en junior femenino, Jone Etxeberria, Jone Hualde y Kattalin Garagorri.

Todos ellos recibieron como premio objetos de artesanía elaborados por los presos vascos en las cárceles. También se sortearon estos galardones entre quienes participaron en la segunda carrera, la corta, en la que no hubo clasificación oficial.

Tras la entrega de premios se produjo una de las sorpresas de la jornada. Una joven de Araia llamada Carla había preparado una coreografía que presentó en la plaza de la localidad, al pie del kiosco. Y fue capaz de conseguir que una buena parte de los asistentes siguieran sus pasos y se pusieran a bailar.

Posteriormente intervinieron, en nombre de Etxerat, Arantxa Oiarbide y Jose Anjel Aramendi, que dieron las gracias a los corredores y a quienes, de una manera u otra, habían participado en Lasterbidean.

«Carrera de fondo»

«Todos los que estamos aquí emprendimos hace tiempo una carrera de fondo contra la dispersión. Todos sabemos que el recorrido es siempre cuesta arriba, que a un obstáculo le sigue otro y que es difícil tomar respiro. Sin embargo, ni las dificultades ni las presiones ni las amenazas han conseguido apagar el primer y más importante enemigo de la dispersión: la solidaridad», indicaron.

Ambos subrayaron la importancia de seguir manteniendo vivo este respaldo, ya que «sumamos fuerzas en lugar de perderlas y recorremos distancias para romperlas. Y ponemos voces donde quieren silencio. Sonrisas donde buscan lágrimas. Y Donde quieren soledad y frío, ponemos calor y cariño. Donde quieren desánimo, llevamos esperanza».

En este sentido, destacaron que «Lasterbidean tiene un lugar propio en el calendario de la solidaridad, hecho con el aliento del esfuerzo y de la ilusión. Una llamada a la responsabilidad desde el compromiso y una llamada al compromiso desde la responsabilidad. Porque la dispersión no la sufrimos únicamente nosotros y nuestros familiares encarcelados. La dispersión la sufre toda la sociedad, porque es la política de la venganza, es la política que se apropia de los derechos de todos, para utilizarlos en beneficio propio, es la política del sufrimiento por el sufrimiento. Y una política basada en las vulneraciones y el dolor nunca permitirá que la sociedad acceda a un escenario de paz».

Siguiendo con la comparación entre la situación de los presos y el atletismo, reiteraron que «esta es una carrera de fondo. Cada paso es importante. Cada persona, necesaria. El compromiso y la solidaridad, imprescindibles. Gracias a todos los que lo habéis entendido así. Por eso estáis aquí. Gracias a los corredores, a los organizadores, a todos los participantes. Gracias por no dejarle sitio a la desesperanza ni al abandono. Por tanto aliento, por tanto apoyo. Por la solidaridad».

Tras la comida popular, la fiesta siguió en Araia con actividades para los txikis, herri kirolak, pelota, baile en la plaza y conciertos en el Gaztetxe.