Amaia U. LASAGABASTER
FÚTBOL FEMENINO

Una temporada histórica para el fútbol vasco

El curso en Primera se cierra con sobresaliente para el fútbol vasco, contítulo para el Athletic, registros históricos para la Real y el objetivo de lapermanencia ampliamente cumplido para el Oiartzun.

Ha acabado con triple derrota pero la temporada en Primera solo puede catalogarse de magnífica para el fútbol vasco. La mejor, de hecho, desde que la categoría adoptó la actual estructura. Si ya fue histórica desde un inicio, por contar con tres equipos vascos, los resultados han acabado de dar sentido al término: título para el Athletic, que además se confirma como el equipo con mejor palmarés gracias a sus cinco trofeos; récord de puntos para la Real, que nunca había acabado entre los cinco mejores; y permanencia holgada para el Oiartzun.

Todo en una temporada en la que han vuelto a confirmarse las distintas velocidades a las que se mueve el fútbol, con tres superpotencias peleando por el título, un pequeño grupo, cada vez más cercano, por detrás, y prácticamente la mitad de la categoría conformándose prácticamente con sobrevivir, tanto en el plano deportivo como en el económico, íntimamente unidos. Aunque, en ese sentido, el curso ha ofrecido motivos para la esperanza, gracias a la implicación de la LFP, aparentemente dispuesta a dar al fútbol femenino al que se resiste la Federación Española. El nacimiento de la Asociación de Clubes –en el que de momento no se encuentran Athletic y Real–, el acuerdo, aún por confirmar, con un patrocinador para la Liga, las retransmisiones televisivas cada vez más numerosas..., invitan a pensar en un futuro mejor para un deporte en que las fichas crecen de año en año.

Y en el que los éxitos no siempre tienen el mismo color. Tras cuatro triunfos consecutivos del Barcelona, el título ha vuelto este año, tras nueve de sequía, a las vitrinas del Athletic. Ya lo habían rondado las rojiblancas en años precedentes pero finales frustrantes o rendimientos más bajos como el de la campaña pasada –cuando ni siquiera pudieron repetir la segunda plaza, que por primera vez daba acceso a la Champions– parecían colocarles en un segundo peldaño cuando arrancó la Liga. Las circunstancias, con la maldición de las lesiones campando de nuevo a sus anchas por Lezama, tampoco han parecido las mejores para reverdecer laureles, pero el equipo vizcaino ha acabado haciendo de la necesidad virtud. Con un proyecto doblemente renovado, por el estreno de Joseba Agirre en el banquillo y la aportación imprescindible de una nueva generación de jugadoras, el Athletic ha vuelto a sonreir. No solo de felicidad, también de «alivio», confiesa Juan Luis Fuentes, que el pasado verano dejaba el banquillo del primer equipo para convertirse en coordinador de fútbol femenino del Athletic. «Ha sido una temporada excepcional, no cabe duda. Y a la alegría que supone conseguir un título, se añade cierta sensación de alivio de esa necesidad después de los años que llevábamos peleando y habiéndonos quedando tan cerquita. Esta vez se ha podido culminar todo el trabajo que se ha hecho y la satisfacción y la tranquilidad son extraordinarias».

En una campaña en la que la nota más negativa han vuelto a ponerla «las lesiones, que incluso han forzado a dos jugadoras a dejar el fútbol. Y que han afectado a muchísimas futbolistas durante meses». Una lacra que, curiosamente, también ha conllevado una buena noticia, la irrupción de jugadoras jóvenes que han rendido a un gran nivel. «Han tenido que asumir un papel importante y han respondido. A veces no puedes elegir el momento y son las circunstancias las que te van marcando. Y aún así no ha podido salir mejor porque las jugadoras que han entrado han aprovechado la oportunidad para reinvindicarse y ver que, algunas ya en el presente, y otas en un futuro cercano, tienen mucho que decir». Aunque quizá no tanto como para hablar de un relevo generacional. Fuentes, al menos, reivindica el papel de las veteranas. «He visto a unas cuantas “chavalitas” de treintaytantos años que han dado un rendimiento extraordinario –sonríe–. Y eso también es una buena noticia». Sobre todo de cara a la próxima temporada, en la que, con Liga y Champions, «el esfuerzo y la exigencia serán altísimos». No cambiará demasiado la plantilla «porque acaba de demostrar que es una plantilla muy buena» pero sí habrá incorporaciones para reforzarla.

Ni suerte, ni casualidad

También realizará todavía unpar de ellas la Real, aunque este año se ha movido antes y un amplio bloque de jugadoras ha acordado ya su continuidad. Y no es de extrañar que el club haya querido dar continuidad al proyecto, que estrenaba entrenador en la figura de Igor San Miguel, teniendo en cuenta que ha firmado la mejor temporada de su historia.

Igual de cantado es el sobresaliente con que califica la temporada la secretaria técnica del equipo Garbiñe Etxeberria. «Pero no solo por una cuestión de clasificación. Todo lo demás también ha ido en consonancia. El juego, las sensaciones, la imagen que ha dado el equipo... Creo que el aficionado ha venido muy contento a Zubieta y eso es algo que nos congratula mucho». Y que no ha sido una cuestión «de suerte, ni ha pasado de la noche a la mañana. Es verdad que nunca antes habíamos firmado una temporada tan buena, y que este año se ha renovado el proyecto, precisamente con el objetivo de seguir mejorando. Pero el trabajo viene de antes, aunque los resultados a veces no hayan sido tan buenos, nunca hemos dejado de avanzar», reivindica.

Lo cierto es que a Etxeberria le cuesta incluso poner algún «pero» al curso. «Quizá no haber conseguido el cuarto puesto, que ha estado en nuestra mano. O no haber podido conseguir algún resultado mejor contra Barcelona o Athletic. Pero creo que han sido cuestiones puntuales». Los puntos fuertes, por el contrario, se multiplican. Aunque destaca dos. Por un lado, «el nivel que ha ofrecido el equipo a la hora de competir, en casa y fuera. Que era una de nuestras asignaturas pendientes los desplazamientos, y este año hemos sido un rival incómodo, duro y competitivo también fuera de Zubieta». Y por otro, por supuesto, la sensación de que es un proyecto con mucho futuro, algo que además el club se ha encargado de apuntalar a lo largo de los últimos meses. «Hemos cambiado un poco la costumbre de hacerlo a final de temporada –explica– y creo que es acertado, creo que le da más seriedad. Es importante para el equipo, porque mantenemos un bloque grande, que es la mejor manera de seguir creciendo, y creo que para las jugadoras también ha sido importante».

El objetivo y el reto

Planificación de la que también le toca ahora ocuparse a Jon Alkorta que, tras ascender al Oiartzun y conseguir este año la permanencia, en verano cederá el testigo a Gari Argote, para pasar a ejercer labores de coordinador. Desde allí espera repetir el éxito conseguido en esta primera campaña en la elite, que no duda en calificar de «magnífica. El objetivo era conseguir la permanencia, con un equipo que tuvimos que hacer en muy poco tiempo y con unos recursos muy limitados. Lo hemos conseguido sin tener que esperar a la última jornada, así que estamos muy satisfechos».

El único «pero» llega con «esos otros pequeños retos que te vas marcando. La victoria como visitantes, que nos habría gustado, o despedirnos ganando en casa, para agradecer también a la afición cómo nos ha apoyado, que ha sido impresionante. Pero también es verdad que una vez conseguida la permanencia es más difícil mantener la tensión que teníamos, que además hay gente que llegaba ya muy justa, lesiones... No creo que la nota baje por eso». Sobre todo porque, además de la permanencia, el otro gran reto que marcó Alkorta a principio de curso también se ha cumplido holgadamente. «La adaptación del equipo a la categoría, porque hay un salto importante, fue mucho más rápida y mejor de lo que podíamos esperar. Y hemos sido un equipo competitivo, que era lo que queríamos. Es impresionante lo que han dado estas jugadoras», subraya.

De enhorabuena

La conscuencia ha sido una temporada para enmarcar. No solo para el Oiartzun, sino para los tres equipos vascos de Primera. «Hay que aplaudirlo. Tener a tres equipos ya es importante, que además los tres hayamos conseguido nuestros objetivos no es solo como para quitarse el sombrero, sino también algo que hay que aprovechar para dar fuerza a este deporte», recalca el técnico del Oiartzun.

«Es para estar muy contentos –coincide Garbiñe Etxeberria–. Con los resultados pero también por saber que eso es la consecuencia de trabajo que se lleva haciendo muchos años».

También Juan Luis Fuentes cree que es reflejo de que «se están haciendo las cosas muy bien. La Real ha hecho una temporada fenomenal, es para felicitarles, y además está sentando las bases para seguir creciendo e ilusionando. Del Oiartzun qué decir, extraordinario, un equipo que no se volvió loco con el ascenso y que me consta que está trabajando muy bien. Y además diría que nosotros tres somos la punta del iceberg pero que esto también es mérito de todos los clubes de base, que trabajan en la sombra pero que trabajan muchísimo día a día. La enhorabuena tiene que ser para todos».

LA FINAL, EN GERNIKA.

La Euskal Herriko Kopa cambia de escenario en su sexta edición. La final, que volverá a enfrentar a Athletic y Real, se disputará en Gernika el 27 de agosto. En la foto, Kike Zurutuza, María Uribe y Carlos Sergio junto a las capitanas Aintzane Encinas e Iraia Iturregi.Luis JAUREGIALTZO | ARGAZKI PRESS