Ramón SOLA
DONOSTIA

Arnaldo Otegi anima al abertzalismo a pasar de resistir a construir un Estado

«Hay que pasar de la patria de la resistencia a la patria que quiere ser Estado». Es una de las conclusiones de Arnaldo Otegi sobre la fase actual del abertzalismo, que ve en claro riesgo frente a la «colonización» si no sale de un parón que se ha confirmado también el 26J.

Del «abertzalismo del siglo XXI» se ha hablado estos días en el curso de verano de la UPV celebrado en el Palacio Miramar, sin margen para la autocomplacencia dada la delicada situación actual. Arnaldo Otegi comparte la preocupación –no confundir con pesimismo– y en su ponencia apuntó ayer el modo de salir de la rotonda de impotencia en que está dando vueltas.

Su análisis partió del recorrido histórico. Recordó la forma en que la izquierda abertzale renovó el abertzalismo durante el siglo XX y cómo lógicamente fue desde parámetros de «resistencia», dado que entonces Euskal Herria y el propio euskara estaban luchando por su superviviencia, en una situación de «angustia». Pero hoy día constata que esa manera de entenderlo «está agotada, ha llegado muy cansada a este momento histórico» y debe dar paso ya a otra era: la de buscar un Estado.

Frente al «falso cosmopolitismo» que sostiene que las soberanías absolutas ya no existen y la independencia no es tan importante, Otegi recordó que el Estado sigue siendo «el modo de estar en el mundo» y de poder decidir frente a los poderes económicos. «Con Estado igual no seremos soberanos al 100%, pero sin Estado estamos sometidos al 100%», considera.

Cree que el abertzalismo se la juega en este terreno dados los claros avances de la «colonización» estos últimos años, que ha constatado al salir de la cárcel de Logroño. «Dar ese paso es el único modo de fortalecer al abertzalismo. En caso contrario se nos seguirá imponiendo el marco estatal y eso tiene muchas consecuencias», alerta.

¿Cómo construir esa oferta para la independencia? Arnaldo Otegi estima que hay que apoyarse en el factor identitario que siempre ha sido clave del abertzalismo, pero también en la cuestión social. La izquierda abertzale lo tiene interiorizado en su trayectoria porque siempre ha entendido ambas como «dos caras de la misma moneda». Pero alertó de que hay que mantener «el equilibrio», porque percibe en los últimos tiempos una «tentación» de apoyar todo sobre lo social, que considera que es efecto del «fenómeno Podemos», ahora en punto de inflexión. Llamó la atención sobre detalles que no parecen anecdóticos, como que «he visto en nuestros mítines pocas ikurriñas. Y nosotros podemos tener el discurso más de izquierda, pero somos vascos ¿eh?».

En varios momentos de su intervención en el Palacio Miramar, el líder independentista insistió en la necesidad de «evitar esos pendulazos a los que somos tan dados en este país». Y también en la de afrontar estas reflexiones con el mayor sosiego posible, aunque es consciente de lo difícil que resulta en una época en que «el revuelo diario se come todo, hay que explicarse en 140 caracteres, los cambios políticos que se proponen son cosméticos, y todo parece reducirse a poner un ‘me gusta’ en las ofertas políticas».

Lo que Catalunya sí sabe

También hizo hincapié en que construir esa propuesta hacia un Estado libre no puede ser labor exclusiva de unas estructuras políticas, porque eso no funciona en la práctica. Remarcó que hay que hacerlo desde abajo y con implicación popular. Para que tenga éxito, consideró igualmente que debe ser una propuesta democratizadora y que conlleve un proyecto de Estado diferente al español, construido desde la izquierda.

Desde este domingo electoral quizás todo esto se vea más claro. Otegi ya lo había advertido antes de modo reiterado, así que ayer se limitó a constatar que el mapa peninsular «está pintado de azul. El Estado español no se democratizará y resulta imposible avanzar pensando que eso ocurrirá alguna vez». Cree que en Catalunya lo aprendieron ya hace algunos años y por eso incluso la derecha burguesa tradicionalmente pactista se ha enrolado en el independentismo, pero en Euskal Herria todavía sigue sin entenderse del todo.

Extractos

«El concepto del abertzalismo de resistencia está agotado, ya no da más de sí, hay que pasar al de la patria que quiere ser Estado»

«Con Estado quizás no seamos soberanos al 100%, pero sin Estado estamos sometidos al 100%»

«Este pueblo no se suele dar sosiego, pero hay que ponerse ante el espejo y hacer un diagnóstico crudo, profundo, pero a la vez amable, que no sea solo para autoflagelarnos»

«Cuidado, somos muy dados a los pendulazos. Y el factor identitario no puede olvidarse. He visto pocas ikurriñas en nuestros mítines»

ARNALDO OTEGI

«Zerbait oso gaizki ari gara egiten»

Jardunaldi honetan ageri diren diagnosiak abertzaletasunaren egoeraz kritikoak edo oso kritikoak izan dira, ezin zen beste era batera izan. Otegik berak honela abiatu zuen bere hausnarketa: «Harrituta nago. Egin genuen estrategia aldaketaren xedea gatazka politikoa areagotzea zen», gatazka armatua indargabetzen zen neurrian. «Baina juxtu kontrakoa gertatu da –onartu zuen–, areagotu beharrean, desagertu egin da. Zerbait oso gaizki egin dugu. Ezin da ulertu», aipatu zuen. Gauzak honela, gaur da eguna Jesus Eguigurenek eta beste hainbatek Euskal Herria «oasitzat» hartzen dutena, hemengo hau «arazorik ez dagoen herri bakarra omen delako».

Ezkerreko abertzaleek egin dituzten akatsez galdetuta, aurretik aipatuak dituen gauza pare bat errepikatu zituen: erakundeetan botere asko lortu zuela juxtu jendea horiek errefusatzen hasia zenean eta gatazkaren konponbidea lehentasun zuen agendari estuegi jarraitu ziola. Eta hau erantsi zuen atzo: «Ez gara gauza izan proposamen independentista egiteko, eta honek desmobilizazioa ekarri du». R.S.