Ainara LERTXUNDI

El posconflicto en Colombia aportará un pionero enfoque de género

Las FARC-EP y el Gobierno colombiano presentaron ayer ante una nutrida representación de organismos de la ONU la revisión de los acuerdos logrados hasta el momento desde una perspectiva de género con el fin de «crear condiciones para que mujeres y personas con identidad sexual diversa puedan acceder en igualdad de condiciones a los beneficios de vivir en un país sin conflicto armado». Se trata de otro paso decisivo hacia la firma del Acuerdo Final.

El 11 de setiembre de 2014, las delegaciones de paz del Gobierno colombiano y de las FARC-EP anunciaron la creación de una subcomisión de género para abordar los temas en discusión y los documentos acordados desde una perspectiva de género y garantizar así la superación de «brechas sociales tradicionales que han marcado a la sociedad colombiana como desigual y estigmatizante». «La inclusión de un enfoque de género en un proceso de paz como éste no tiene antecedentes en el mundo y busca fundamentalmente crear condiciones para que mujeres y personas con identidad sexual diversa puedan acceder en igualdad de condiciones a los beneficios de vivir en un país sin conflicto armado», resaltaron ayer ambas partes en un comunicado conjunto.

La negociadora plenipotenciaria del Gobierno María Paulina Riveros citó algunas de medidas derivadas de esta revisión, como mayores facilidades para las mujeres campesinas a la hora de acceder y formalizar la propiedad de la tierra en igualdad de condiciones. Se privilegiará su acceso al fondo de tierras de distribución gratuita, al subsidio integral, a créditos especiales para la compra de tierras, y a proyectos de economía solidaria. Contarán con asesoría legal y formación sobre sus derechos.

En materia de participación política, habrá una presencia equilibrada de las mujeres en las instancias de decisión creadas en los acuerdos, las mujeres elegidas popularmente, las defensoras de derechos humanos y líderes sociales gozarán de una «protección especializada, individual, colectiva e integral», se ampliará la cobertura y se mejorará la atención sicosocial para la recuperación emocional de las víctimas, en particular las afectadas por violencia sexual.

Destaca también la creación dentro de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición de un grupo de género para analizar las formas diferenciales en que el conflicto armado ha afectado a las mujeres, la implementación de planes metodológicos especializados respecto a los más graves hechos contra las mujeres, niños, niñas, adolescentes y población LGTBI por parte de la Unidad Especial de Investigación para el desmantelamiento de organizaciones responsables de homicidios y masacres o que atentan contra activistas, la conformación de un equipo de investigación especial para casos de violencia sexual en el marco de la Jurisdicción Especial para la Paz. la violación y otras formas de violencia sexual serán delitos no amnistiables.

Riveros enfatizó que «no ha sido fácil el camino para alcanzar este importante reto». «Si en los acuerdos no se hacía énfasis en la integración activa, libre e igualitaria a partir de la diferencia, era muy posible que junto con la semilla de la transformación estuviéramos plantando la de la preservación del statu quo de la inequidad», consideró.

La negociadora plenipotenciaria de las FARC Victoria Sandino, que junto a Riveros, ha liderado los trabajos de la subcomisión, advirtió que ahora «el reto está en la implementación de los acuerdos y en la construcción de una paz duradera».